A pesar de una especie de parche en papel de otro color, el afiche se ha mantenido en buen estado y así ha sido prolijamente enmarcado. Es uno de los típicos afiches de antes, con fondo amarillo y letras negras y rojas. Allí se puede leer: The Merseybeats, The Doodle Bugs, Dave Berry and The Cruisers y... The Rolling Stones. Es de 1963 y adorna una de las columnas del gran salón, 48 años después de aquella noche en la que la banda se presentó en el Floral Hall Ballroom de la localidad inglesa de Morecambe. Por entonces Bill Wyman era el bajista del grupo que también integraban Mick Jagger, Keith Richards, Brian Jones y Charlie Watts, y cumplió ese rol hasta 1993. En 1989, quizás previendo ya su retiro del grupo, el mayor de los Stones inauguró su propio restaurante: Sticky Fingers. El establecimiento, que lleva el nombre de aquel gran disco de 1971, ofrece menúes al mejor estilo americano -hamburguesas, pollo grillado, una gran variedad de sándwiches, un amplio abanico de ensaladas y deliciosos postres- en un ambiente donde todo remite a la famosa banda.
En las paredes, el visitante puede apreciar una magnífica colección de memorabilia que incluye discos de oro, afiches de las giras, instrumentos de sus miembros, decenas de fotografías, tapas de diarios de los primeros tiempos y las cubiertas de sus discos más famosos.
Banquete con los Rolling Stones
Propiedad de Bill Wyman, ex bajista original de la famosa banda, el establecimiento londinense brinda la oportunidad de saborear exquisitos platos de comida de estilo americano y deleitarse con los múltiples objetos vinculados al grupo que decoran cada ambiente.
Menúes, tragos y satisfacción.
Sticky Fingers está ubicado en 1a Phillimore Gardens, en el barrio de Kensington, un elegante distrito residencial que comparte geografía con el conocido Chelsea. Permanece abierto todos los días de 12 a 23, así que es un sitio ideal para almorzar o cenar mientras se recorre esta elegante zona de la ciudad. Para llegar es posible hacerlo por la Kensington High Street, que es la calle principal y donde hay locales de las más afamadas marcas de indumentaria; o bien "por adentro", es decir por las tranquilas calles adyacentes, plenas de asombrosas residencias y mansiones.
Cuando se ingresa, en lo último que se piensa es en comer. Uno, si es fan o admirador de los Rolling Stones, siente una euforia tan grande ante tantos objetos relacionados con ellos, que lo único que quiere es contemplar a cada uno con el detenimiento necesario y sacarse fotos con todos. Pero, en realidad, lo conveniente es relajarse, sentarse a la mesa, degustar un buen plato y luego sí dedicarse a la recorrida histórica por las paredes del local.
Las opciones gastronómicas son muy variadas y tentadoras. Como entradas es posible elegir, entre otras alternativas, pollo grillado frío con tortilla y guacamole; ensalada Caesar; o jamón ahumado con queso azul; ya para el plato principal reinan las hamburguesas servidas de muy variadas maneras (yo me quedé con la Oxford Blue Burger, que acompaña al gran medallón de carne con queso roquefort y cebollas caramelizadas), costillas preparadas al estilo de Nueva Orléans, con variadas salsas picantes; pollo con salsa dulce de Bourbon; y un clásico bife de tradicional corte inglés con guarnición a gusto. En todos los casos se pueden seleccionar papas o batatas fritas y ensaladas varias para acompañar al plato principal.
En cuanto a los sandwichds fríos, los más tentadores son los preparados con distintas variedades de quesos. También hay disponible una carta de sándwichds vegetarianos y un plato que consiste en un gran filete de salmón rodeado de las más variadas legumbres.
Respecto al servicio de bar, hay una enorme carta de vinos de diversos orígenes, incluidos los argentinos; champañas y cervezas. En tanto, para la previa o la post cena, existen múltiples tragos que van de los clásicos Margarita o Mojito a sofisticados como el Singapore Sling (gin, licor de guinda, cointreau, jugo de lima y granadina) o el -el nombre asusta- Killer Zombie (tres clases de ron, licor y jugo de naranja, blue curaçao y granadina).
De los postres, sobresale un enorme plato de pequeñas porciones de tortas de distintos gustos acompañadas de chocolate caliente, cremas y salsa de frutos rojos; una especie de fondeau ideal para compartir.
Es importante apuntar que todos los días, de 16.30 a 19.30, rige el "Happy Hour", con 50% de descuento en muchos de los cócteles disponibles. Satisfaction!
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