La simplicidad como esencia del lujo en la hotelería boutique

En los últimos cinco años la hotelería boutique no solo ha crecido en forma exponencial sino que ha evolucionado en calidad y propuestas. Paralelamente, los consumidores de pequeños hoteles u hoteles boutique han ido creciendo de la misma manera desde el momento que los "probaron" en algún rincón del mundo.
¿Por qué ha sucedido esto? Sucede que los consumidores de hoteles boutique son los antiguos consumidores de hoteles de cadenas internacionales históricamente conocidas por todos, que poco a poco han migrado a otro tipo de hospedaje.
Ahora prefieren establecimientos de bajo perfil, recomendados de boca en boca y que se reservan directamente desde la página del hotel, con la información necesaria antes de emprender el viaje.
En esta elección, lo más importante para los nuevos huéspedes es el tipo de experiencia. Dedican entre cuatro y cinco minutos en visitar la web del hotel y consideran que una variable muy importante es su pertenencia a algún sello de calidad que los aglutine. Y más aún, el hotel termina siendo un factor decisivo para definir el destino de viaje.
Hoy el viajero quiere conocer y probar la experiencia del hotel, vivirlo, además de conocer un destino.
Con el crecimiento de los hoteles boutique surgió la necesidad de definir el concepto, para que el viajero sepa con qué se va a encontrar y para que no se desvirtúe la propuesta original y de calidad de la categoría.
Dado que para cualquier huésped resulta muy difícil tener esa garantía, surgieron sellos de calidad locales e internacionales, como TheBBH en Argentina.
Ingresar a la web de un hotel ya no es suficiente. Solo brindar un servicio, tampoco. Lo más importante para el huésped al momento de elegir es saber si pertenece a algún tipo de sello de calidad y qué tipo de experiencia brinda. Luego se deben superar sus expectativas durante toda su estadía.
Así, el hotel boutique ofrece a los viajeros la posibilidad de experimentar vivencias desde lo emocional. Estos clientes le dan más valor a experimentar un momento único.
Por tal motivo, los establecimientos están dispuestos a sorprenderlos, con servicios personalizados, intimidad y emociones de todo tipo.
Estos huéspedes permanecen en el hotel por un mínimo de 3 o 4 noches. A la cabeza se encuentran los europeos y los estadounidenses.
Para Argentina el concepto de hotel boutique llevará años de desarrollo y de consumo sostenido, pero el panorama es más que alentador.
Para estos viajeros, existe un nuevo lujo en viajes, con otras aristas, que radican en lo simple, lo natural, lo que no brilla, lo no material. No hay grandes arañas, ni megaescaleras, ni mucho bronce, ni ostentación. Lo que predomina en estos establecimientos es la simplicidad como esencia del lujo.
Si bien siempre habrá consumidores de grandes cadenas internacionales, se puede afirmar que cada vez son más los huéspedes emocionales que prefieren los pequeños hoteles. Son capaces de invertir lo necesario para el disfrute.
El nuevo lujo en la industria de viajes está impregnado de lo simple, y lo simple es más.