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El Cambio: ¿una amenzaza o una oportunidad?

“Cuando el viento del cambio sopla, algunos construyen refugios
y se ponen a salvo... otros construyen molinos y se hacen ricos” (Claus Möller)

Mucho se ha dicho respecto a la necesidad de que las organizaciones se adapten a los cambios vertiginosos que se producen en los mercados.
¿Cómo pueden las empresas ir transformando las amenazas de los cambios que plantea el contexto en oportunidades de negocios? Las siguientes son algunas respuestas posibles:
Hacer un autodiagnóstico organizacional: ¿dónde estaba?, ¿dónde estoy en la actualidad? y ¿hacia dónde me dirijo?
Analizar y entender las señales del mercado.
Conocer sus fortalezas y debilidades: el objetivo es intensificar las fortalezas y mejorar las  debilidades.
Adaptar las características de la organización a la naturaleza del cambio.
Aceptar las resistencias al cambio que se producirán indefectiblemente en la empresa: la comunicación clara y precisa, y la contención de las ansiedades que despiertan los cambios son las principales herramientas para encarar esta situación.
Prepararse de antemano a las consecuencias posibles: todo cambio es un proceso que implica tiempo y esfuerzo, y requiere un fuerte liderazgo para que las consecuencias del mismo puedan ser afrontadas apropiadamente.
Brindar capacitación y desarrollo continuo al personal: todo cambio implica una modificación de conocimientos, actitudes y conductas que deben ser programadas convenientemente. Cuando el personal se siente capacitado para encarar las nuevas demandas, logra la motivación y el compromiso necesarios para alcanzar los objetivos.
Aplicar y promover el pensamiento creativo, no sólo para lograr la adaptación, sino también para adelantarse a los cambios: la creatividad debe concretarse en la innovación de los productos y/o servicios, así como también la creación de una estructura organizacional acorde a las transformaciones y, además, el rediseño de sus procesos operativos.
Planificar adecuadamente las acciones que permitan afrontar los cambios: la planificación no sólo implica fijar los objetivos, sino también establecer los recursos necesarios: humanos, económico-financieros, materiales y tecnológicos.
Desarrollar la capacidad de decisión y la orientación a la acción. Este punto es vital; es muy importante planificar pero la clave es la acción concreta y definida.
   
Todos deben prepararse para enfrentar escenarios cada vez más turbulentos, y para afrontarlos con éxito será necesario que aprendan a “escuchar” y “leer” todas las señales del entorno con el objetivo de responder con acciones efectivas.
Para lograrlo deberán contar con la cultura adecuada, la estructura requerida, los procesos operativos convenientes y fundamentalmente la capacitación y desarrollo de sus recursos humanos.

EL AUTOR
Marcelo Cristale es director del Centro de Capacitación Profesional de América Latina (Ccpal).

FUENTE: el-cambio-una-amenzaza-o-una-oportunidad

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