Un informe producido por Tourism Economics –división de Oxford Economics abocada a la industria de los viajes– estimó que Estados Unidos podría perder ingresos por US$ 24 mil millones de parte del turismo internacional debido a la propagación del coronavirus. De acuerdo al estudio este monto septuplica las pérdidas provocadas por el brote del SARS en 2003.
Estas proyecciones se basan en la hipótesis de que el virus estaría totalmente bajo control en seis meses. Para tener una noción del impacto, vale recordar que los viajeros extranjeros gastan cerca de US$ 256 mil millones por año en el país norteamericano; y que dentro de ese monto, los chinos responden por el 7%.
Con una caída estimada del 10% en el número total de visitantes internacionales, el impacto duplicaría lo sufrido con el SARS, e incluso superaría los 7,7 millones de pasajeros perdidos en 2001 y 2002 tras el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001. En este caso, se habla de 8,2 millones de pasajeros menos. Como corolario, Tourism Economics calculó que la industria podría perder 825 mil puestos de trabajo.
INYECCIÓN DE DÓLARES.
Tras declarar la restricción a la entrada de pasajeros provenientes de los principales países afectados por el virus (con preeminencia del área Schengen de Europa), el presidente estadounidense Donald Trump anunció que tomará diversas medidas que inyectarán alrededor de US$ 200 mil millones en la economía local, previendo los inconvenientes que generará la situación.
En relación a esta decisión, la industria turística reclama alivios impositivos y crediticios, teniendo en cuenta que el negocio se tornaría insostenible. Expertos del mercado incluso han advertido que el debilitamiento del sector podría llevar a una recesión. Bob Greifeld, exCEO de Nasdaq, declaró: “Nunca habíamos tenido una situación en la que el turismo respondiera por una porción tan significativa de la economía global. Esto no sucedió con anterioridad, pero desde hace 10 años que el crecimiento de la actividad excede al del PBI”.
RECLAMOS TRAS EL ANUNCIO.
Ante las medidas tomadas por el gobierno, la U.S. Travel Association respondió con un comunicado firmado por su presidente y CEO, Roger Dow: “Así como el gobierno de Estados Unidos ha tomado medidas agresivas para proteger al público del coronavirus, también debería considerar medidas igualmente agresivas para proteger la fuerza de trabajo de Estados Unidos y a sus empleadores. La salud pública es la principal preocupación, pero ahora el análisis de las políticas debería enfocarse en la salud de la economía”.
“Cerrar temporarlmente los viajes desde Europa exacerbará el ya fuerte impacto del coronavirus en la industria de los viajes y en los 15,8 millones de estadounidenses cuyos trabajos dependen de la actividad.”
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