Dentro del segmento del ecoturismo se encuentran los alojamientos sustentables, edificios que desde su arquitectura y servicios apuntan al bajo impacto ambiental. Una de las condiciones que debe cumplir es mantener una relación armoniosa con el entorno, sin descuidar la calidad de las prestaciones.
Actualmente se los llama ecolodges, un término de origen inglés que significa "casa del guarda". Comenzó a utilizarse para nombrar a los alojamientos de pocas habitaciones en los parques nacionales de Kenia. Los primeros lodges fueron construidos por los colonizadores ingleses que trataban de imitar a las cabañas de los nativos y confundirse con la naturaleza.
Actualmente, los ecolodges tienen que cumplir un mínimo de requisitos para vender sus servicios bajo esa categoría; sin embargo, varían según las leyes hoteleras que rijan en cada país.
Perú, por ejemplo, impone normas en cuanto a la arquitectura: la construcción debe ser biosostenible, con el mínimo impacto ambiental, la integración y el confort adecuado. Otras pautas obligadas son contar con agua debidamente procesada, guías especializados en ecoturismo y conocedores de las comunidades nativas, contar con un código de ética que esté a disposición de los huéspedes y brindar un servicio gastronómico que priorice los productos y las recetas locales, entre otros items.
Por eso los empresarios, antes de invertir en este tipo de proyectos, deben entender que no solo se trata de un negocio sino de un proyecto que involucra un estilo de vida.
Además, deben plantearse las siguientes preguntas: ¿A qué target quiere dirigir su ecolodge?, ¿cuáles son los requisitos mínimos que establece la ley en su país respecto a la infraestructura y servicios?, ¿se podrá integrar el ecolodge al entorno natural donde estará ubicado?, ¿hay personal capacitado disponible en la zona para incorporarlo al proyecto?, ¿podrá trabajar en conjunto con agencias de viajes, empresas de transporte, fundaciones u organismos estatales para promocionar su servicio?
Tal como adelantábamos, la región ofrece zonas ricas en recursos naturales y cuenta con empresarios del sector turístico que abrieron camino en el segmento de alojamientos sustentables.
Ambientalmente responsables, económicamente rentables
Invertir en un ecolodge no es solamente apostar a la rentabilidad del negocio, sino asumir un compromiso con el medio ambiente. De hecho, este último punto es una responsabilidad compartida tanto por propietarios como por huéspedes. América Latina ofrece zonas ricas en recursos naturales que demandan ser protegidas y cuenta con profesionales vinculados al turismo que hicieron de un proyecto hotelero ecosustentable un estilo de vida.
TRABAJO EN CONJUNTO.
En Ecuador existe un fuerte compromiso medioambiental. De hecho, los hoteleros ecosustentables están enmarcados dentro de un programa nacional o a cargo de fundaciones que protegen los recursos naturales e impiden que se desarrollen emprendimientos que solo busquen un rédito económico.
Tal es el caso del Grupo de Conservación Yuturi, que se gestó para proteger a la Reserva Ecológica Yarina, ubicada a orillas del río Napo. Algunas de las acciones que impulsó este grupo es el programa de inclusión de la comunidad indígena quichua en las actividades turísticas, además de la creación del Centro de Rescate Arcadia para brindar capacitación sobre el cuidado y la conservación de la vida silvestre.
Dentro de este grupo de conservación se encuentra Amazon Dolphin Lodge, un proyecto al que se le asignó la protección del bosque Pañacocha, en el que se encuentra inserto. La misión del establecimiento reza: "Compartir con todos nuestros visitantes la importancia y el significado de la protección y conservación del bosque amazónico. Trabajamos con agencias gubernamentales, fundaciones y organizaciones sin fines de lucro, que junto con la población local apuestan a la integración de un real turismo sostenible". Lo que ofrece al huésped son cabañas construidas con materiales típicos de la zona, pero con equipamiento de alto confort. Por ejemplo, el agua está disponible las 24 horas pero se obtiene de un pozo de 20 m. de profundidad.
Lo más atractivo son las propuestas de excursiones para conocer la fauna, la flora y la vida de las culturas indígenas que habitan el área. Desde allí se puede realizar una navegación en canoa y observar los delfines amazónicos, pescar pirañas, observar caimanes, caminar por el bosque y tener una experiencia chamánica.
