Airbus tiene un grave problema: al ritmo de producción actual, tardaría más de una década para completar las 8.600 entregas de aviones comerciales comprometidas con las aerolíneas clientes. Esta situación se ve agravada por las disrupciones en la cadena de suministro que surgieron durante la pandemia de COVID-19 y que aún afectan a la industria aeronáutica.
Sede de Airbus.
Pero, ¿cómo pretende Airbus solucionar esta situación? En primer lugar, accediendo más rápidamente a mano de obra, materias primas y tecnología: el presidente de Airbus España, Francisco Javier Sánchez Segura, destacó la importancia de fortalecer y apoyar a todas las empresas involucradas en la cadena de valor para superar estos obstáculos y cumplir con los compromisos de entrega.
Además, ha subrayado la necesidad de que Europa refuerce su industria de defensa y reduzca su dependencia de mercados externos, especialmente en el contexto de las nuevas políticas estadounidenses.
El A321XLR de Airbus, una nueva baza en la jugada de Airbus
Otro de los proyectos que podría aumentar la rentabilidad de la cadena de Airbus e impulsar los pedidos es el nuevo modelo A321XLR, de pasillo único con capacidad para vuelos transoceánicos. Este avión, que puede transportar hasta 220 pasajeros en vuelos de hasta 11 horas, ha recibido más de 500 pedidos, incluyendo aerolíneas que anteriormente eran clientes habituales de Boeing.
Este modelo permite abrir nuevas rutas directas sin necesidad de utilizar aviones de mayor tamaño, lo que representa una ventaja competitiva para Airbus, que podría atraer a mano de obra cualificada y nuevos proveedores que aligeren la cadena.
El hidrógeno, próximo gran aliado de Airbus
En cuanto a la innovación sostenible, Airbus ha reevaluado su proyecto de aviones propulsados por hidrógeno, conocido como ZEROe. Inicialmente previsto para 2035, el desarrollo de esta tecnología se ha retrasado entre cinco y diez años debido a la lenta maduración de tecnologías clave y a la limitada disponibilidad de hidrógeno producido a partir de fuentes renovables.
A pesar de estos desafíos, la compañía mantiene su compromiso con la descarbonización de la aviación y continúa explorando alternativas para alcanzar emisiones netas cero para 2050.
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