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¿Quién se hace cargo del patrimonio?

En los últimos meses la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue testigo del cierre de algunos de sus Bares Notables, lo que desencadenó polémicas en torno a las políticas de preservación del patrimonio cultural. H&N dialogó con el referente de la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Spinetto, quien explicó la labor de la entidad y el complejo panorama.

En los últimos años la Ciudad perdió varios de sus Bares Notables. Y con ellos parte de su patrimonio e historia ligada a la vida cultural y política de los porteños.
Desde 1998 -año en que se creó la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires- bajaron sus persianas el American Bar, el Bar Carlitos, el Bar El Chino, el Café Aragón, el Café Argos, el Café Correa, el Café Dante, el Café Izmir, la Confitería Queen Bess, La Coruña, la London City, Los 36 Billares y la Richmond.
Los casos más recientes corresponden al mítico bar Los 36 Billares, con 115 años de trayectoria en la Avenida de Mayo, que recientemente cambió de dueños para convertirse en una pizzería de la cadena La Continental.
Asimismo, la London City -en la esquina de Avenida de Mayo y Perú, formando parte del edificio donde alguna vez funcionó la famosa tienda Gath & Chavez- cerró sus puertas en agosto para reabrirlas próximamente como un restaurante de la cadena Pertutti.
Los lamentos se multiplican cada vez que se anuncia el cierre o cambio de rubro de alguno de los Bares Notables. Y surge la pregunta: ¿Quién se hace cargo del patrimonio porteño? Lamentablemente, la respuesta no es sencilla ni prometedora.


LOS BARES Y LA COMISION.
La Comisión de Protección y Promoción de Cafés, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se creó a través de la Ley N° 35. En el artículo 2 de la misma se establece que se considerará como notable a "aquel bar, billar o confitería relacionado con hechos o actividades culturales de significación; aquel cuya antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local le otorguen un valor propio".
"Es interesante esa parte que dice ‘de relevancia local', porque puede tratarse de un establecimiento en el que nunca haya estado sentado Borges pero que, si desapareciera, a los vecinos les provocaría un vacío enorme", señaló Horacio Spinetto, coordinador del Área de Extensión Cultural de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Y añadió: "En este momento los Notables son 75. Desde el momento en que se creó la Comisión comenzamos a estudiar cuáles podrían llegar a serlo; hubo una primera lista de 34 y a la fecha se nombraron 88. Lamentablemente hubo 13 que, por diferentes motivos, cerraron: porque sus propietarios ya eran muy grandes y no tenían descendientes, o porque recibieron ofertas que les significaban ingresos mensuales muy interesantes, entre otros justificativos. Algunos fueron casos muy traumáticos, porque eran tradicionales de los barrios. Además, se sabe que los cafés están íntimamente relacionados con la vida de los porteños".
¿Cómo un establecimiento puede ser distinguido como Notable? A partir del pedido de su propietario de su inclusión en la lista, o de los vecinos o clientes. Asimismo, puede ser propuesto por los mismos integrantes de la Comisión, quienes se encargan de evaluar cada caso y determinar si les corresponde formar parte del selecto grupo.
Pero, ¿existe una cantidad límite de Bares Notables? "No. Hubo quien dijo que los primeros 34 son los Notables de verdad, y no es así. Van apareciendo otros. De hecho, actualmente son sólo 75 y existen alrededor de 5.000 cafés, bares, billares y confiterías en la Ciudad. Al menos esos son los que están asociados a la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc). De modo que no es tan considerable la cantidad que ha sido declarada como Notable hasta el momento. Siempre hay alguna joyita perdida por ahí, y nos interesa especialmente encontrar cafés con billares. Me gustaría que todos los barrios de la Ciudad tengan su Notable, pero eso aún no ha sucedido".
Spinetto remarcó que para ser Notable "no es necesario que el establecimiento sea elegante o distinguido, contrariamente a lo que cree mucha gente. Como anécdota cito lo que nos sucedió con el Café Los Andes: los propietarios no fueron al acto de entrega de los diplomas porque pensaron que era una broma, que de ninguna manera estaban a la altura de otros Notables, como el Café Tortoni".


