Al igual que la llegada de los NDC revolucionó el mundo de las aerolíneas, el sector aéreo está a las puertas de un nuevo lavado de cara comercial: adoptar un modelo de distribución centrado en el control integral del producto, siguiendo el ejemplo de grandes plataformas de retail como Amazon. El objetivo es dejar de vender solo trayectos y evolucionar hacia una oferta personalizada y dinámica, donde la experiencia del cliente sea gestionada desde la reserva hasta la llegada a destino.
Las aerolíneas se plantean dar un giro al NDC copiando el modelo de Amazon
Los NDC darán un giro radical en los próximos años: las aerolíneas buscan adaptar sus productos y el control de la cadena copiando el modelo Bezos.
¿Está el NDC es un proceso de transformación?
Desde que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) introdujo en 2012 el estándar NDC (New Distribution Capability), las aerolíneas han buscado avanzar hacia una comercialización más directa, eficiente y segmentada.
Las aerolíneas quieren que los NDC creen, gestionen y liquiden durante todo el ciclo de venta
No obstante, este cambio va más allá de la distribución. Para actuar como verdaderos minoristas digitales, las compañías deben gestionar de forma unificada todo el ciclo de la venta: desde la creación de la oferta hasta la entrega del servicio, pasando por la gestión del pedido y la liquidación. Este enfoque, conocido como OOSD (Offer-Order-Settlement-Delivery), representa un nuevo paradigma en la gestión de viajes.
Tom Gibson, arquitecto principal de IT en United Airlines, destaca a Phocuswright que el modelo a seguir está en el comercio electrónico, que garantiza no solo la compra del producto, sino también su seguimiento y entrega final. Para las aerolíneas, esto se traduce en una visión más amplia del viaje, donde pueden gestionar desde una mejora de asiento hasta la conexión entre vuelos de distintas compañías o la prestación de servicios adicionales durante el trayecto.
La flexibilidad como base de la nueva revolución en los NDC
En este proceso de transformación tecnológica, empresas como Amadeus están desempeñando un papel clave. Su nuevo sistema Nevio, diseñado para reemplazar la tradicional plataforma Altéa, apuesta por una arquitectura más flexible y modular. Esta herramienta busca facilitar a las aerolíneas una gestión integral en tiempo real de cada elemento del viaje, adaptándose tanto a modelos tradicionales como de bajo coste.
“Estamos transitando de procesos lineales a sistemas integrados que permiten que la entrega del servicio influya directamente en las ofertas futuras”, explica Cyril Tetaz, vicepresidente ejecutivo de Amadeus. La tendencia también apunta hacia una mayor automatización en los aeropuertos, donde la eliminación progresiva de mostradores físicos cambiará por completo la interacción con el viajero.
La idea es buena pero, ¿invertirán todas las aerolíneas en estos cambios?
Pese al avance, persisten desafíos. Según Phocuswright, la estandarización del modelo OOSD y la adopción de los nuevos marcos tecnológicos se enfrentan aún a la reticencia inversora de muchas compañías, marcadas por la incertidumbre económica. Aun así, expertos como Henry Harteveldt, de Atmosphere Research, aseguran que la presión por mejorar la eficiencia operativa y la satisfacción del cliente terminarán acelerando el cambio.
Desde Lufthansa, Puck Voorneveld insiste en la importancia de diseñar una experiencia de viaje más ágil, flexible y centrada en el cliente. “No se trata solo de ofrecer un vuelo, sino de acompañar al pasajero en cada paso”, señala.
La industria aérea, tradicionalmente marcada por sistemas fragmentados y complejos, se encuentra así en plena reconversión hacia un modelo que ya es habitual en otros sectores: el del comercio inteligente y personalizado, donde cada decisión se ajusta al perfil del usuario y cada servicio puede optimizarse sobre la marcha. Un reto ambicioso que redefine el futuro de los viajes.
Temas relacionados