Desde hace algunos años se viene hablando de una nueva tendencia en hotelería: el modelo low cost. Como consecuencia de la situación económica global, la sobreoferta de plazas hoteleras en algunos destinos y las nuevas necesidades de consumo, surgió esta fórmula de negocio, que hace poco anunció su desembarco en nuestro país.
Pero, ¿de qué se trata exactamente la hotelería low cost?
Después de consultar a varias fuentes llegamos a la conclusión de que no existe una definición precisa sobre el nuevo modelo, que por ende lejos está de convertirse en una nueva categoría hotelera.
De modo que surgieron conceptos diversos y diferenciados, que podrían agruparse en dos enfoques principales. Por un lado -probablemente el más acertado- se dice que se trata de establecimientos que ofrecen servicios básicos (lo que se traduce en menor cantidad de personal) a bajo precio, aunque dotados de buena tecnología y áreas públicas amigables. Y en cuanto al espacio físico, suelen resignar superficie en las habitaciones pero nunca el cuidado estético, la limpieza y la buena ubicación. Es decir que asocian este tipo de hotelería con el modelo low cost de las compañías aéreas.
Por otra parte, están los establecimientos que aplican el revenue management. Se trata de la definición de bandas tarifarias según la temporada, la demanda prevista y el tiempo de anticipación de la reserva. Así, algunos establecimientos, incluso de 4 y 5 estrellas, pueden llegar a ofrecer tarifas muy bajas para ciertas fechas si se compra con antelación. Dado que los hoteles venden un producto no stockeable, apuntan a buscar el mejor RevPar (ingreso por habitación disponible). De esa manera, las tarifas pueden variar día a día en función del stock para una fecha determinada.
Asimismo, se pueden llegar a sobrevender habitaciones pero nadie se queda sin cama. En temporada baja se sobrevenden las estándar y, en caso de ser necesario, se ofrece a algunos clientes un upgrade por el mismo precio. Así se aseguran una mayor ocupación.
Buenos, bonitos y baratos
Tomando como ejemplo el modelo low cost de las compañías aéreas, los hoteles de bajo costo se convirtieron en una tendencia internacional que ya desembarcó en Argentina. Paralelamente, estos nuevos hoteles plantean la necesidad de debatir sobre los sistemas de categorización y clasificación hotelera, tanto a nivel local como global.
SERVICIO Y AHORRO.
"Low cost es un concepto de hoteles que reducen gastos innecesarios, como la cantidad de personal o insumos muy caros. Sin embargo, no dejan de lado el confort, sino que ofrecen precios más accesibles para los huéspedes que buscan pagar menos sin resignar la calidad", señaló Romina Bruno, docente de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), y añadió: "Este tipo de gestión puede aplicarse en hoteles 3 estrellas o en lo que conocemos como hostel, ya que también proponen que la gente no permanezca en la habitación, dado que son más pequeñas y con menos servicios. Asimismo, se reduce la cantidad de personal: suelen contar con dos personas en la recepción que, además de atender ese puesto, toman reservas, cumplen la función de bell boy, sirven el desayuno y brindan asistencia como lo haría un conserje".
Otra manera de reducir costos es no lavar las sábanas y las toallas todos los días; y ofrecer desayuno continental en lugar de buffet: "De hecho, en algunos casos se terceriza este último servicio, o incluso todo el departamento de Alimentos y Bebidas. El objetivo es ahorrar el costo laboral que implica tener personal estable".
Jordi Busquets, asesor de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), también planteó su postura sobre los hoteles low cost: "La tercerización de servicios hace tiempo que dejó de ser una reducción de costos en Argentina. Se puede tercerizar la limpieza de un área pública pero, si un empleado demanda a la empresa que ofrece el servicio, esa demanda también corresponde al hotel".
Por su parte, Iñaki González Arnejo, director de Aadesa-Gerenciadora de Hoteles, indicó que este concepto nació en las aerolíneas, en la década del 70, cuando viajar en avión era un consumo de lujo. De modo que se buscó la manera de prestar menos servicios para que la gente que hasta ese momento no podía acceder a un ticket aéreo comenzara a hacerlo. "En los hoteles pasa lo mismo, la idea es no cobrar por servicios que no se usan, como puede ser wi-fi, televisión o aire acondicionado. Esto no implica que la habitación no cuente con esos servicios, sino que solamente se activan si el cliente lo pide y paga de manera adicional. Incluso los amenities pueden no estar incluidos en la tarifa estándar. Esta propuesta está pensada para huéspedes que buscan una buena cama y una buena ducha, aunque las habitaciones sean pequeñas y despojadas".
