Pequeñas parcelas de terreno y una cuidada selección de las uvas son las principales características de las bodegas boutique, un mercado en que los productores latinoamericanos están pisando fuerte en los últimos años. Aunque se trata de una idea nacida en Francia, Argentina junto a otros países sudamericanos exportan sus mejores caldos a los restaurantes, vinotecas y hoteles más exclusivos del orbe. En estos pequeños viñedos no se busca un rendimiento alto, sino hallar los frutos más adecuados para crear vinos únicos y con personalidad.
Bodegas boutique
Estas empresas dedicadas a la producción de vinos de alta gama se caracterizan por el detallado cuidado de todo el proceso de elaboración; desde los viñedos hasta el envasado y el etiquetado. En el contexto de crisis internacional, estos emprendimientos están pisando fuerte en países como Estados Unidos, Europa y China, entre otros, ofreciendo caldos de excelencia a precios razonables.
¿SOLO UN NOMBRE MARKETINERO?
Las bodegas boutique se caracterizan por producir vinos en pequeñas parcelas de viñedos, por buscar un rendimiento no muy alto y por el cuidado personalizado de los racimos de uva. Las bodegas boutique cuando son exitosas comercialmente, por lo general evolucionan con mayor tecnificación y equipamiento, sin perder la calidad y distinción que tuvieron en sus orígenes.
El término bodega boutique no es técnico ni legal. Más aun, algunos empresarios del sector lo consideran absolutamente marketinero. En la mayoría de los casos exportan entre el 50 y el 90 % de su producción y en el mercado local colocan sus productos en vinotécas, restaurantes y hoteles 5 estrellas.
"En nuestro país muchas bodegas boutique pertenecen a inversionistas locales que provienen de otras industrias, profesiones o inversionistas extranjeros que vieron en el vino argentino una posibilidad de negocio. Por otra parte cuentan con un alto nivel tecnológico y apuntan a un nicho específico con un producto de gama media o alta gama. Al ser estructuras más pequeñas generalmente los propietarios del proyecto son quienes se convierten en embajadores del vino", explicó Marina Beltrame, directora de la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS) y conductora del programa "Notas de Cata" de elgourmet.com.
"En este tipo de emprendimientos los resultados se ven a largo plazo, además invertir en el posicionamiento de la marca lleva tiempo y dinero", agregó Analía Videla, directora de Wine Institute.
"La diferencia de estas bodegas está básicamente en el control de calidad, desde el viñedo hasta que el producto llega al consumidor. No es lo mismo hacer la trazabilidad de 40 mil botellas que de 5 millones. En este escenario es lógico que las bodegas más chicas logren mejores resultados", detalló Sergio Mur, director de Bodegas Mariani.
"Una de las características que una bodega debe tener para ser considerada boutique es poseer viñedos propios y no comprar uvas a terceros, lo que garantiza vinos con un estilo personalizado, fruto del terruño y un manejo controlado de los viñedos. Asimismo la producción debe ser limitada: no más de 300 mil botellas al año. La importancia de elaborar pequeñas cantidades está relacionada con la determinación del punto justo de desarrollo de las uvas, o sea esperar una madurez enológica óptima para lograr vinos de auténtica calidad y estilo propio. Tempus Alba se define como bodega de dogma, ya que el concepto de bodega boutique no ha sido utilizado de manera correcta en Argentina. Nosotros seguimos las premisas de un dogma escrito por la familia y fijado a una de las paredes principales de la bodega", dijo Leonardo Biondolillo, director de Bodega Tempus Alba.
"Más allá de las cantidades producidas, el concepto de boutique da cuenta de una calidad y un control de trazabilidad desde la planta hasta las góndolas, que en grandes producciones es casi imposible. Ahora, si tuviéramos que enmarcarlo en un número, se puede decir que hasta los 100 mil litros se aproxima a esta categoría. Es común en Argentina llamar bodegas boutique a aquellas que recién empiezan. Se trata de una denominación comercial y designada por el marketing. Lo que caracteriza a las pequeñas bodegas es la excelencia, la producción reducida y la hospitalidad hacia sus visitantes. Sus bebidas no compiten en las góndolas de los supermercados, sino que llegan al consumidor por medios no tradicionales de venta, como clubes de vinos, vinotecas y restaurantes de categoría", aportaron Esteban Rodolfo Giménez y Manuel Darío Castaño, wines selector de Terruño de Los Andes.
