La invasión comenzó en Oriente. Desde hace un tiempo, pequeños robots con aspecto de astronautas fueron invadiendo puestos en las cocinas de los restaurantes.
Lo hicieron con una misión concreta: cortar noodles, esos fideos finos originarios de la provincia china de Shanxi, generalmente preparados a base de arroz.
Se dice que por estas latitudes se consumen más fideos que en cualquier otra parte del mundo. Quizás por eso se crearon estos cocineros mecánicos y programables, con ojos, cejas y orejas, y una cuchilla que corta la masa a gran velocidad, obteniendo finos hilos de pasta del mismo grosor.
Además, en lugar de piernas tienen un cajón en el que depositan los noodles, para luego echarlos dentro del agua hirviendo.
Dicho brazo realiza cortes precisos, con un sistema de funcionamiento similar al de un limpiaparabrisas,.
La versión más reciente del robot -de 1 m. de altura- puede rebanar hasta 160 piezas de noodles por minuto, lo que los hace casi tres veces más eficientes que un cocinero humano.
Cui Runguan, el inventor del primer humanoide cortapasta, comentó que la idea surgió al ver que los ayudantes de cocina detestaban hacer ese trabajo, excesivamente mecánico y monótono. "Los cocineros jóvenes dicen que cortar fideos es agotador", señaló. Además de argumentar razones económicas: "Las máquinas resultan más económicas que los humanos".
El valor de cada uno de estos "cocineros" es de aproximadamente US$ 2.000: menos de la mitad del salario anual de un ayudante de cocina, al menos en China.
También destacó el aspecto higiénico: sin importar la temperatura o la velocidad del trabajo, "los robots no sudan".
Así, desde que comenzó a circular la noticia de la aparición de estos llamativos aparatos, las ventas se multiplicaron, lo que incentivó a los fabricantes a producirlos en diferentes modelos y colores. Algunos, incluso, personifican caricaturas orientales.
Sin embargo, estos robots no son los únicos invasores: en Japón cuentan con todo un plantel de cocineros inanimados.
En 2009 se presentó una máquina amasadora y cortadora de pasta, aunque sin diseño humanoide. Es transparente y permite a los consumidores ver todo el proceso de corte.
Ese mismo año también se dio a conocer el Supersakanaya-san, un cortador automático de pescado que alcanza una velocidad de 2.500 trozos por hora.
Pero también tienen una oferta mucho más llamativa: hay robots dotados de manos de siliconas que sirven sushi y pasteles. Asimismo, los Motoman, con brazos metálicos largos y potentes, y articulaciones similares a las humanas que les permiten cambiar de postura, elaboran okonomiyaki (una especie de tortilla) vestidos con un pañuelo en la cabeza. Preparan la masa, vierten el aceite, mueven las espátulas y... ¡también son charlatanes! Interactúan con los clientes, tomando las comandas, preguntándoles qué tipo de salsa prefieren e, incluso, cantan.
FUENTE: los-robots-invaden-las-cocinas-
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