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Ingeniosos métodos contra huéspedes cleptómanos

Batas, toallas, carpetas de cuero y productos de frigobar son solo algunos de los trofeos que encabezan el ranking de hurtos en los hoteles. Cual trofeos de guerra, la lista también incluye adornos y algunos casos insólitos: en un hotel de la CABA, por ejemplo, se recuerda que una noche un huésped descolgó un cuadro de un área común y se lo llevó a su habitación. Fue visto por las cámaras de circuito cerrado, por lo que le golpearon la puerta y le solicitaron que lo devolviese. Al parecer, su pareja lo había visto durante el día, le había gustado y se lo había pedido como regalo.
En otro establecimiento de la ciudad comentaron que tuvieron un cliente al que todas las mañanas se le llevaba café a la habitación. Pero cuando iban a retirar la bandeja, solo estaba la taza, sin la cuchara ni la cafetera de plata. Después de algunos días el mayordomo le deslizó la inquietud, a lo que el huésped manifestó que no había visto nada. Sin embargo, un rato después se comunicó con él para decirle que no se explicaba cómo esos objetos habían quedado tapados por las cortinas, y que por eso no los había notado.
De otro hotel céntrico se llevaron las almohadas de la habitación. También se reportaron "robos de urgencia" -como los de cables para conectarse a Internet- e incluso algunos ingenuos, como el del huésped que al momento del chek-out no entendía por qué su cargo a la habitación era tan elevado; le dijeron que era por los consumos del frigobar, a lo que respondió: "Entonces los devuelvo". Acto seguido, abrió su bolso y sacó bebidas, chocolates, papas fritas y cereales, entre otros artículos.
El problema de los hurtos existe, suele no tener consecuencias legales y puede representar un costo para las empresas hoteleras, que deben mantener el tono amable con sus huéspedes, incluso con los cleptómanos.
Por tal motivo, cuando descubren a alguno de ellos, se le suele informar que el costo de lo que se llevó se cargará a su cuenta. Asimismo, se está optando por tomar algunas medidas, como indicar con cartelitos que todo está a la venta y que puede adquirirse en la tienda del lobby; amurar los veladores a las mesas de luz y los cuadros a las paredes, con lo que el huésped sabrá que no es una persona del todo confiable; solicitar la tarjeta de crédito al momento del check-in; y no incluir los logos en ciertos artículos de las suites que podrían convertirse en objetos de colección (dicen que esta iniciativa dio bastante resultado).
Por otro lado, recientemente se presentó un transmisor diminuto que puede ser colocado en toallas, batas de baño, sábanas y cobijas, a fin de evitar los altos costos que trae consigo la reposición de los "souvenirs". Así, el chip permite rastrear las piezas mediante la tecnología de identificación de frecuencia de radio (RFID).
Según Linen Tracking Technology (LTT), hasta el 20 % de los inventarios de los hoteles desaparecen en manos de algunos huéspedes. Según comentaron desde la empresa, una toalla con chip cuesta poco más que una convencional, y se puede lavar y doblar.
Asimismo, el frigobar ahora se podría controlar mediante un detector de movimiento: si alguien saca un producto por más de un minuto, automáticamente el hotel lo cargará a la cuenta como consumido. Este sistema evitaría que el huésped altere los productos, ya que frecuentemente se suele reemplazar el vodka o el agua mineral por agua de la canilla.

FUENTE: ingeniosos-metodos-contra-huespedes-cleptomanos

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