LA PROPIEDAD PRIVADA.
Más allá de la cuestión afectiva y de pertenencia que pueden tener los clientes con determinado establecimiento, existe otra realidad ineludible: los Bares Notables son negocios y, por lo tanto, propiedad privada.
"La Comisión está formada por miembros del Ejecutivo y Legislativo municipal, y de la Ahrcc, porque la idea es que también los privados expongan sus ideas. Ellos oportunamente cuestionaron si el hecho de ser declarados notables tendría alguna injerencia sobre la propiedad. A lo que les respondimos que de ninguna manera, sino nadie querría ser incluido en la lista. Es lógico que a los propietarios les interese disponer de su patrimonio material. Eso ha generado varios conflictos desde la Comisión, por ejemplo, ante el cierre de la Richmond (me refiero a la última de las tres, la de la peatonal Florida, porque también hubo una en Suipacha y otra en Esmeralda). Lamentablemente, además de ser Notables, son negocios", dijo Spinetto.


EL PRESUPUESTO.
La Comisión de Protección y Promoción de Cafés, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dispone de un presupuesto anual. "Éste se utiliza para otorgar subsidios a los cafés que lo soliciten para intervenciones arquitectónicas que tiendan a mantener las características de Notable al momento de ser declarado como tal", comentó Spinetto. Y agregó: "También se les puede facilitar actuaciones artísticas, básicamente musicales, que surgen de un concurso público. Eso lo paga el Gobierno de la Ciudad, pero el propietario del café no puede cobrar derecho a espectáculo ni subir los precios ese día. Para algunos establecimientos los resultados fueron buenos. Concretamente les ofrecemos eso, además de la aparición en los libros y folletos, y la inclusión en circuitos turísticos. Es importante destacar que en otros lugares del mundo no existen comisiones de cafés notables, sólo en Montevideo hay algo parecido".
Sin embargo, en diálogo con este medio, el propietario de un establecimiento declarado Notable, quien prefirió mantener el anonimato, sentenció: "Somos lo que somos, ni más ni menos. Y sin el cliente no somos nada. Ser declarado Notable es importante, pero no hay ningún respaldo por eso. Por el contrario, se imposibilitan un montón de cosas y no se facilita nada. Uno termina condicionado a la hora de hacer algo, aunque sea para bien. El Gobierno de la Ciudad no te apoya y no te da nada. Figuran mucho pero no hacen nada". Y añadió: "En cuanto al público, creo que los extranjeros valoran mucho más que los porteños que el establecimiento sea Notable".


