El crecimiento del transporte aéreo en Latinoamérica avanza, pero lo hace con freno de mano, ya que aún enfrenta obstáculos estructurales que amenazan su sostenibilidad y competitividad. Durante el Wings of Change Americas 2025, líderes de aerolíneas como Estuardo Ortiz, CEO de JetSmart, Frederico Pedreira, CEO de Avianca, Pedro Heilbron, CEO, de Copa Airlines y Erika Zarante Bahamón, CEO de Latam Airlines Colombia coincidieron en que la recuperación de 2024 fue apenas parcial y está lejos de alcanzar su verdadero potencial.
Aerolíneas en Latinoamérica: atrapadas entre el crecimiento y los cuellos de botella
Las aerolíneas en Latinoamérica se recuperan, pero el verdadero despegue aún no llega. Hay factores ocultos que están frenando su vuelo.
Estuardo Ortiz, CEO de JetSmart; Frederico Pedreira, CEO de Avianca; Pedro Heilbron, CEO de Copa Airlines y Erika Zarante Bahamón, CEO Latam Airlines Colombia, debatieron sobre el futuro de las aerolíneas en América Latina.
Entre los principales frenos al desarrollo se señalaron la excesiva carga fiscal, la falta de normativas armonizadas entre países y la infraestructura aeroportuaria insuficiente. Pese al avance, la región sigue atrapada entre buenas intenciones y cuellos de botella históricos. (La aviación de Latinoamérica ante sus mayores desafíos y oportunidades).
Avances desiguales y modelos dispares
Argentina fue citado como ejemplo de transformación positiva, pasó de un entorno altamente regulado a un modelo más abierto que ha permitido el crecimiento de aerolíneas, incluso con pilotos extranjeros. En contraste, Brasil y Perú siguen enfrentando restricciones estructurales y regulatorias que limitan su desarrollo.
En Colombia, el dinamismo del mercado doméstico fue resaltado, con un aumento de hasta el 12% en participación. Sin embargo, persisten barreras normativas que afectan la eficiencia operativa y generan incertidumbre para las inversiones de largo plazo. En palabras de los panelistas: el crecimiento ha sido “ni por encima ni por debajo de lo esperado”, una frase que refleja tanto la resiliencia del sector como la falta de condiciones para un despegue más acelerado.
Así mismo, uno de los puntos más críticos fue la presión que ejercen los impuestos y las regulaciones sobre las aerolíneas. Se debatieron iniciativas legislativas que buscan prohibir tarifas sin equipaje incluido, limitando la libertad del pasajero y encareciendo los servicios. En algunos países, las tasas de embarque internacionales superan los US$ 100 por trayecto, una cifra desproporcionada para economías con ingresos medios bajos.
En el caso colombiano, preocupan propuestas como la regulación del overbooking o restricciones al cobro de equipaje de mano, medidas que, si bien buscan proteger al consumidor, pueden terminar desincentivando la competencia y aumentando los costos. Según los ejecutivos, en ciertos mercados los costos regulatorios representan hasta el 70% del valor final de un tiquete. La crítica fue directa: se necesita proteger al pasajero, sí, pero sin poner en riesgo la viabilidad de la industria. (Más pasajeros, menos ganancias, la paradoja aérea en Latinoamérica).
Infraestructura, un cuello de botella que no se resuelve
El estado de los aeropuertos fue otro eje central del debate. Terminales clave como el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá ya muestran signos de saturación, mientras las obras de ampliación avanzan con lentitud o ni siquiera están en marcha. La falta de inversión, planificación y coordinación con las aerolíneas impide que la infraestructura esté a la altura del crecimiento proyectado.
Los representantes pidieron incluir a las aerolíneas en la toma de decisiones desde la etapa de diseño, flexibilizar la gestión de capacidad, implementar tecnologías que agilicen los procesos y desarrollar contratos más dinámicos con los concesionarios. Sin mejoras reales y urgentes, será difícil absorber la creciente demanda de pasajeros en la región.
Modelos de negocio y nuevas rutas, eficiencia como bandera
A nivel empresarial, varias aerolíneas anunciaron inversiones en flota, servicios diferenciados y expansión de rutas. JetSmart, por ejemplo, proyecta operar 50 aeronaves y movilizar a 50 millones de pasajeros en 2025, por su parte, Avianca destacó el fortalecimiento de su clase ejecutiva y su flota de carga, en respuesta a una demanda más diversificada.
Países como Chile y Brasil fueron mencionados como ejemplos exitosos: la devolución de tasas aeroportuarias y la reducción de impuestos generaron resultados inmediatos, como el aumento del tráfico aéreo. Estas experiencias demuestran que cuando hay voluntad política y visión estratégica, los beneficios se ven rápidamente.
Perspectivas 2025: optimismo moderado y condiciones por resolver
Si bien las proyecciones para el segundo semestre de 2025 son optimistas, los ejecutivos advirtieron que el crecimiento seguirá condicionado por factores estructurales no resueltos. La industria necesita adaptarse al nuevo perfil del consumidor, ofrecer mayor flexibilidad tarifaria y, sobre todo, mantener un diálogo técnico y constante con los gobiernos.
También se alertó sobre la falta de planes concretos para enfrentar la congestión aérea y la escasa preparación de aeropuertos secundarios para asumir parte del flujo de pasajeros. El consenso fue claro al puntualizar que sin políticas públicas racionales, inversión sólida en infraestructura y un marco regulatorio equilibrado, el crecimiento del sector será limitado y, en el mediano plazo, insostenible.
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