PRODUCTOS, MERCADOS Y ESTRATEGIAS.
La hotelería y la gastronomía de alta gama son un mercado al que pueden apuntar estas bodegas, ya que con sus servicios buscan sorprender al consumidor con etiquetas que no se encuentran fácilmente en los puntos de ventas tradicionales.
Una tendencia que se registra a nivel mundial con los vinos es consumir menos pero de mejor calidad, al igual que en gastronomía. Además de consumirlos en el hogar en detrimento de los canales on premise (restaurantes, pubs o bares).
"A esta tendencia se suma la idea de muchas bodegas de erigir sus propios hoteles o restaurantes junto a los viñedos. Este tipo de proyectos involucran tres sectores: el negocio vitivinícola, la gastronomía o la hospitalidad y el turismo como tercer componente", explicó Analía Videla.
En el caso de Tempus Alba, dispone de un Winebar en la bodega de la zona de Maipú, donde los visitantes pueden elegir y combinar sus propias degustaciones; mientras que el restaurante Patio Tempus está pensado para acompañar sus vinos con una propuesta gastronómica que fusiona sabores autóctonos con un estilo internacional.
"Con respecto a la comercialización, nuestra bodega exporta el 95% de la producción a Estados Unidos, Canadá, Brasil, México, República Dominicana, Ecuador, Uruguay, Colombia, Perú, Austria, Holanda, Suiza, Reino Unido y China. El trabajo de promoción suele ser muy personalizado, tratando de llegar al consumidor final de la manera más directa y participando en diversas ferias y degustaciones. Hay nichos muy interesantes para nuestra escala de producción; principalmente en países de Centro y Sudamérica. En mercados más tradicionales como Estados Unidos e Inglaterra no alcanza con la excelente calidad, sino que también exigen buen precio. En la actualidad los vinos argentinos ofrecen una relación calidad/precio muy difícil de superar por otros productores. La forma de poder tener éxito en los grandes mercados es buscando la diferenciación. Nuestro perfil esta fuertemente ligado a la calidad, la alta tecnología agronómica/enológica y la capacitación permanente del capital humano", explicó Leonardo Biondolillo.
"En nuestro caso elaboramos únicamente vino. Todos nuestros esfuerzos se canalizan en producir los mejores caldos posibles; y actualmente comercializamos el Illun Malbec cosecha 2004. Nuestro mercado es el segmento premium y como tal todas las acciones de difusión son BTL (técnica de marketing dirigida a segmentos específicos con altas dosis de creatividad, sorpresa y sentido de oportunidad). Personalmente, viajo por todo el país dando charlas, promoviendo degustaciones, participando de foros y en ferias vitivinícolas, priorizamos el contacto directo con el consumidor", indicó Sergio Mur.
Distinta es la perspectiva de Terruño de Los Andes que apunta fuertemente al mercado interno, aunque tiene proyecciones futuras al exterior. Esta empresa difunde, comercializa y distribuye vinos, delicatessen gourmet y destilados de alta calidad. Algunas de sus líneas de productos son:
-Línea Zeo Rana Premium de la Bodega Les Yeux (Luján de Cuyo, Mendoza).
-Línea Mil Vientos de la Bodega Merced del Estero (La Bebida, San Juan).
-Línea Cinco Sentidos de la Finca Algarbe (Palmira, Mendoza).
-Línea Höm, compuesta por espumantes de la Cava La Carmela (Luján de Cuyo, Mendoza).
