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Diseñando para todos: el hotel accesible

Es necesaria la adecuación edilicia y de los servicios para facilitar el acceso y calidad de uso a un sector de demanda creciente: la población con discapacidad y/o movilidad reducida. La accesibilidad se puede lograr a través de soluciones agradables desde el punto de vista estético.

Existen más de 60 millones de personas con capacidades reducidas que viajan por razones de ocio. Esta cifra se incrementa si se tiene en cuenta que por cada turista con capacidad reducida hay dos acompañantes.
Sabemos que cualquiera de nosotros, a lo largo de nuestra vida y por alguna situación, podemos ver alterada nuestra movilidad o nuestros sentidos. Por ello, estas necesidades especiales no son algo ajeno que solo les ocurrirá a otros. Debemos comprender que si esto nos sucediera y deseáramos viajar, podríamos ser huéspedes que requieran de servicios e instalaciones turísticas accesibles.
Tal vez uno de los aspectos principales sea garantizar la accesibilidad a los establecimientos de manera cómoda, autónoma y digna.
Debemos observar que estas instalaciones no solo sirven para alojar a quienes viajan por motivos de turismo o trabajo, sino que en ellas se desarrollan eventos y se ofrecen variados servicios: restaurantes, bares, spa, entre otros. Por lo que garantizar la accesibilidad a las instalaciones hoteleras supone la posibilidad de abrirse a un mayor número de clientes.
Nos estamos refiriendo a la adecuación edilicia y de los servicios para facilitar el acceso y calidad de uso a un sector de demanda creciente: la población con discapacidad y/o movilidad reducida, donde incluimos a la tercera edad.
La diversidad de los clientes, en cuanto a sus necesidades y deseos, es el primer valor que debemos tener en cuenta cuando se pretende ofrecer un servicio hotelero de calidad. Todos deseamos una atención y un servicio personalizado, y que valoren nuestros gustos y deseos.
Si este servicio, además, es plenamente accesible, adquiere mayor importancia, especialmente en relación con las personas con discapacidad, que serán los primeros receptores de las medidas que se lleven a cabo.
Un hotel accesible no tiene por qué ser un edificio lleno de ayudas técnicas poco atractivas. Por el contrario, se puede lograr la accesibilidad a través de soluciones realmente agradables desde el punto de vista estético.
Tampoco debemos pensar que debe resultar sumamente oneroso encontrar respuestas accesibles: si aplicamos la lógica, suelen resolverse las situaciones con pequeñas actuaciones.
Otro punto interesante es saber que si aplicamos el "diseño para todos", cuando el hotel no tiene hospedado pasajeros con discapacidad, las aplicaciones correctas y prácticas implementadas aportarán la posibilidad de que esas habitaciones sean usadas de manera ordinaria, como el resto de las unidades del mismo.
La accesibilidad beneficia a todos los usuarios del hotel, pero para los clientes con discapacidad más que una expresión de calidad es una necesidad básica que ha de ser satisfecha correctamente.
El estudio de la organización y gestión del hotel desde la perspectiva de la accesibilidad es, en consecuencia, una necesidad para la plena incorporación de ésta en el servicio ofrecido.
La Carta de Barcelona de 1996 dice: "La dignidad y la valía de la persona son condiciones inherentes a todos los seres humanos, independientemente de su sexo, raza, edad y discapacidad... La accesibilidad extensiva a todos los ciudadanos debe incorporarse definitivamente al diseño urbano (arquitectónico) como una estrategia más de las políticas asumidas de promoción de la calidad de vida".

FUENTE: disenando-para-todos-el-hotel-accesible

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