El gran excedente de barriles extraídos, combinado con la súbita caída en la demanda, producto de la paralización impuesta en muchos países y la reducción de las operaciones aerocomerciales, produjo un enorme desplome del precio del barril crudo de petróleo. En concreto, el valor del Brent (extraído en el Mar del Norte) cayó por debajo de los US$ 23, lo que sucede por primera vez desde 2002 y del West Texas Intermediate (WTI), que alcanza los US$ 20,2 por barril.
De todos modos, ambos valores se encuentran por encima de los records registrados en mayo pasado, cuando los precios se situaron entorno a los US$ 19 por barril.
Sólo en lo que va de marzo, el Brent ya ha caído un 55%.
En declaraciones a la prensa, Bjarne Schieldrop, Jefe de Materias Primas del grupo financiero sueco SEB, subrayó que el problema con la sobreoferta es tal que “el mundo simplemente no tiene forma de almacenar todo lo que se produce”.
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