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El verano en que los lagos le ganaron al mar

Las altas expectativas que tenían los empresarios hoteleros de la Costa Atlántica se chocaron con una primera quincena floja y una segunda que en el mejor de los casos se acerca a los niveles de ocupación de 2012. Los ganadores de la temporada, a base de buenas tarifas y el clima como aliado, son los enclaves patagónicos como Bariloche y San Martín de los Andes. Con previsiones de un 70% de ocupación en las principales localidades del país y un evidente acortamiento de las estadías (compensada con más viajes en el año) la Fehgra dijo que "las vacaciones de verano dejaron de ser el boom del sector".

 

 

Las expectativas previas contrastadas con la realidad explican por qué incluso a índices similares el humor de los empresarios hoteleros y gastronómicos de los clásicos enclaves de sol y playa es más sombrío que el de sus pares de otras regiones o destinos emergentes a la vera de lagos y montañas.
Cepo al dólar, escasa oferta de charters y encarecimiento de los paquetes al exterior anticipaban una gran temporada en la Costa Atlántica bonaerense. Sin embargo, algunos balnearios con suerte llegarán a empardar los niveles de ocupación del año pasado y muchos otros no salen de la sorpresa por la abrupta caída en la primera quincena de enero y una segunda que repuntó pero no lo suficiente.


DE LO MACRO A LO MICRO.
La Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra) informó la semana pasada que durante la segunda quincena de enero se estima que la ocupación de los principales destinos turísticos podría alcanzar al 70%.
El relevamiento realizado en establecimientos de sus 63 filiales debe apelar a enclaves no tradicionales a la hora de citar aquellos con niveles de reservas bastante superiores al promedio: El Trapiche, Potrero de los Funes, Valle Fértil e Iglesia, en Cuyo; Esteros del Iberá, en el Noreste (Esteros del Iberá); y Villa Gesell, único nombrado de la Costa Atlántica.
Pero en general, sorprende las modestas expectativas para la quincena más fuerte del verano en varios destinos clásicos de playa, superados -por ejemplo- ampliamente por destinos de la cordillera patagónica.
Uno de los casos más llamativos es el de Pinamar, donde el porcentaje previsto de ocupación de habitaciones es del 48%, o sea menos de la mitad de las plazas. Hace un año (comparando las previsiones de la propia Fehgra), cinco días antes del recambio, los mismos empresarios hoteleros preveían una ocupación plena y tenían reservados el 90% de los lugares disponibles.
De hecho, los números de la primera quincena -no librados a humores o expectativas- son lo suficientemente concluyentes. Pinamar pudo ocupar el 45% de las habitaciones disponibles; Valeria del Mar, el 57%; Cariló, el 60%; San Bernardo, el 70%; y la propia Mar del Plata promedió el 75%. Villa Gesell y Mar de las Pampas, con el 85%, suben la marca.
Aun así, si se compara el promedio de ocupación sumado de esos siete tradicionales balnearios (68,1%) durante los primeros quince días del mes con los de 2012 (90,1%) se obtiene una disminución de 22,3 puntos en la cantidad de habitaciones ocupadas (ver recuadro).
"A diferencia de otras temporadas -cuando las familias se instalaban todo el mes en la playa- hoy Mar del Plata solamente está a pleno los fines de semana, Pinamar está viviendo una temporada atípica y esta situación se repite en muchos destinos tradicionales. Las vacaciones de verano dejaron de ser el boom del sector", analizó el titular de la Fehgra, Roberto Brunello, quien igualmente valoró la temporada como "buena". Calificaciones al margen, a la hora de analizar lo sucedido el dirigente apuntó a la fragmentación del receso vacacional: "Estamos en un año con muchos feriados y esto impacta en la decisión de la gente a la hora de tomar sus vacaciones. En lugar de unificar todo el descanso en la temporada veraniega, muchos argentinos eligen distribuir sus días a lo largo de todo el año y así conocer más destinos. Los empresarios estamos ajustando nuestras propuestas y servicios a este nuevo modelo de consumo". Según Brunello el cambio de conducta del turista nacional "nos obliga a repensar nuestras estrategias comerciales y planificar nuevas alternativas para atraer visitantes durante todo el año".