CASO POR CASO.
La Richmond, sede de tertulias para Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal y Oliverio Girondo -entre tantos otros-, dejó de funcionar como confitería con la intención de convertirse en un megalocal de Nike.
La confitería amaneció el lunes 15 de agosto de 2011 con sus puertas cerradas y totalmente desmantelada, pese a que miles de personas juntaron firmas en contra del cierre del Notable, declarado Sitio Histórico por parte de la Legislatura porteña una semana antes.
Una de las primeras medidas que anunciaban el final de la Richmond fue la reducción del salón, el cierre del billar y la disminución del número de empleados -de 36 mozos sólo quedaban 10 antes del cierre-. "Se la veía desde hacía un tiempo con poca gente, y de la noche a la mañana cerró. Eso generó conflictos y quejas de senadores, vecinos, habitués... Hubo un juez que declaró una medida cautelar de no innovar: no se podía hacer nada hasta tanto no se expidiera el Gobierno de la Ciudad. La realidad es que cuando algún local de estos cierra, lamentablemente cerró. Desapareció como tal", sentenció Spinetto.
Respecto a Los 36 Billares, el local fue comprado por la cadena de pizzerías La Continental: "La versión que tenemos es que Liliana Barela -directora general de Patrimonio Cultural e Instituto Histórico de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura- se reunió con los nuevos propietarios, quienes se comprometieron a mantener el subsuelo con los billares tal cual estaba hasta el momento del cierre. Del salón sólo se retiraría el escenario y se mantendrían las características del local. De modo que quedaría prácticamente como está, salvo la cocina -que no está a la vista-, donde se colocarían hornos de pizzería. Se llamaría Continental 36 Billares".
Vale mencionar que Los 36 Billares fue uno de los Bares Notables que recibió subsidios por parte de la Comisión para realizar algún tipo de mantenimiento o restauración del local. Concretamente, se restauró la boiserie.
En cuanto a la London City, trascendió que próximamente reabrirá sus puertas como eslabón de la cadena Pertutti. "El interior ya había sido modificado notablemente. De hecho, se discutió bastante si valía la pena declararla Notable por todas las reformas profundas -y algunas bastante feas- que se habían hecho", comentó Spinetto.
Otro local que cerró sus puertas hace un tiempo fue el Bar Aragón, en el límite de Mataderos y Villa Luro: "Estaba en decadencia; iba poca gente. Los propietarios eran mayores y, como también eran los dueños del local, encontraron una buena salida alquilándoselo a una cadena de farmacias", comentó Spinetto.
Respecto al Bar Carlitos -que en 2008 había celebrado su centenario-, además de Notable era de "interés cultural". "Los inspectores le dijeron que tenía que hacer una nueva habilitación. Para eso, sus características -por las que había sido declarado Notable- desaparecerían. Prefirió cerrar las puertas antes de que lo clausuraran", indicó Spinetto.
Uno de los casos más conocidos es el de La Confitería del Molino, edificio emblemático de Buenos Aires que cerró sus puertas en 1997 y podría llegar a reabrirlas.
En junio de 2013 se informó la iniciativa presentada por el senador Samuel Cabanchik, de Proyecto Buenos Aires Federal, y el diputado Roy Cortina, del Frente Amplio Progresista.
El proyecto, aprobado en el Senado, declara al inmueble de utilidad pública y sujeto a expropiación por su valor histórico y cultural. También autoriza al Poder Ejecutivo Nacional a adquirirlo a un precio establecido por el Tribunal de Tasaciones de la Nación y ordena al Ejecutivo a transferir sin cargo el edificio al patrimonio del Congreso.
Esta iniciativa establece que los subsuelos y la planta baja se otorguen en concesión para su uso como confitería y restaurante, mientras que el resto del edificio funcionaría como un museo dedicado a la historia de la confitería y un centro cultural destinado a difundir obras de artistas jóvenes.
Por su parte, Spinetto comentó que "habría un interesado en destrabar la situación y utilizar el subsuelo, la planta baja y el primer piso como confitería y salón de fiestas. Los problemas de sucesión estarían resueltos".


EL GRAN INTERROGANTE.
Hasta aquí, una enumeración de casos, causas y consecuencias. Pero sin respuestas o soluciones claras y convincentes.
Así, el interrogante continúa en pie: ¿quién se hace cargo del patrimonio? "La gente pide que se cataloguen los edificios, una restricción por parte del Gobierno de la Ciudad a los efectos de intervenciones arquitectónicas. Eso está bien, pero, por ejemplo en el caso de la Richmond, ese edificio ya estaba catalogado. Podrá protegerse la parte arquitectónica, pero no el rubro", explicó Spinetto.
Entonces, ¿no se puede hacer nada para evitar los cierres? "La Ley N° 35 no puede hacer nada para evitar cierres. Lo que sí hacemos, cuando sabemos que algún local está en riesgo, es alertar a algunos propietarios de Bares Notables que sabemos están interesados en abrir otros. Quizás puedan llegar a un acuerdo con el que se está cayendo para seguir trabajando".
Por todo lo dicho puede afirmarse que hay más persianas bajas que posibles soluciones para esta situación. "Una salida, pero que no es la solución ideal, sería que el Gobierno expropiara los locales. Pero si va a hacerlo con cada uno que anda mal, sonamos", sentenció Spinetto. Y agregó: "No existe todavía una legislación que diga ‘esto es un café y tiene que seguir siendo un café'. El Gobierno de la Ciudad sólo puede llegar a determinar bienes culturales y de valor patrimonial. Habría que estudiar bien la situación. Hoy por hoy estamos buscando un apoyo mayor. Sé de un proyecto de ley que establece que ‘todos aquellos Notables que posean un nivel de facturación anual no mayor a 300 mil unidades fijas estarán exentos del pago de ABL y recibirán una quita del 20% sobre Ingresos Brutos'. Actualmente se está tratando en la Legislatura".
Entonces, por el momento no se puede hacer nada para evitar los cierres... "Llega un momento en que la situación se nos va de las manos", concluyó Spinetto.

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