El balance del año para los trabajadores del sector hotelero y gastronómico no es bueno. La actividad tuvo menos ventas y llegaron menos turistas desde el exterior, a lo que hay que sumar un menor nivel de gasto por estadía.
Este es el resultado de dos problemas que afectan a la economía nacional. En primer término, la inflación. Y en segundo, la disparidad cambiaria.
Por tal motivo, los reclamos que tenemos los trabajadores es que se elimine el cepo cambiario. Siempre que gobiernos de distinta bandera política lo aplicaron en Argentina, fracasó.
Del mismo modo, esperamos que se controle el proceso inflacionario porque, en este contexto, el que más pierde es el trabajador. Además, es un problema para los empresarios, porque no pueden trasladar a sus cartas o tarifas los aumentos de los costos internos. Una patronal pobre no puede pagar buenos sueldos. Y en este momento los salarios ocupan un porcentaje muy alto del total de las ventas brutas de los negocios. Sin embargo, para los trabajadores el sueldo es miserable.
Por tal motivo, en este momento estamos debatiendo la asignación de un Bono de Fin de Año; porque con los aumentos acordados en las paritarias no alcanza.
Además, cabe aclarar que el sector hotelero-gastronómico no recibe ningún tipo de subsidio.
Otro de los reclamos pendientes son las medidas para controlar la inseguridad. Hoy los establecimientos deben incrementar sus costos invirtiendo en herramientas para prevenir el delito, como alarmas, cámaras de monitoreo y seguridad privada, entre otras. Hasta hace algunos años estos gastos no existían y hoy es dinero que no se puede destinar a los salarios de los trabajadores.
Asimismo, considero que el balance de 2014 es malo porque los puestos de trabajo perdidos ascenderán a 3.000. Si bien en este sector es común que haya recambio de plazas -es decir, que muchos locales cierren y otros abran-, en este período los primeros fueron más que los últimos. Y los proyectos nuevos cuentan con estructuras que requieren menor cantidad de personal.
En cuanto al trabajo de la Uthgra, el balance es bueno. Este es un gremio bien administrado. Tenemos un bajo nivel de gastos y eso nos permite invertir. Por ejemplo, este año compramos un lote en Constitución y abrimos una escuela de formación profesional. Sin embargo, el crecimiento institucional no va a la par de la situación económica que están viviendo los trabajadores.
Por otra parte, la expectativa que tenemos para 2015 es que asuma otro gobierno. Este tipo de partidos populistas no estimulan el trabajo y sólo brindan asignaciones con el objetivo de captar votos. Además, en esta gestión aumentó la pobreza y el nivel del gasto público. El caso de Aerolíneas Argentinas es el más emblemático, por el nivel de pérdidas que genera. Contar con 33 pilotos por cada avión es una locura, casi como contratar tres mozos por mesa en un restaurante.
A su vez, esperamos que quien asuma en 2015 proponga una nueva política económica, deje atrás los intervencionismos y fomente el crecimiento de las industrias que producen y generan empleo, como es el caso de la hotelería y la gastronomía.
En tal sentido, vislumbro un futuro auspicioso, que ponga fin a esta etapa tan difícil para el sector.
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