La atracción en las relaciones interpersonales

La atracción interpersonal es el sentimiento emocional, actitud y/o conjunto de evaluaciones que se centra, sobre todo, en los factores que posibilitan que nos atraigan determinadas personas, rechacemos a otras o nos mostremos indiferentes.
Algunos estudios afirman que la atracción hacia otra persona (la mayoría que se han hecho han sido sobre el sexo contrario), está mediatizada por la proximidad, el aspecto físico, la similitud y la complementariedad personales, así como la estimación, entre otros factores.
El sentimiento de atracción interpersonal desde la perspectiva socio-histórica supone entenderlo como un fenómeno cultural sólo comprensible desde los significados construidos y compartidos de una sociedad determinada (estándares de belleza, comportamientos asociados al hecho de sentirse o no atraído por otra persona, etc).
La atracción está originada y se construye a través de procesos interpretativos, de los cuales depende estrechamente.
• Proximidad: se ve a la otra persona frecuentemente. La mayor parte de las veces, se crean relaciones entre personas que se ven mucho (por ejemplo, con gente del trabajo, la universidad, etc.) y es más probable si hay buena interacción.
Sólo se ha estudiado el atractivo interpersonal entre hombres-mujeres, y no hombres-hombres o mujeres-mujeres. El hecho de ver a una persona varias veces hace que se la vea más atractiva. Por el contrario, a una persona que no nos gusta mucho y la vemos todos los días, la terminamos odiando; la vemos incluso más fea.
Hay una teoría que afirma que cuando hacemos algo que nos gusta, cuando vemos a una persona, la relacionamos a algo positivo. Y viceversa.
Si vemos mucho a una persona, nos gusta verla, pero no por verla muchas veces, sino porque nos resulta familiar, y esta familiaridad es la que tiene el poder del atractivo. Por eso se aplica la repetición en las publicidades, en la televisión, la radio, la web, etc.
Existen dos explicaciones de por qué nos gusta lo familiar, lo conocido:
• Desconfiamos de las personas que no conocemos y cuando se nos hace familiar nos resulta más fácil acercarnos a ellas.
• La primera vez que se conoce a alguien hay cierta tensión. Podemos analizarlo de la siguiente manera:
- Aspecto físico: tendemos a ayudar más al más atractivo. El atractivo depende de las culturas y de las épocas. En un principio se pensó que en un primer contacto ya se veía el atractivo o no, pero no sólo es en ese momento: se crea un estereotipo del aspecto físico (quiere decir que cuando una persona es atractiva tendemos a asociarle otros aspectos socialmente deseables). Lo aprendemos desde pequeños (los personajes malos de los dibujos animados son feos, y los lindos son buenos).
• Similitud: nos gustan aquellas personas que visten o piensan como nosotros, que se nos parecen físicamente, o tienen un estilo de vida similar al nuestro. El hecho de que una persona piense como usted le refuerza sus ideas y la autoestina (pensamos igual, ¿ves cómo tengo razón?).
• Estimación: nos gustan aquellas personas que nos aprecian o les caemos bien. Nos hacemos una idea de cómo somos nosotros en función de cómo nos ven los otros (si los otros piensan bien de nosotros, nos sube la autoestima y nos hace sentir bien. Y si no piensan bien, nos baja, nos hace sentir mal).
• Asociación: nos gustan aquellas personas que asociamos a situaciones agradables o positivas; hacen que nos sintamos bien.
En este sentido, la atracción interpersonal brinda confianza, seguridad y certeza a través de las herramientas que dispongamos en común con nuestros potenciales clientes, tratando de humanizar este contacto y dando respuesta a las consultas en tiempos prudenciales y con la mayor personalización posible.