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“Los enólogos también tenemos que descubrir qué busca el mercado”

Según Miras, la amplitud de los viñedos recostados sobre la cordillera argentina permite contar con una extensa variedad de vinos. Asimismo, manifestó que Neuquén podría ser un gran polo vitivinícola en productos de alta gama, y que este sector tiene un enorme potencial de crecimiento.

Marcelo Miras nació en Mendoza hace 45 años, creció entre viñedos y arribó a la Patagonia a principios de los ´90, atraído por una propuesta de trabajo de la Bodega Humberto Canale.
Luego, en 2002, se sumó al nuevo proyecto de la familia Viola: la Bodega Del Fin del Mundo. Y posteriormente se adjudicó la distinción de oro en la 2º edición del galardón Francisco Oreglia a la Vitivinicultura de Argentina, en 2006, un certamen que reconoce a quienes realizan aportes a la industria vitivinícola nacional.

 

¿En qué momento de su vida decidió que quería seguir esta profesión?
Elegí esta profesión porque me apasiona la vitivinicultura. Desde chico sentí gran interés por los viñedos. Mis referentes en ese momento fueron mis abuelos paternos y maternos, viñateros minifundistas en San Rafael, quienes les vendían las uvas a las bodegas locales. Incluso yo realizaba las tareas junto a ellos; podaba las plantas, juntaba los sarmientos, envolvía y cosechaba.

 

¿Cuál fue su formación académica?
Soy licenciado en Enología e Industrias Frutihortícolas. Estudié en la Universidad Juan Agustín Maza, en Mendoza. Paralelamente, empecé a hacer trabajo de análisis en bodegas y fui ganando experiencia.
La facultad te da herramientas pero la práctica se hace en la bodega.

 

¿Cómo evalúa la formación profesional en Argentina?
Creo que está en permanente crecimiento, de hecho ya existen varias facultades de enología en el país.

 

¿Cuál es la clave para lograr el éxito en su trabajo?
Trabajar día a día buscando la excelencia en los vinos, además de continuar formándose.
En mi caso sigo estudiando y realizando viajes de capacitación, especialmente a Francia.

 

TRABAJO ACTUAL.
¿Cuándo se inicia su vínculo con la Bodega Del Fin del Mundo?
Comencé a trabajar en este proyecto desde cero, a partir de la propuesta de Julio Viola. Fue un desafío profesional muy grande, ya que se trataba de una bodega para 800 ha. de viñedos.
En 2002 se arrancaron dos paños de vid y comenzó su construcción. Y hoy es una de las mejores de Argentina, con una gran producción y aceptación del producto en el mercado interno y de exportación.

 

¿Quién es su referente a nivel mundial?
Michel Rolland. De hecho, los proyectos en la bodega cuentan con el asesoramiento de este enólogo francés, una auténtica leyenda del vino.

 

¿Cómo está conformado su equipo de trabajo?
Está conformado por dos profesionales en enología: María Victoria Brond, responsable del Área Espumoso; y Lucas Quiroga, responsable operativo del Área Bodega. A su vez, trabajan dos profesionales en tecnología de los alimentos: Gastón Arcucci, jefe de Producción-Área Embotellado; y Juan Ignacio Gómez, jefe de Laboratorio.

 

¿Cómo puede describir a su trabajo?
Mi trabajo diario consiste en tomar decisiones inteligentes en pos de obtener los mejores vinos. La clave para prestigiar una zona y una bodega es apuntar a la calidad.
Otro factor fundamental es la estrategia de comercialización. Y sobre todo la paciencia. Lo distintivo en todos los proyectos vitivinícolas es que son a largo plazo y hay que saber acompañar esos tiempos.

 

¿Realizan trabajo de investigación e innovación?
Todos los años se realizan experiencias en los productos de la Bodega Del Fin del Mundo, desde el viñedo hasta la bodega.
El sector de Investigación y Desarrollo realiza estudios sobre la adaptación al clima y suelo de variedades como petit verdot, cabernet franc, viognier, sangiovese y tannat; densidad por hectárea y riego, entre otros aspectos.
En cuanto a la innovación, la bodega dispone de un sistema de elaboración y conservación de vinos de última tecnología, con una capacidad final de 8 millones de litros. Asimismo, está equipada con 220 tanques de acero inoxidable con control de temperatura para fermentación, 2.500 barricas de roble francés y americano, 4 toneles de roble con control de temperatura y 104 piletas de hormigón para conservación.
Toda esta estructura es necesaria para alcanzar lo que mencionaba: la calidad.

 

¿Cuál es la aceptación en el mercado, tanto nacional como internacional?
Desde sus inicios, la Bodega Del Fin del Mundo fue posicionándose en el mercado internacional. Busca obtener vinos de excelente calidad y ya está presente en 28 destinos.
Todas las creaciones, en sus diferentes gamas de precios, tienen una muy buena aceptación, tanto en el mercado nacional como en el internacional.
Los enólogos también tenemos que descubrir qué busca el mercado. Los viñedos de la Bodega del Fin del Mundo son muy nuevos y, tal como explicaba, los proyectos de vitinivicultura son a largo plazo.
El vino que logramos hoy es excelente, y -lo mejor de todo- aún tiene potencial. El objetivo es explotar las condiciones que brinda la naturaleza y plasmar en cada vino el carácter patagónico.

 

CARACTER DISTINTIVO.
¿Cuál es ese carácter patagónico que menciona?
La región San Patricio del Chañar, donde trabajamos, posee singulares características: es semidesértica y ventosa, lo cual permite mantener las vides siempre secas y sin plaguicidas, con un tratamiento casi orgánico.
Además, la amplitud térmica que soporta la uva en su época de desarrollo le otorga un color muy intenso. Por esta razón, la zona del Chañar empezó a conocerse como "la región de los colores".
Sus viñedos, uno de los más australes del mundo, están situados a 39° de latitud sur y en plena estepa patagónica, donde se presentan escasas precipitaciones y baja humedad. Estos factores aseguran una maduración lenta y armoniosa de las uvas y, consecuentemente, posibilita una óptima relación entre azúcares y acidez, excelente coloración y buena cantidad de sustancias aromáticas.
La madurez lenta de los polifenoles y taninos en uvas tintas brinda vinos de intenso color, muy frutados y bien estructurados.

 

¿Cuáles son los cepajes que mejor se adaptan a estas condiciones?
Entre las blancas podemos citar el chardonnay, sauvignon blanc, semillón y viognier, y entre tintas pinot noir, malbec, merlot, cabernet franc, cabernet sauvignon y syrah.

¿Cuáles cree que son las mayores virtudes de los viñedos argentinos?
La mayor virtud de Argentina es que sus viñedos están recostados sobre la cordillera de los Andes, desde Salta hasta la Patagonia, y que cada región tiene características excepcionales y distintivas en clima y suelo, brindando así un abanico de vinos espectaculares en todo el país.

 

EL FUTURO.
¿Cuál es la tendencia a nivel internacional en la vitivinicultura?
La tendencia en las bodegas, como en casi todos los mercados, es apuntar hacia el cuidado del medio ambiente.

 

¿Cómo evalúa el momento por el que atraviesa el sector vitivinícola en Argentina?
El sector, luego de la crisis, viene sufriendo un aumento incesante de los costos internos, una variable que afecta sensiblemente la rentabilidad de los emprendimientos.

FUENTE: los-enologos-tambien-tenemos-que-descubrir-que-busca-el-mercado

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