Decálogo del trabajo en equipo

En toda organización se pueden iniciar o mejorar las relaciones interpersonales aplicando el Decálogo del Trabajo en Equipo formulado por Héctor Fainstein:
1) Constitución de los equipos con un propósito predeterminado. Para eso debe haber un propósito convocante (no se conciben equipos sin tarea), el que se convierte en metas u objetivos cuantificables cuando la empresa y el equipo se planteen ciertas pautas que hagan medibles sus propósitos.
2) Alcance de los propósitos en un plazo determinado. Los equipos tienen tiempos concretos para realizar su tarea. Para la fijación de dichos tiempos suele incidir:
• Que sean establecidos por un nivel mayor de la empresa.
• Que sean establecidos por el propio equipo.
• Que sean establecidos unilateralmente por el coordinador del equipo.
• Que sean establecidos mediante un proceso negociador entre los distintos actores de la organización.
3) Especialización individual y co-especialización en equipos. Los integrantes deben desarrollar un elevado grado de dominio personal.
4) La selección de los integrantes del equipo. En la actualidad las organizaciones seleccionan a sus integrantes por sus habilidades individuales y sus condiciones psicológicas.
5) Evaluación por procesos y resultados. El momento del establecimiento de pautas para evaluar debe ser el inicio mismo del equipo, de su funcionamiento como tal, o el comienzo de un ciclo determinado.
6) Estilo del equipo. Todos tienen un estilo que los caracteriza y que se da por múltiples influencias internas y externas.
7) Los estándares de calidad. Los equipos, para ser comprendidos como tales, tienen como requisito vinculado con la tarea el cumplimiento de los estándares de calidad. No deben cometer errores.
8) Confiabilidad. Se construye en un proceso continuo, cuando el equipo tiene tiempo para desarrollarla.
9) El "juramento" de equipo. Se constituye en la acción; cada integrante a su modo va conformando una modalidad de interacción que configura una especie de "rito iniciático", el juramento.
10) Ética, motivación y capacitación. La satisfacción de ciertos principios éticos, de los cuales la capacitación permanente y la competencia no están excluidas, es un motivador para los integrantes de un equipo (ética de la cooperación).
Para la motivación deben distinguirse distintos tipos de satisfactores:
• Aquellos que vinculan la producción del equipo en una forma más participativa, desde la cooperación y no desde una perspectiva agresiva, estimulando la capacitación y el entrenamiento permanentes.
• Aquellos que entienden el trabajo en equipo sólo como una forma más de productividad, por lo que debe aplicarse alguna técnica tipo "zanahoria". De esta forma, el equipo es una ilusión mecanicista que reemplaza al operario aislado.