A su vez, Bruno enfatizó que "muchos hoteles están mutando a esta tendencia para bajar costos". Y que "si bien los low cost no están pensados para un tipo de huésped en particular, es claro que no aplican para el segmento corporativo porque no ofrecen un escritorio en la habitación, ni cuentan con business center. Se trata de una propuesta interesante para jóvenes que no quieren hospedarse en un hostel porque prefieren una habitación y un baño privado. Y, además, es atractivo para familias que buscan buen precio y un ambiente tranquilo. Asimismo, existe un segmento de huéspedes que antes se alojaba en hoteles 4 estrellas y que debido a la crisis internacional ya no puede hacerlo; buscan calidad y confort a una tarifa más económica".
En tanto, González Arnejo consideró que "los hoteles 2 estrellas son los que mejor pueden adaptarse para convertirse en un low cost. Sin embargo, creo que debería ser considerada como una categoría en sí. Este formato tiene potencialidad de crecimiento en el país y puede complementar la oferta actual. Sobre todo en épocas en las que el viajero está atento al precio. No obstante, lo más importante en este tipo de emprendimientos es la claridad sobre lo que se ofrece al momento de la venta para no generar falsas expectativas. Tiene que estar bien especificado qué está incluido en la tarifa y qué se paga de manera adicional".
¿CATEGORIA LOW COST?
"La ley hotelera actual es antigua y en algún momento habrá que modificarla. No solo por el surgimiento de los hoteles low cost sino principalmente porque no tiene en cuenta los servicios, sino las características del edificio y el equipamiento", dijo la docente de la UADE.
Sin embargo, Graciela Fresno, presidenta de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc), aseveró que no encuentra "ningún formato de hotel que pueda referenciarse como low cost. No se trata de ninguna categorización específica. En realidad alude a un precio y cada hotel puede definir su política tarifaria y llamarla como prefiera. En definitiva, implica diferenciarse por cobrar menos. El servicio y el valor que se cobra por el mismo es una decisión que toma cada hotelero, y low cost implica un tipo de ecuación servicio/calidad/precio. Dar menos servicio y cobrar menos por ello es lógico. Contratar este tipo de alojamiento no significa menor costo sino contar con menos servicios y, por lo tanto, pagar un precio más bajo".
En tanto Busquets remarcó: "Low cost más que una definición de un tipo de hotel, es una respuesta que la iniciativa privada brinda al mercado. Es una clasificación pero no una categoría. De hecho, toda definición de alojamiento comienza con la frase ‘tiene que tener un mínimo de...'. Lo que sí debe estar definido es la propuesta que se quiere dar al mercado para optimizar la búsqueda de la rentabilidad y tener eficacia en la gestión. Un empresario que decide abrir un hotel low cost debe tener claro a qué quiere dedicarse, cuál es su segmento de negocio, sus costos y sus posibilidades. Se puede importar un concepto novedoso; sin embargo, hay que analizar si funciona en Argentina. Por citar un ejemplo, hace muchos años se impusieron los hostales en América Latina, pero lo cierto es que nacieron en España e Italia para solucionar una situación edilicia, ya que los edificios antiguos se venían abajo. En ese contexto funcionaron, pero en esta región es otra cosa".
Por otra parte, estos nuevos modelos de negocios y adaptaciones de la oferta hotelera generan un debate a nivel internacional sobre las posibilidades de alcanzar un sistema global de clasificación y categorización. Una temática que se evaluó en la Cumbre Mundial de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que se realizó a principios de octubre y en la que participaron 20 asociaciones líderes del sector hotelero a nivel mundial.
"Antes de este encuentro se realizó un estudio comparativo de sistemas de clasificación y categorización de más de 50 países. Además de analizarse los últimos ocho intentos de búsqueda de un sistema global. La conclusión a la que se arribó fue comenzar a trabajar con criterios comunes a nivel internacional (que no son obligatorios, y que respetan la clasificación y categorización de cada país) e identificar políticas de Buenas Prácticas. En primer término, debería darse un paso en la búsqueda de coincidencias, aun admitiendo la complejidad. Y sabiendo que a la Unión Europea, a través de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Cafés (Hotrec), le llevó años definir sus criterios internamente", explicó Busquets, que participó como representante de la Fehgra e integrante del Consejo de Administración de la International Hotel & Restaurant Association (Ih&Ra).
ARGENTINA LOW COST.
Más allá de las definiciones y el marco legislativo, lo cierto es que de un tiempo a esta parte en Argentina abrieron sus puertas varios establecimientos que se presentan como propuestas low cost. Y muchos de ellos no coinciden con el imaginario colectivo de dicho modelo.
