Insumos: flores comestibles para la alta gastronomía

Por Mariela Onorato

En los últimos años las flores comestibles se volvieron un de los insumos imprescindibles en el equipamiento de restaurantes y barras de coctelería.

Para responder a esta necesidad, desde 2016 Innoflowers produce y comercializa en Zaragoza flores comestibles frescas, cristalizadas, deshidratadas y liofilizadas, dirigidas a establecimientos tanto a nivel nacional como internacional.

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Las flores frescas también ganan terreno como insumos en la coctelería.

Innoflowers

Insumos: flores comestibles frescas y cristalizadas

Flores frescas comestibles, flores comestibles cristalizadas y delicias florales, como pétalos de caléndula deshidratados o salvia cassis deshidratada, conforma la oferta principal.

Algunas de las propuestas en flores frescas comestibles son:

Tulbaghia, sabor a ajo frito.
Albahaca, brotes muy aromáticos.
Tomillo limonero.
Abelia, una simpática flor aromática.
Salvia cassis, una flor muy afrutada.
Pétalos de rosa mini.
Rosa mini.
Bandeja de menta y mora, brotes aromáticos mojitos.
Bandeja tomillo.
Mix de pétalos de flores comestibles.
Begonia.
Flor de caléndula.
Geranio.
Pensamientos.
Clavel mini.
Clavelina.
Clavel.
Flor de cebollino.

Mientras que entre las flores cristalizadas se destaca el pack Suri, que contiene 9, 25 o 36 flores comestibles cristalizadas. No contienen gluten ni lactosa. La fecha de caducidad es de un año desde su envasado. Se debe mantener a temperatura ambiente.

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Innoflowers produce y comercializa flores comestibles frescas, cristalizadas, deshidratadas y liofilizadas. Insumos dirigidos a establecimientos especializados en alta cocina.

Innoflowers

¿Por qué crece el uso de flores comestibles?

Las flores comestibles son ingredientes que aportan color, textura y sabores diferentes en la alta cocina. Innoflower pretende mostrar un mundo de posibilidades gastronómicas, y así despertar sensaciones en los clientes finales.

La compañía ofrece la mayor gama de productos transformados de flores comestibles, siempre bajo las más exigentes premisas de calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria.

Todo el proceso, desde el cultivo, pasando por el envasado hasta la comercialización, fomenta la sustentabilidad y integración laboral de las personas con la recolección de las flores, colaborando con entidades de ámbito social como la Fundación Rey Ardid.