En todo el mundo -y particularmente en las grandes urbes- se está valorando más la interacción de los seres humanos con el entorno natural y el medio ambiente.
Las empresas abandonan el "downtown" y se desplazan hacia áreas verdes, con espacios más generosos. Algunas, incluso, adoptan el modelo del campus universitario, donde los edificios afectados a la producción y la administración conviven con plazas, piletas, gimnasios y espacios destinados a la recreación.
Pero esos cambios en la planta, y en la estructura de las empresas y los negocios, requieren también miradas en la organización, la formación y el cuidado de los recursos humanos.
Una de estas miradas, cada vez más difundida, es el desarrollo de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Hoy en día, todas las empresas tienen políticas de sustentabilidad; la mayoría cuenta con políticas de sustentabilidad aplicables en todos los ámbitos de la compañía, inclusive en los eventos. No solicitan puntualmente basar los eventos en este aspecto, sino que mencionan pequeños detalles. Y es en ese momento que se sugieren las actividades, planificando y creando momentos de contacto informal y distendido entre las familias, los grupos de trabajo y las instituciones que participan de la vida cotidiana de esas familias y esos grupos: las escuelas, las ONGs vecinales, los clubes deportivos, entre otras.
Así, la empresa participa de las vivencias, las necesidades y las expectativas de desarrollo individual y comunitario de sus propios empleados, lo cual es una premisa básica dentro de la RSE.
Vale subrayar que los "eventos verdes" son aquellos en los que se desarrollan los conceptos de equilibrio ambiental, las necesidades de la comunidad, el papel de la empresa y de cada uno en la construcción de modelos sustentables, pero también pueden dedicarse a la salud física y mental, la vida en familia y la necesidad de relax alternado con el trabajo para mantener el equilibrio.
Habitualmente, son actividades que se desarrollan fuera de lo que es el entorno habitual de los trabajadores. Salir al campo es cambiar la lógica cotidiana para encontrarse con algo nuevo, a veces sorprendente y siempre placentero, que redundará en una mejor convivencia y una mejor interrelación de los grupos de trabajo.
En otro escenario se realizan actividades deportivas, recreativas o culturales que fortalecen el vínculo y que enriquecen a cada uno de los participantes.
Pero un evento verde también puede realizarse en la ciudad o en la misma empresa. Hay opciones como los días de campo, los mini cruceros por el Delta o paseos por áreas de fauna y flora protegidas, pero también competencias, charlas a cargo de organizaciones ecologistas, concursos en los que participan escuelas, y hasta clases de yoga y respiración para empleados.
Una ventaja de los eventos verdes es que habitualmente no exigen grandes inversiones sino que, por el contrario, abren un abanico de alternativas que salen de la clásica fiesta o convención.
También pueden incorporarse como eventos de fidelización a la planificación anual, con actividades periódicas para los empleados en equipos de diversas áreas, con premios parciales, para que vayan superando objetivos, creando así un evento con logros más visibles en el tiempo.
FUENTE: las-nuevas-tendencias-en-eventos-empresarios-tienen-color-verde
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