"Podemos caminar por la ciudad de Buenos Aires y encontrar que hay oferta de establecimientos que se denominan low cost. De hecho, algo similar sucedió con los hoteles temáticos, que en un momento se pusieron de moda. Personalmente no veo volumen en Argentina para este tipo de negocios. Habría que analizar si hay mercado para un producto tan específico", evaluó Busquets.
No obstante, en el país los hay. El Pop Hotel, por ejemplo, fue inaugurado en 2011. Perteneciente a la cadena Own Group, la propiedad posee 44 habitaciones de estilo moderno, diseñadas y equipadas con tecnología de última generación. Están distribuidas en cuatro plantas, incluyendo 39 Junior, cuatro Deluxe y una Master suite, que también cuenta con un balcón privado. Están dotadas de una cama king o dos twins. Además, el Pop Hotel incluye entre sus servicios una caja de seguridad, iPod dock, pantalla LCD, pava eléctrica, wi-fi y aire acondicionado individual frío/calor. También dispone de las áreas F&B Lounge, un espacio con expendedoras de snacks y bebidas; Business Lounge, un sitio para trabajar y conectarse a Internet; Movies Lounge, destinado a ver películas o televisión; y Library Lounge, un área reservada para la lectura.
"La propiedad se distingue por ofrecer una tarifa económica. Tratamos de hacer una versión más accesible de nuestro primer hotel, el Sun Palermo Hollywood. Es un lugar lindo, con habitaciones amplias y servicio amistoso. Nos destacamos por la cordialidad, por recibir siempre a la gente con una sonrisa. Queremos que se sientan como en casa", señaló Bárbara Bottcher, gerenta del establecimiento. Y añadió: "La relación producto-precio es el gran diferencial. Apuntamos a un público joven; primero pensamos apuntar a estadías cortas, gente que venía a hacer shopping (generalmente brasileros), pero vimos que hay gente que quizás viene dos semanas a conocer Buenos Aires y se queda, y en vez de pagar un hostel, prefiere abonar un poco más y estar más cómodos".
El establecimiento está emplazado en Villa Crespo, en la zona de los outlets, cerca de los principales puntos comerciales y turísticos de la ciudad.
Bottcher comentó que las tarifas "no incluyen desayuno, aunque lo podemos agregar. Sucede que no contamos con un comedor, pero la opción es que lo tomen en el bar de enfrente, a 20 m. De todos modos, en el primer piso hay maquinitas en las que se pueden comprar bebidas, snacks, café o té. Además, en las habitaciones los huéspedes tienen una pava eléctrica y frigobar, donde pueden guardar lo que quieran. El hotel apunta a cuidar el bolsillo del cliente".
Asimismo, en 2010 desembarcó en nuestro país Room Mate, una cadena española low cost. Lo hizo con "Carlos" -en referencia al ícono tanguero-, una propuesta para huéspedes que disfrutan de los espacios con diseño, buen servicio y precios económicos, sumándose a la tendencia que en este caso denominan "lowxury": lujo a un precio accesible.
"Carlos", ubicado en la avenida 9 de Julio y Alsina, cuenta con 57 habitaciones en clave de suites y ofrece wi-fi gratis y desayunos hasta el mediodía. Su arquitectura está pensada para dar a cada ambiente una esencia particular, donde la iluminación, la música y el diseño se fusionan.
"El cliente viene a ducharse y a dormir. Tenemos una cama fantástica, un desayuno excelente y una buena ducha. Pero no hay accesorios, como gimnasio, peluquería, spa o restaurante. Por eso podemos vender las habitaciones a precios razonables y ganar dinero", aseveraron desde la cadena.
Asimismo, a fines de 2009 Accor Hotels inauguró en Buenos Aires un site Novotel e ibis sobre la avenida Corrientes, a 200 m. del Obelisco, para cubrir las necesidades del segmento upper midscale y económico. "Se detectó un cambio en la demanda, sobre todo en el huésped corporativo. A partir de la crisis se observa que las compañías realizan un manejo más austero de los presupuestos de viaje, dejando de lado ciertos atributos de exclusividad y priorizando aspectos funcionales, como buena ubicación, medios de transporte, solución rápida y eficiente a los problemas típicos durante la estadía, buena conectividad a Internet, entre otros. Este manejo cauteloso de los gastos en viajes sería un cambio estructural más que un ajuste por cuestiones coyunturales que generó la última crisis", señalaron desde la compañía.
