Elegido el vino por nuestro cliente, utilizando la carta que le hemos facilitado y que deberá estar armada con suma creatividad y cuidado, la presentación del producto debe realizarse para que él pueda comprobar que es el vino solicitado, y poder identificar todas las indicaciones y menciones que se presentan en la etiqueta (marca, año de cosecha y variedad, entre otros datos).
El siguiente paso consiste en cortar la cápsula que "viste" la botella con la pequeña navaja que lleva incorporada el sacacorchos. Para no desmerecer profesionalidad y que el producto no pierda presentación, es necesario realizar un corte limpio, por encima o por debajo del gollete.
Hay diferentes teorías o técnicas de trabajo. Pero lo que es aconsejable, cuando se trata de un vino añejo, es abrirlo por debajo del gollete; de esta forma quedará una parte de la botella algo más libre y permitirá realizar una mejor limpieza antes de la extracción del tapón.
Sucede que, con el tiempo, debajo de la cápsula se puede generar algo de suciedad como consecuencia del ambiente húmedo en el que ha sido conservado el vino. Cuando la bebida es joven no tiene tanta importancia, ya que al tener poca edad no presenta estos inconvenientes devenidos de la guarda prolongada.
Luego hay que realizar la extracción del tapón. Es muy importante utilizar la herramienta adecuada; es decir, contar con un buen sacacorchos. Así, se introduce el espiral lo más ajustado al centro del tapón para evitar que se rompa. Luego se gira en el mismo sentido que las agujas de reloj y al mismo tiempo se ejerce una ligera presión para que se enrosque bien, evitando mover la botella.
Es importante no realizar una presión demasiado fuerte para evitar que el tapón se hunda en la botella.
Cada vino tiene un tipo de tapón en función de su calidad, motivo por el cual hay que enroscar el espiral del sacacorchos en función de su tamaño. Es aconsejable no atravesarlo, ya que podría ensuciar el vino con restos de corcho.
A la hora de extraer el tapón, hay que ejercer una presión de palanca, y extraer suavemente el corcho de forma totalmente vertical y progresiva. Si nos inclinamos ligeramente, corremos el riesgo de que el tapón se rompa.
Una vez descorchado, mediante el olfato se comprueba que el tapón no presente sensaciones de moho, vinagre, corcho húmedo o cualquier otra anomalía.
Luego se extrae el tapón del sacacorchos con sumo cuidado, para no alterar con las manos los aromas o características que presenta el vino.
A continuación, se sirve una pequeña cantidad a quien ha solicitado el vino, (el servicio siempre se realiza por la derecha del comensal, igual que la presentación) para que emita su juicio y permita el servicio.
Durante esta fase es importante mostrar estilo y presentar la botella al cliente mientras el da su conformidad.
Acto seguido se ofrece el vino al resto de los comensales, siempre siguiendo un orden protocolar.
Finalmente, se sirve la copa del anfitrión, y se deja la botella en la mesa de los comensales o en un lugar visible cuando se trata de un vino tinto.
Hay que evitar, sobre todo con los vinos blancos, servir sobre el remanente que está en la copa. El producto siempre tiene que estar fresco y agradable al paladar.
Estas consideraciones ayudarán a brindar un mejor servicio a los clientes.
Temas relacionados