Turkish Airlines cerró el primer trimestre del año con beneficios por US$ 233 millones, pese al contexto adversos y episodios imprevistos como el terremoto de Kahramanmara, el peor de la historia de Turquía. De todos modos, es el séptimo trimestre consecutivo de beneficios.
Los ingresos totales en el trimestre alcanzaron los US$ 4.400 millones, esto representa un 43% más que el mismo trimestre del año pasado. Específicamente los ingresos correspondientes al tráfico de pasajeros treparon a US$ 3.600 millones, es decir un 83% respecto el mismo período de 2022.
En otros números del trimestre, Turkish transportó más de 17 millones de pasajeros, con un factor de ocupación del 80% (80,4% en la red nacional y 81,4% en la internacional). Por otra parte, la aerolínea incrementó su flota hasta llegar a los 411 aviones y su fuerza laboral creció un 10%.
La consultora especializada OAG reveló que la capacidad ofertada en el primer trimestre fue un 19% inferior a la de 2019. Sin embargo, Turkish Airlines fue una de las pocas en superar a la prepandemia y situar su oferta en un 26% por arriba.
Turkish Airlines y el terremoto
La aerolínea, la principal de Turquía, contribuyó fuertemente en la tragedia. Entre febrero y mayo, Turkish evacuó 430 mil ciudadanos, también llevó al epicentro del desastre a 433 mil personas, entre equipos de búsqueda y rescate, así como llevó 29 mil toneladas de material de ayuda. Pero, además, la transportadora donó 2 mil millones de liras turcas para ayudar en la reconstrucción y se comprometió a la construcción de 1.000 casas, generando 1.000 empleos, para 1.000 familias que perdieron sus hogares con el terremoto.
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