Por su parte, Denis Hennequin, presidente y CEO global de Accor, comentó: "Decidí desafiar algunos conceptos básicos de nuestro modelo de negocio, ya que entendimos que el cambio no era una opción, sino una necesidad. Con el liderazgo internacional de la marca vamos a revolucionar nuestro portfolio de líneas económicas en torno de la bandera ibis, que se beneficia de un reconocimiento inigualable en todo el mundo. En este sentido, las marcas ibis, etap hotel y all seasons evolucionarán a un grupo de tres marcas fuertes, innovadoras y rejuvenecidas, tornándose en ibis, ibis budget e ibis styles, con servicios modernos, contemporáneos y plenos de estilo", agregó el ejecutivo. La implementación de esta nueva segmentación, que concluirá en 2013, ampliará la legibilidad, consistencia y fuerza de las tres marcas económicas, permitiendo que Accor mejore la notoriedad y el potencial de crecimiento de cada una".
De este modo, ibis, ibis styles e ibis budget buscan convertirse en las marcas que ofrezcan el mayor nivel de confort y bienestar en el segmento de hoteles económicos.
Además, Accor desarrollará un plan para modernizar los hoteles y perfeccionar la comodidad de las instalaciones mediante una reconfiguración de las áreas comunes, ofertas de alimentos y bebidas, y tecnologías para el consumidor, para que los hoteles respondan a las nuevas tendencias y atiendan las expectativas de los potenciales clientes.
En tanto, InterContinental también opera como low cost a través de la marca Holiday Inn Express, cuyas habitaciones aúnan diseño y tecnología. En Argentina está presente en Puerto Madero y Rosario.
Una propuesta diferente es la de Hostel Inn, que combina un muy buen servicio hotelero con el ambiente característico de un hostel. Se caracteriza por su atención personalizada, tarifas económicas y atmósfera relajada. Con la marca Marcopolo Suites -en Iguazú y Calafate, ¬y próximamente en Bariloche-¬ ofrece instalaciones de calidad, con sala de reuniones, microcine, servicio de información turística, restaurante, snack bar, piscina con solario, quincho, sala de juegos, lavandería, TV por cable, wi-fi, canchas de futbol y voley, y mesas de pool, entre otros servicios.
"Queremos que la gente solo vaya a su cuarto para dormir. Para eso, en los Marcopolo Suites hay un activity manager, asados y otras propuestas. Nos inspiramos en modelos de Australia y Nueva Zelanda, países con seria cultura de backpacking y oferta muy diversificada", comentó Santiago Copello, CEO de la cadena.
LOS PIONEROS.
Así como las ya mencionadas Room Mate, ibis y Holiday Inn Express, existen en el mundo muchas cadenas que apuntan al nicho low cost.
Stelios Haji-Ioannou es reconocido como el autor intelectual y pionero de los hoteles low cost. Es el fundador de los EasyHotel europeos, creados a imagen y semejanza de su aerolínea low cost EasyJet.
Asimismo, la española Sidorme es otra de las pioneras, con hoteles modernos y funcionales a buen precio. Sus directivos sostienen que un modelo low cost "es aquel que debido a haber optimizado los costes del proceso productivo completo se ofrece a un precio estándar inferior, de forma permanente y equivalente a otro producto de características similares. El modelo de negocio consiste en una cadena de hoteles nuevos y modernos que ha optimizado los costes de todo el proceso hotelero, garantizando una calidad equivalente a otros hoteles, con un confort superior al importe pagado por el cliente, con un alto grado de satisfacción de quien busca algo bueno, bonito y barato".
La marca inició sus actividades en 2004 y sitúa sus hoteles estratégicamente próximos a los núcleos urbanos, grandes centros comerciales, áreas lúdicas, zonas industriales y parques tecnológicos.
Asimismo, NH Hoteles tiene su oferta express, pensada para el pasajero corporativo.
Domus, con sus hoteles City Expréss, ofrecen calidad a precios mini, con establecimientos reformados, céntricos y funcionales.
También se destacan las españolas Gat Accomodation, con diseño vanguardista en espacios más pequeños que los de los hoteles convencionales; y 7 Colors Rooms, de diseño y con buenas tarifas.
"Existe una cadena en Asia que se llama Tune Hotels; especialista en este tipo de servicios y muy clara al vender el concepto. En su página web explica a través de un video por qué no es necesario pagar por servicios que no se usan, sobre todo cuando se hacen viajes de negocios, en los que lo más importante es poder dormir bien. Apuntan a empresarios de pymes o cuentapropistas; no imagino a gerentes de una corporación hospedados en un low cost", comentó el director de la Aadesa.
