Las redes de comunicación definen los canales por donde fluye la comunicación. Estos canales pueden ser:
• Formales.
• Informales.
Las redes formales suelen ser verticales, siguen la cadena de autoridad y se limitan a comunicados relacionados con el trabajo.
En tanto, las redes informales de comunicación (llamadas también redes del rumor) tienen libertad para desplazarse en cualquier sentido y saltar niveles de autoridad. Además, pueden satisfacer las necesidades sociales de los miembros del grupo y facilitar la ejecución de actividades.
De modo que en las redes informales la información fluye sin orden, dando lugar a los rumores.
Los rumores tienen tres características:
• Son incontrolables.
• Los empleados los perciben como más creíbles y fidedignos que los comunicados formales que emite la alta dirección.
• Sirven a los intereses de las personas que los difunden.
Algunos estudios de investigación indican que, en general, es poca la gente que genera rumores. Asimismo, evidencian que alrededor de un 75% de su contenido es exacto.
Cabe preguntarse: ¿qué condiciones fomentan y desatan rumores?
Si pensamos que los rumores comienzan porque los chismes son atractivos, nos equivocamos. Los rumores persiguen cuatro objetivos:
• Estructuran y reducen la ansiedad.
• Logran sentido de información segmentada o limitada.
• Hacen de vehículo para que se organicen los miembros del grupo y se formen coaliciones. Además, señalan la categoría del emisor o su poder (yo tengo información, yo puedo compartirla o no).
Los rumores nacen como respuesta a situaciones que resultan importantes, donde hay ambigüedad y en condiciones que despiertan ansiedad. Y persistirán hasta que las necesidades y las expectativas que producen incertidumbre no sean satisfechas, o hasta que disminuya la ansiedad.
Los rumores le indican a los administradores cuáles son los temas confusos que los empleados consideran importantes y les provocan ansiedad.
Ubicar quiénes son los que transmiten información en forma de rumor (un 10% del total en grandes empresas) y tenerlos como informantes, posibilita obtener información valiosa acerca de los intereses de la gente en la empresa.
La presencia del rumor es inevitable. Lo que sí puede hacerse es reducir al mínimo las consecuencias negativas de los rumores, limitando su extensión y repercusiones.
Algunas sugerencias para reducir al mínimo estas consecuencias negativas son:
• Anunciar un tiempo programado para tomar decisiones importantes.
• Explicar las decisiones y conductas que pudieran parecer inconsistentes o secretas.
• Hacer énfasis en los riesgos, tanto positivos como negativos, de las decisiones actuales y de los planes futuros.
• Discutir abiertamente las posibilidades más negativas; esta posibilidad casi nunca genera tanta ansiedad como las fantasías que no se expresan.
FUENTE: el-rumor-en-las-empresas
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