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Zona de temperaturas: tipos de baños y sus efectos

Esta área dentro de un spa evolucionó de manera considerable en los últimos años. Está integrada principalmente por los baños sauna y vapor, cuyos efectos deben conocerse y transmitir al usuario, de modo tal que pueda disfrutar de un momento saludable de relajación. 

Un spa se compone de un circuito hídrico, una zona de tratamientos integrada por diferentes tipos de gabinetes de masajes y una zona de temperaturas que se complementa con el circuito de duchas y de relax.

En el caso de la zona de temperaturas ha evolucionado mucho desde que solamente se instalaba una cabina para tomar baños sauna y otra para tomar baños de vapor. Si bien en nuestro país habitualmente solo se eligen las inmersiones calientes, en países donde la cultura del spa está más desarrollada se practica el shock térmico, a través del contraste intenso entre temperaturas que se alejan considerablemente de la del cuerpo (33 °C).

Los efectos varían según se vaya ascendiendo o descendiendo en la escala de valores térmicos. Así, muy por debajo de la temperatura normal se produce la vasoconstricción, cuyo efecto es fundamentalmente estimulante. Sin embargo, cuando se va ascendiendo se obtienen distintos resultados, basados en la vasodilatación. Por lo tanto si se aplican temperaturas entre 30 y 40°C el efecto será fundamentalmente relajante, entre 40 y 70°C facilitará la sudoración y a más de 70°C se producirá una intensa actividad cardiocirculatoria.

En todos los casos, si se toman este tipo de baños siguiendo las premisas de control y seguridad necesarios se obtendrán importantes beneficios para la salud. No obstante, hay que tener en cuenta que también tienen contraindicaciones para determinados tipos de patologías, que deberán ser tenidas en cuenta.

 

TIPOS DE BAÑOS.

Tal como se explicaba anteriormente, los dos tipos de baños más difundidos son el sauna y el de vapor. ¿Cómo se diferencian? Ambos son una herencia de antiguas civilizaciones y fueron perfeccionándose con el tiempo y con la incorporación de modernas tecnologías y diseños (I+D). De hecho hoy se convirtieron en los espacios que marcan la diferencia de calidad entre un establecimiento y otro.

Sus efectos son distintos y por lo tanto conviene no excluir a ninguno de los dos en el montaje de un spa. En cualquier caso, se diferencian por los grados de temperaturas y los porcentajes de humedades que poseen.

El baño sauna, que es de origen finlandés y fue difundido fundamentalmente por los vikingos, consiste en una cabina de madera donde, a través de una estufa, se lleva la temperatura a más de 70°C y puede ascender hasta 110°C; mientras que la humedad varía del 10 al 20%. Además es muy importante que estas cabinas tengan una buena oxigenación y que sus bancos o gradas sean de al menos 2 m. de largo, ya que la forma ideal de tomar un baño sauna es acostado.

La madera ideal para construir esta cabina es la hemlock de origen canadiense. En la actualidad, a las tradicionales cabinas de sauna se le suelen sumar una serie de accesorios, como iluminación por leds para brindar el efecto de cielo estrellado, estufas ubicadas bajo los bancos para aumentar los índices de seguridad y grandes ventanas o puertas vidriadas con cristales tipo DVH que disminuyen la sensación de claustrofobia.

Por otra parte, el baño de vapor, también conocido como baño turco, consiste en permanecer durante 20 a 30 minutos en una cabina con una temperatura que va de los 40 a los 50 °C y donde el nivel de humedad oscila del 40 al 100%.

Estos cubículos se construyen generalmente en mampostería revestida con granitos, mármoles y azulejos; es decir materiales no porosos dado que permanentemente están mojados por la condensación del vapor.

Según el grado de sofisticación del establecimiento se incorporarán diferentes tipos de iluminación por leds o dispositivos de aromaterapia. En el caso de los hamman, para ser considerados como tal, deben disponer de fuentes de agua fría para abluciones y una camilla –generalmente calefaccionada– para realizar un masaje posterior al baño.

Si bien estas son prácticas de origen europeo, en América y en épocas precolombinas, los aztecas tenían un baño de purificación de características similares al que llamaban temazcal. Se trata de otro tipo de baño que aún hoy se lo conoce con el nombre original. Consiste en un habitáculo cerrado en el que se introducen piedras calientes. Sobre estas últimas se esparcen infusiones realizadas con hierbas medicinales. No solo permite eliminar toxinas sino también lograr un grado de introspección, siguiendo las indicaciones del chamán o temazcalero que conduce la práctica del baño.

 

EL METODO.

Finalmente, cabe remarcar que los responsables de los establecimientos deben informar al usuario sobre la forma y periodicidad en que deben tomarse estos baños.

 

Al someter al cuerpo a temperaturas superiores a 70 °C, se sugiere tomar hasta dos baños por semana con una permanencia en la cabina que no exceda los 15 minutos. Previamente se recomienda darse un baño con agua bien caliente y luego secarse muy bien para desobstruir los poros de la piel y facilitar la expulsión de las toxinas. Al salir del baño se aconseja realizar un shock térmico mediante una ducha fría o la aplicación de escamas de hielo, para luego tomar al menos 20 minutos de relax en una reposera, que permita que la circulación sanguínea vuelva a la normalidad. 

FUENTE: zona-de-temperaturas-tipos-de-banos-y-sus-efectos

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