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La gastronomía boliviana apunta a los insectos

Dan impresión, es verdad. Tan cierto como que los entomólogos aseguran que el consumo de ciertos insectos es beneficioso para la salud, ya que poseen valiosas cualidades nutritivas.
De hecho, recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) resaltó la relevancia de los insectos como alimentos nutritivos para el ser humano y para combatir el hambre en el mundo.
Por tal motivo, los biólogos de diversas universidades que participaron del II Foro Gastronómico Amazónico -llevado a cabo en Bolivia, en mayo-, debatieron sobre la eventual incorporación de insectos en la gastronomía boliviana con el fin de contribuir en la política de seguridad alimentaria, mostrando el potencial de los innumerables insumos escondidos en la Amazonia, que también podrían ser utilizados en la cocina internacional.
En ese sentido, el director de la Escuela de Hotelería y Turismo de Bolivia, Guillermo Iraola, afirmó que hay pueblos de la Amazonia boliviana que consumen insectos, aunque no están incorporados en la cocina diaria del resto del país. Y señaló que "así como la quinoa, podríamos tener en Bolivia más de 30 productos importantísimos para la alimentación humana. Tenemos un potencial fenomenal, ya que el 65% de nuestro territorio es amazónico".
En esa zona, durante la época de lluvias -fundamentalmente en noviembre- emergen de la tierra miles de hormigas reinas voladoras de la especie Atta. Poseen alas y un cuerpo de más de 2 cm. de largo, y salen en lo que se conoce como "vuelo nupcial", momento en el que la gente las atrapa para comerlas.
Se pueden consumir vivas, quitándoles las patas, la cabeza y las alas, para que quede sólo el fibroso vientre. Pero también se las puede freír en un sartén, para acompañarlas luego con arroz o miel.
Otra especie de insectos que sirve de alimento para los humanos es el tuyu tuyu, una larva de escarabajo que crece en los troncos de las palmas motacú, en cuya corteza leñosa se cobijan los huevos. Transcurridos seis meses desde que son depositados, emergen los regordetes gusanitos, blanquecinos y con cabeza negra, que al emitir ciertos sonidos alertan sobre su presencia. De ese modo, las personas los detectan y recolectan para comerlos, ya sea crudos o fritos.
Según aseveran los entendidos, ambos insectos -que habitan en el Trópico de Cochabamba, Beni, Pando, parte de Santa Cruz y el norte de La Paz- no sólo tienen un alto valor nutritivo y proteico, sino que ayudan a combatir los resfríos y males pulmonares.
Vale mencionar que las larvas de escarabajo se comercializan a un valor aproximado de Bs 400 el kg. (alrededor de US$ 60). Las hormigas voladoras, en tanto, no suelen estar a la venta.
De modo que para algunos pueblos bolivianos el consumo de estos insectos no es ninguna novedad, ya que los ingieren desde hace cientos de años. Incluso el consumo de tarántulas es moneda corriente en ciertas latitudes.

 

 

FUENTE: la-gastronomia-boliviana-apunta-a-los-insectos

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