La importancia de tener una carga de fuego realizada con criterio - indicador de la magnitud del riesgo de incendio que posee un sitio-, teniendo en cuenta las condiciones edilicias -materiales constructivos, contenidos, distancias a recorrer y extintores adecuados- hace que el establecimiento se encuadre dentro de la normativa vigente.
En una primera fase se realiza un inventario del contenido, para saber qué tipo de combustibilidad tienen los muebles, materias primas y otros.
Una vez realizado el inventario por sector, detallando los materiales y cantidad de los mismos, se procede al cálculo de poder calorífico, que posibilitará en forma fehaciente la combustibilidad del mismo.
A partir de este cálculo es necesario determinar el poder extintor requerido para el sector de estudio. Así, habrá que determinar qué tipo y qué cantidad de extintores serán necesarios. Por ejemplo, para el depósito de almacenamiento de blanco, es necesario determinar:
1) El tipo de material.
2) La cantidad de material.
3) Qué tipo de combustibilidad tiene, de acuerdo a la clasificación de los riesgos: explosivos, inflamables, muy combustibles, combustibles, poco combustibles, incombustibles o refractarios.
4) La resistencia al fuego, propiedad que se corresponde con el tiempo -expresado en minutos- durante un ensayo de incendio, después del cual el elemento de construcción ensayado pierde capacidad resistente o funcional.
5) El sector de incendio: el local o conjunto de locales delimitados por muros y entrepisos de resistencia al fuego, acorde con el fuego que contiene, comunicado con un medio de escape.
6) La superficie de piso: área total de un piso comprendido dentro de las paredes exteriores, menos las superficies ocupadas por medios de escape, y locales sanitarios y otros que sean de uso común al edificio.
Para la tipificación del riesgo de cada sector se ha considerado la situación más desfavorable observada.
En función del material que genere la combustión, el tipo de fuego puede clasificarse en uno de estos cinco grupos:
• Sólidos: materiales que producen brasas, como maderas, caucho, plásticos, textiles y papel.
• Líquidos inflamables: el petróleo y sus derivados (alcoholes, grasas industriales y gases).
• Eléctricos: motores, tableros e instalaciones eléctricas.
• Metales combustibles: magnesio, sodio, potasio y aluminio.
• Cocinas comerciales: con grasas y aceites de origen animal o vegetal.
Así, acorde al tipo de fuego y materiales a resguardar, habrá que ver cuáles son los extintores más adecuados, ya que existen varias clases según su composición de extinción: agua, agua pulverizada, agua y AFFF, polvo ABCD, polvo BC, Halotron I, Polvo D y acetato de potasio.
FUENTE: determinacion-de-condiciones-de-incendio
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