Tras la profunda sacudida provocada por la pandemia, la industria aérea se adentra en un ciclo de recuperación sostenida, marcado por cifras récord de demanda, avances tecnológicos clave para las aerolíneas y presiones regulatorias al alza, según indica la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
Radiografía de las aerolíneas en 2025: desafíos y enigmas ante una demanda récord
Cuestiones como el SAF, la digitalización o la gestión de los aeropuertos serán claves para definir el fututo de las aerolíneas en el mundo.
¿Hacia dónde van las aerolíneas en el mundo? Analizamos los retos y debilidades del sector a corto plazo.
Según los últimos datos de IATA, 2025 marcará un nuevo máximo histórico en el tráfico de pasajeros, con más de 5.000 millones de desplazamientos previstos en todo el mundo. Esta reactivación se traduce en ingresos cercanos al billón de dólares para el conjunto del sector y unos beneficios netos estimados en 36.000 millones. Sin embargo, los márgenes siguen siendo estrechos, apenas un 3,7%, reflejando la fragilidad del equilibrio financiero.
Los pasajeros y las aerolíneas desean volar, pero no hay aviones: Boeing y Airbus, en el punto de mira
Entre los retos inmediatos, la escasez de aeronaves nuevas ocupa un lugar central. Los retrasos acumulados en la producción de Airbus y Boeing han tensionado las previsiones de crecimiento de operadores como IAG, Ryanair o Air France-KLM, obligando a ajustar planes de flota y limitar la respuesta ante el aumento de la demanda. Algo alarmante, puesto que los propios Airbus y Boeing prevén que la demanda aérea aumente más de un 40% para 2030.
En paralelo, la digitalización avanza con fuerza desigual. La inteligencia artificial ya es una herramienta clave en la optimización operativa, desde la planificación de rutas hasta el mantenimiento predictivo, pero persisten diferencias notables entre aerolíneas y aeropuertos con recursos tecnológicos avanzados y aquellos que aún operan con infraestructuras limitadas.
El SAF, la apuesta sostenible que todos ven como "la solución"... pero que nadie termina de aplicarla en serio
La sostenibilidad sigue marcando la agenda a largo plazo. El objetivo de neutralidad en emisiones para 2050 depende del desarrollo de los combustibles sostenibles de aviación (SAF), cuya disponibilidad sigue siendo marginal y su coste, significativamente superior al del queroseno convencional. Normativas como el paquete europeo Fit for 55 podrían incrementar los precios de los billetes, especialmente en rutas de corto radio, con consecuencias sobre la competitividad del sector.
Sin embargo, para este año la producción mundial de SAF alcanzará los 2 millones de toneladas, lo que representa apenas el 0,7% del consumo total de combustible de aviación a nivel global. Eso sí, repercutirá en 4.400 millones de dólares al coste global del combustible de aviación. Según el último informe de la consultora PWC para IAG, el primer país que invierta en serio en este tipo de tecnología "se hará con buena parte de la producción mundial", especialmente si posee plantas de biomasa. (Iberia pide al Gobierno una regulación que incentive la producción de SAF).
Precios y derechos de los pasajeros: puntos clave para que las compañías aéreas mantengan la demanda
En cuanto a los derechos del consumidor, las instituciones europeas dan pasos hacia una mayor protección. El Parlamento Europeo ha aprobado recientemente una propuesta para prohibir el cobro por el equipaje de mano en vuelos dentro del espacio comunitario. Aunque aún pendiente de ratificación definitiva, la medida responde a una de las principales reclamaciones de los pasajeros. Las aerolíneas, por su parte, alertan de posibles efectos sobre el modelo de tarifas, altamente dependiente de los ingresos por servicios complementarios. ¿Solución? Nadie la tiene, pero patronales de agencias en España piden ya "una norma común" que ponga fin a las interpretaciones.
El comportamiento de los precios también refleja esta dinámica de servicios complementarios. Aunque se prevé una ligera bajada de las tarifas aéreas en mercados como Europa o Estados Unidos, los billetes con servicios desagregados dificultan la evaluación del coste real del viaje, una práctica habitual que seguirá marcando la experiencia del pasajero.
Más problemas en los aeropuertos y menor oferta: problemas que el sector repetirá en los próximos años
Por otro lado, la infraestructura aeroportuaria aparece como otro factor limitante. La falta de capacidad en terminales y espacio aéreo en varias zonas de Europa, sumada a la lentitud en la implementación del espacio aéreo único, sigue generando cuellos de botella. Las huelgas de control aéreo y los retrasos recurrentes afectan especialmente a aeropuertos secundarios, en un contexto de crecimiento continuado. (Huelga en Francia: qué pueden reclamar los pasajeros y cómo deben actuar las agencias).
A nivel corporativo, el mapa del sector europeo avanza hacia una mayor concentración. Adquisiciones como la de ITA por Lufthansa o los planes de privatización de la portuguesa TAP anticipan una consolidación que, según los analistas, podría mejorar la eficiencia, acelerar la inversión en tecnología y facilitar el cumplimiento de los nuevos estándares regulatorios. A cambio de, ¿menor competencia y libertad de elección de los pasajeros?.
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