Para los viajeros de bajo presupuesto, la palabra hostel significa la posibilidad de encontrar una cama (seguramente poco confortable), un baño (quizás compartido) y, con suerte, máquinas con snacks y bebidas.
Pero los tiempos están cambiando. Y así como los hoteles boutique llegaron hace 25 años atrás para quedarse, ahora la tendencia se llama "poshotel", contracción inglesa para "hostel elegante". La iniciativa, que nació en Europa, apunta a atraer viajeros con ganas de gastar un poco más de dinero a cambio de un mínimo de servicios, incluyendo restaurante, cafetería, sala de juegos y wi-fi sin cargo. Hasta, en algunos casos, piscina.
Está claro que el público perfecto para un poshotel es la generación millennial, muy codiciada por la industria por su poder de compra y deseos de viajar. Además, por el interés que les despierta la interacción social entre personas de diversos orígenes.
Uno de los impulsores de esta tendencia es el grupo Generator, con presencia en 12 ciudades del Viejo Mundo y un proyecto para plantar bandera en Miami el año entrante. El flamante Generator Amsterdam, por ejemplo, ocupa las instalaciones de la que fuera Facultad de Zoología de la ciudad, donde despliega 168 habitaciones dobles y cuádruples, todas con baño privado, que permiten alojar hasta 564 huéspedes. La antigua aula magna es ahora un moderno bar con mesas comunitarias, la biblioteca pasó a ser una sala de relax, el sótano se convirtió en un restaurante y la sala de caderas es un bar nocturno. Las zonas comunes son amplias y entre varios toques de diseño creativo sobresalen los ascensores de cristal. Una habitación compartida se consigue desde € 15 (por cama) y la habitación doble premium se cotiza a razón de € 85.
La organización sin fines de lucro Hostelling International ostenta más de 4.000 propiedades en destacados destinos y en lugares poco corrientes, como una casa sobre un árbol en Noruega o un albergue juvenil en un castillo de Escocia. En la entidad subrayan la limpieza y los estándares de calidad para "que puedas descubrir el mundo, encontrarte a ti mismo y hacer nuevos amigos". En Estados Unidos la red está presente con 54 inmuebles y las amenidades, para valores que comienzan en tan sólo US$ 20, comprenden desayuno, wi-fi, tours y actividades sociales.
Las dos locaciones de Freehand en la Unión definen a las claras el concepto de poshotels, con cuartos privados y compartidos. En Miami, ocupando un edificio de estilo Art Deco de 1930 a pocas cuadras de Ocean Drive y Lincoln Road, donde ofrece desayuno con pastelería cubana y café recién molido, piscina, bar de cócteles y restaurante. En Chicago, con aires más citadinos, el Freehand es resultado del rejuvenecimiento del Tokio Hotel, provisto de bar, bar-cafetería gourmet y cocina comunitaria. Tarifas a partir de US$ 40.
FUENTE: la-sofisticacion-y-el-servicio-llega-a-los-hostels
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