Tune Hotels ofrece servicios mínimos, cobrando por cada extra: Internet, televisión, toallas e incluso la energía, ya que en la factura se incluye lo consumido durante la estancia. "Es un producto que puede funcionar bien en Argentina para el turista internacional; no para los locales porque el argentino siempre reclama por más servicios y no está familiarizado con el concepto. Mientras que el europeo tiene claro lo que le corresponde en un hotel por el que pagó US$ 39 la noche. A nivel internacional donde mejor funciona este formato es en Estados Unidos, Asia y Europa".
Otro gran referente europeo es Gerard Greene, presidente de la cadena Yotel, que -inspirándose en los hoteles cápsula japoneses- lleva inaugurados desde 2007 varios cubículos en los aeropuertos de Heathrow y Gatwick (Londres), Schipol (Ámsterdam), y cerca de Times Square, en Nueva York. Fueron diseñados por ingenieros aeronáuticos de British Airways, Virgin y Airbus. Son de plástico blanco y se alquilan por horas, como si fuera un estacionamiento, pero para personas.
"El ahorro en la inversión inmobiliaria es fundamental para que esto funcione", explicó Greene.
En tanto, The Hoxton Urban Lodge, en Londres, es considerado un acierto tanto por su precio como por sus servicios y localización. Todas las noches cinco habitaciones por muy escasos euros: la clave para reservarlas es hacerlo con mucha antelación (hasta tres meses) y ser muy ágil en Internet, ya que se agotan en segundos.
El hotel dispone de espacios comunes acogedores y 205 cuartos con sábanas de lino, televisor, edredones de plumas y buenos amenities.
En Ámsterdam la marca Qbic Hotels ofrece mucho diseño y servicios mínimos. Sus habitaciones, denominadas Cubi, integran en un solo módulo cama, televisión LCD, conexión a Internet, un escritorio desplegable y baño. Además, permite cambiar los colores de la iluminación. Y en lugar de restaurante dispone de un espacio con máquinas expendedoras de bebidas y comida suministrada por restaurantes y pastelerías locales.
Por su parte, The Pod (Nueva York) es un establecimiento emplazado en Midtown East, decorado con clase y equipado con la última tecnología. Las habitaciones están divididas en cuatro categorías, con o sin baño. Todas cuentan con una estación de iPod, televisor LCD (uno para cada una de las literas), wi-fi sin cargo, teléfono y escritorio.
Además, The Pod dispone de restaurante y terraza con vistas a los rascacielos de Manhattan. Todo a bajo costo.

FRANQUICIAS DE BAJO COSTO
Las franquicias también se apoderaron del modelo ‘low cost', principalmente en el sector gastronómico. La ventaja principal de este tipo de negocios es que aseguran un rápido recupero de la inversión, conllevan menos riesgo, demandan locales de menos m² que se consiguen más fácilmente y no requieren de un gran número de personal, por lo que se achican las cargas sociales.
Una marca ya consolidada en el modelo de franquicias, Café Martínez, tiene en su haber 91 locales en Argentina, España, Chile, Paraguay y Uruguay; y proyecta desembarcar en Estados Unidos en 2013. Bajo el modelo de low cost creó un formato Express con sistema de autoservicio y con costos operativos más bajos. Además, para fin de año lanzará dos nuevas líneas: Punto Expreso, solo una góndola para zonas de alta circulación pensada principalmente para shoppings; y Barra al Paso, locales a la calle de entre 40 y 50 m² con una propuesta de café para consumir en la barra o llevarlo en vaso descartable. Ambos casos tienen la ventaja de permitir ahorrar en cargas sociales, ya que el mismo franquiciado puede atender el negocio.
La heladería Sei Tu, si bien no trabaja específicamente como franquicia porque no cobra canon de ingreso, ni regalías y no pide un mínimo de compra de mercadería; tiene 200 heladerías en operación y proyecta llegar a las 300 antes de fin de año. En esta tendencia low cost lanzó un formato para ser atendido por los dueños de las heladerías y que funciona en locales de 50 m², preferentemente en las esquinas.
Por su parte, La Vascongada relanzó sus tradicionales lecherías bajo el modelo de franquicia de bajo costo. Se trata de dos formatos: locales de 60 m² y stands de 30 m² para los shoppings o centros comerciales.
Finalmente, Sushi Club se sumó a esta tendencia con las franquicias ‘boutique', como ellos las llaman. Se trata de locales de 180 m² que ya abrieron en Canning y City Bell. A lo que sumó el formato de delibery.
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