Por su parte, el Mantaraya Lodge está situado en el Parque Nacional de Machalilla, en Ecuador. La propiedad está certificada por la Rainforest Alliance -un sello internacional que asegura que los servicios ofrecidos son social, económica y ambientalmente sustentables-. El lodge tiene una capacidad máxima de 50 personas en sus 15 habitaciones con terraza, hamaca, ventilador y baño privado con agua caliente. Desde hace más de 10 años combina un servicio personalizado con excursiones en contacto con la naturaleza y las comunidades del área.
INSERTOS EN LA NATURALEZA.
Más al norte se encuentra Leticia, en Colombia. Allí más del 50% de los habitantes son indígenas de diferentes etnias, como nukanus, ticunas, tucanos, ingas y huitotos.
En esta zona selvática existe una amplia oferta de ecolodges. Tal es el caso del Decalodge Ticuna, un establecimiento moderno con un programa que incluye desayuno, cena, charlas con el chamán, paseos en bicicleta y caminatas por la selva.
Las 28 habitaciones están equipadas con frigobar, televisión a control remoto, aire acondicionado, ventiladores de techo y terraza.
Una opción similar tiene Costa Rica con el Heliconias Lodge and Rainforest, al norte del país. Se trata de un establecimiento confortable y apacible, que brinda la posibilidad de explorar la biodiversidad de la zona. La reserva privada de 73 ha. de bosque lluvioso se encuentra conectada con el Parque Nacional Volcán Tenorio. Sus propietarios son costarricenses y pioneros en el desarrollo de ecoturismo en la región. Desde hace 15 años ofrecen alternativas de desarrollo para los miembros de la comunidad y buscan conectar a los huéspedes con las tradiciones locales. Algunas de las opciones de entretenimiento son la finca orgánica, el jardín de mariposas y las cataratas del río Bijagua, además de la posibilidad de plantar un árbol en la Cooperativa Juvenil Bijagüeña.
Por su parte, el Barranco Alto Eco-Lodge es un complejo de cabañas de Pantanal, Brasil, que se destaca por las opciones de excursiones extremas en la selva.
El servicio que brinda es altamente profesional: cuenta con un equipo de guías expertos en la zona, las cabañas están equipadas de manera confortable y la gastronomía es de excelente nivel. ¿Cuál es el valor agregado de este lodge? Al estar inmerso en la naturaleza invita a sus huéspedes a bucear en el río Negro, sumarse a una excursión de observación de nutrias o captar jaguares con la cámara fotográfica.
ECOLOGICO Y DE ALTA GAMA.
Inkaterra es un ecolodge que combina elegantes casitas andinas, excursiones de naturaleza, spa y gastronomía peruana de vaguardia. Abrió sus puertas hace 37 años en Cusco, al sur de Perú, y está rodeado de una reserva ecología de 10 mil ha.
Cuando el huésped entra en este establecimiento puede caminar por el jardín "Edén del Perú", saborear una taza de té junto a un acogedor fuego en el salón de la recepción, disfrutar de los tratamientos del Unu Spa o sumergirse en el sauna andino.
En la privacidad de las 11 suites están disponibles todos los servicios de un hotel 5 estrellas: un regalo de bienvenida, desayuno buffet, servicio de limpieza en la habitación tres veces por día, servicio de conserjería, minibar, wi-fi gratuito y check-in personalizado.
DESARROLLO LOCAL.
El ejemplo que ofrece Argentina en el segmento de ecolodges es el Yacutinga. Un proyecto que se gestó tratando de estar en armonía con la naturaleza. Las construcciones se ajustan a las suaves pendientes del terreno, mientras que algunos elementos de la naturaleza, como piedras y grandes trozos de madera, fueron incorporados al diseño del lugar. Además, durante el proceso de construcción se intentó minimizar el impacto en el entorno: el edificio principal donde funciona la recepción, el restaurante principal y el bar terraza están rodeados de un bosque de palmitos que no fue alterado por la construcción.
El agua del lodge proviene de la segunda napa de agua, a 85 m. de profundidad. Asimismo, los módulos habitacionales poseen un sistema de agua caliente que comienza utilizando la energía solar para luego mantener una temperatura constante por medio de calentadores eléctricos sin polución.
Asimismo, se diseñó un sistema adicional de filtrado de aguas sucias en los baños que utiliza plantas de suelos saturados (como pantanos).
Por otra parte, en la gastronomía el concepto principal es respetar la cultura y los sabores locales, tanto en la preparación como en la presentación. Los platos se elaboran con productos de huertas locales o de los productores regionales sin uso de agroquímicos.
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