"Si bien nuestra promoción se centra en el cliente final, no dejamos de brindar apoyo a los clientes directos (vinotecas, restoranes y bares), realizando degustaciones, participando en ferias y comunicando en medios. Considero que el 50% del público se inclina por lo conocido, como parte de una conducta vinculada a las grandes campañas publicitarias. El otro 50 %, donde nos incluimos, quiere descubrir otros vinos, otras bodegas. Nuestro objetivo no es estar en cadenas de supermercados sino en aquellos puntos de venta donde el cuidado y la atención son diferentes. Buscamos posicionar estas marcas en distintos canales de venta, meternos en la cabeza del consumidor para que identifique estos nombres con valores específicos: distinción y diferenciación", detalló Esteban Rodolfo Giménez.
PARTICULARIDADES DE LA PRODUCCIÓN.
Bodegas Mariani comenzó a aplicar un innovador sistema de cosecha en 2003: vendimia nocturna. Se trata de una forma de recolectar los frutos que encaja perfectamente con zonas de extremo calor. Vendimiando desde las 22 hasta la madrugada se consigue que la uva esté fresca (entre 3º y 4º menos), que no se prefermente ni se oxide y que conserve sus características organolépticas. Si los frutos están más fríos, se rompen menos y liberan menos jugo (responsable de que se inicien las fermentaciones).
Otro detalle en el proceso de producción de esta bodega es la eliminación de filtros. En la industria vitivinícola la mayoría de los vinos se filtran antes de ser embotellados para remover las partículas producidas durante el proceso de vinificación y darle así un aspecto más brillante y límpido. Sin embargo, esta firma opta por no hacerlo, especialmente cuando se trata de vinos premium. El filtrado provoca la pérdida del sabor, color y aromas entre un 15 y un 30%. Las ventajas son abrumadoras en cuanto al mantenimiento de las cualidades del producto.
El caso de Tempus Alba tiene un estilo que combina el trabajo en sus terruños con la exigencia de aguardar el punto óptimo de madurez de las uvas. Al producir menos de 300 mil botellas anuales pueden controlar el proceso enológico y esperar el momento justo para la vendimia. La línea de vinos Tempus Varietales está compuesta por seis cepas: malbec, cabernet sauvignon, merlot, tempranillo, syrah y rosado de malbec. Todos son 100% varietales. Se busca la tipicidad varietal basada en el terruño junto con la crianza en barricas de roble francés (70%) y americano (30%) durante seis a ocho meses en función del tipo del uva.
La línea superior de Tempus Alba es Vero, un Malbec 100% resultado de los estudios de investigación y desarrollo de la bodega basados en la selección de clones de malbec. Este vino es criado durante 18 meses en barricas de roble francés de primer uso y 18 meses de estiba.
CUANDO PASE EL TEMBLOR.
¿Cómo será este sector cuando pase la crisis internacional? Será un escenario interesante, en el que podrán sobrevivir quienes hayan delineado claras estrategias comerciales. Aquellos productores que respondan a las expectativas de calidad y mantengan precios razonables tomarán las riendas.
Debido al trade down que generó la crisis, los consumidores están incursionando en vinos del Nuevo Mundo. Argentina está sacando ventajas de esta situación y sería ideal sostener la tendencia a largo plazo. La idea es mostrarle al mundo que se pueden ofrecer excelentes vinos a precios equilibrados.
Una opción acertada sería promover variedades como el cabernet, tempranillo, chardonnay y sauvignon blanc. "Las fortalezas de las bodegas argentinas son las cualidades del terroir argentino, la gran diversidad de regiones, la calidad de los vinos y los malbec. La debilidad que acarrean es la inestabilidad económica que no permite acceder a financiamiento para este tipo de emprendimientos. El futuro para las bodegas boutique puede que no sea homogéneo. Si bien las propuestas se incrementarán, al mismo tiempo decaerán aquellas que no puedan sostener una estructura de trabajo pequeña", explicó Analía Videla.
"El mercado mundial está demandando vinos cada vez más personalizados y muy cuidados. Creemos que con pequeños volúmenes, costos fijos acordes con el tamaño de la empresa y produciendo vinos de calidad que justifiquen precios remunerativos, el futuro es prometedor", finalizaron Giménez y Castaño.
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