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El síndrome de desgaste profesional en las empresas

El síndrome de "burnout" puede producirse por un excesivo grado de exigencias como por la escasez de recursos internos de las personas que ofrecen servicios profesionales. Es fundamental tomar medidas preventivas, dado que el diagnóstico precoz es complicado y la diferencia con un simple desgaste es muy sutil.

El síndrome de desgaste profesional o síndrome de "burnout" ("estar quemado") es definido como un trastorno adaptativo crónico, asociado a las demandas psicosociales que sufren los profesionales que trabajan brindando un servicio en contacto directo y continuo con personas, como por ejemplo vendedores, comerciantes, docentes, médicos, entre otros.
Este síndrome puede producirse tanto por un excesivo grado de exigencias como por la escasez de recursos internos de las personas que ofrecen servicios profesionales.
Según Chernis, el síndrome se desarrolla en tres fases evolutivas:
1) Disbalance entre las demandas laborales y los recursos emocionales, intelectuales y físicos de las personas. Es una situación de estrés psicosocial.
2) Estado de tensión psicofísica.
3) Sucesión de una serie de cambios de conducta como consecuencia de una manera de afrontar la situación con una modalidad de tipo defensivo, en la que se evitan las tareas estresantes y se procura un alejamiento personal. El profesional trata a los clientes de manera rutinaria, distante y mecánica, anteponiendo la satisfacción de sus propias necesidades al servicio que presta.
Este síndrome se caracteriza por:
»  Carácter progresivo: se produce poco a poco. Es decir, la persona no está bien un día y al siguiente se levanta desgastada profesionalmente o "quemada". El cuadro va oscilando con intensidad variable en cada persona (se entra y se sale de la situación de desgaste). Con frecuencia es difícil establecer hasta qué punto se padece el síndrome de "burnout" o la persona simplemente sufre el desgaste propio de la profesión.
»  Negación de la realidad: se tiende a negar la situación ya que se vive como un fracaso personal y profesional. Son los compañeros de trabajo los que primero lo notan, lo que puede significar un indicador importante para el diagnóstico precoz.
»  Fase irreversible: el síndrome puede adquirir tal gravedad que resulta irreversible y la persona debe abandonar ese trabajo.
Por todo ello, es fundamental tomar medidas preventivas, ya que con frecuencia el diagnóstico precoz es complicado y la diferencia entre un simple desgaste y el síndrome de "burnout" es muy sutil.
Los síntomas que se revelan como más característicos de este síndrome son:
» El cansancio emocional, caracterizado por la pérdida progresiva de energía, es decir, el desgaste, el agotamiento, la fatiga, entre otros.
» La despersonalización, manifestada por un cambio negativo de actitudes y respuestas hacia los demás con irritabilidad y pérdida de motivación hacia el trabajo.
» La incompetencia personal (falta de realización personal), con respuestas negativas hacia sí mismo y hacia el trabajo.
Entre las consecuencias del síndrome se describen alteraciones emocionales y conductuales, psicosomáticas y sociales, pérdida de la eficacia laboral y alteraciones de la vida familiar.
También explica los niveles elevados de ausentismo laboral entre estos profesionales, tanto por problemas de salud física como psicológica, siendo frecuente la aparición de situaciones depresivas hasta la automedicación, ingesta de psicofármacos y aumento del consumo de tóxicos, alcohol y otras drogas.
Por lo tanto, deben aplicarse medidas preventivas en la organización y clima laboral para evitar los factores estresantes y las variables que influyen en la aparición del síndrome de desgaste profesional o "burnout".

 

FUENTE: el-sindrome-de-desgaste-profesional-en-las-empresas

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