EL BOOM QUE NO FUE.
Pero antes de avanzar en la reflexión trazada por Brunello, tratemos de entender qué pasó en la provincia que alberga casi un tercio de las plazas hoteleras y parahoteleras del país. Más específicamente en la ciudad que nuclea el 9,3% de las camas. Mar del Plata cerró la primera quincena con un 75% de ocupación (-5% contra 2012) y esperaban un 70% para la segunda (-20%).
"Se habían generado muchas expectativas y la verdad es que no se cumplieron. Nos encontramos frente a una temporada similar en algunos casos y un poco inferior en otros a la del año pasado. La ocupación no es buena", señaló a este medio Daniel Suffredini, secretario de la filial marplatense de la Fehgra. A la hora de explicar las causas, el dirigente dijo que la variable central es la reducción de los días de vacaciones de verano, a cambio de dos o tres salidas al año. Además, apuntó que localidades vecinas como Mar de las Pampas, Cariló o Mar Azul han ampliado la oferta de camas, "lo que hace que la torta se divida entre más destinos".
Para Suffredini el achicamiento de la temporada de verano es perjudicial para el destino: "Ganar algunos fines de semanas largos no implica recuperar lo que baja la temporada. No hay que entrar en el facilismo de creer que vino menos gente porque existen los feriados. Habrá que sentarse a evaluar qué pasó, porque la base del negocio hotelero en la Costa partía de un verano muy fuerte. Y hay que tener en cuenta el impacto que esto produce, porque si baja el turismo baja el empleo, y si baja el empleo las economías regionales empiezan a sufrir".
El caso de Pinamar y otras localidades vecinas es preocupante. El presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Pinamar, Héctor Covello, no anduvo con vueltas para definir el comienzo de la temporada como "muy malo en toda la hotelería, en todos los segmentos y en todo el partido". Nuevamente, fueron las expectativas lo que agriaron aún más los resultados: "Hasta principios de noviembre estábamos convencidos de que íbamos a tener una magnífica temporada, con ocupación total, como la que teníamos hace cuatro años", explicó Covello, quien dijo que desde que en 2000 abrió las puertas de su establecimiento: "No recuerdo un verano así. Encima febrero está encima y el índice de reservas es bajísimo".
El empresario hotelero -al igual que su colega de Mar del Plata- negó que las tarifas hayan sido el fantasma que espantó a parte de los turistas. "Tuvimos una pretemporada que no fue nula, pero fue a fuerza de promociones y descuentos. Nuestra tarifa en términos reales está descendiendo mucho y los costos reales yéndose a las nubes. Este año proyectamos un aumento de precios del 20 al 25%, pero yo particularmente estoy cobrando lo mismo", contó Covello, quien graficó la situación diciendo que en 2000 facturaba US$ 210 (época del 1 a 1) por habitación y que hoy la tarifa es ligeramente inferior a US$ 100 "y le puedo asegurar que el hotel está mucho mejor que en esa época".
El dirigente no cargó las tintas sobre la redistribución forzada de ocupación con los feriados, sino que apuntó sus críticas a la gestión local: "Estamos en un municipio que no tiene política turística y vive una pésima situación institucional. Cuando llueve se inunda, cuando hace calor se corta el agua, es un retroceso de 50 años. Es increíble y la gente lo percibe. Yo puedo pintar mi hotel y acomodarlo, pero hay muchas cosas que están mal y estamos sufriendo las consecuencias".


LA SORPRESA PATAGONICA.
Si hay un ganador esta temporada son los destinos patagónicos. Bariloche, la tercera localidad con más plazas del país, inició la quincena con un 67% de ocupación (hace un año era el 29%, aunque vale recordar que el aeropuerto todavía estaba cerrado) y esperan llegar al 80% al cerrar enero. Por su parte, en San Martín de los Andes, el 15º lugar con más camas, no salen de la sorpresa del 75% promedio del inicio de año y del 85% para la segunda quincena -con picos del 95% en el caso de las cabañas-. "Estamos hablando de un 70% más de ocupación que la temporada pasada. Un colega me hablaba de que su hostería desde el 27 de diciembre hasta hoy estaba con plena ocupación", se entusiasmó Enrique Agustín Roca, vicepresidente de la filial de la Fehgra en San Martín de los Andes.
De hecho, lejos de la fragmentación y acortamiento de las vacaciones que padece la Costa Atlántica, en la Patagonia reportan incrementos de las estadías medias. "Normalmente estaba en los 4 a 4,5 días y ya estamos en 5,5 días. Estamos viendo que la gente viene a vacacionar y con menor reparto de su estadía con La Angostura o Esquel. Eso cambió y hay mayor permanencia", describió el titular de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Bariloche, Rubén Kodjaian.
En San Martín de los Andes ocurrió otro tanto: el promedio de pernocte llegó a 6,1 noches, cuando antes estaba en 5,2.
Y otra diferencia entre el mar y los lagos está en la centralidad que se le da al comportamiento tarifario en el análisis de lo sucedido. "La hotelería mantuvo precios razonables y eso se nota y valora desde el huésped. No ha habido aumentos como en otros destinos y eso ha hecho que estemos trabajando bien", analizó Kodjaian, quien puntualizó que lo primero que comenta el turista de Buenos Aires "es que no estamos más caros que allá. El turista está sorprendido positivamente".
Su par de San Martín de los Andes coincidió en que las tarifas en la región están muy accesibles. "Estamos hablando de que una cabaña para tres personas arranca desde $ 350", graficó Roca, quien no le quitó mérito a la inmanejable variable climática: "Desde el 1º de enero tenemos 30° C de temperatura promedio. Eso ayudó y a partir del 8 se empezó a notar un aumento de la afluencia de la gente que viene sin reservas. El tema de que acá hacía calor y en la costa estaba lloviendo también influyó mucho".
Claro que el corsé de la rentabilidad no hace distingos geográficos para los hoteleros. Pero la Patagonia andina necesitaba dejar atrás el fatídico año de las cenizas y una sorprendente temporada de verano hará lo suyo. "Bariloche y toda la zona no se va a recuperar con una sola temporada, pero estamos en el proceso", opinó Kodjaian. Por su parte, el hotelero de San Martín de los Andes habló de un nuevo comienzo: "Este verano va a alcanzar para quedar en cero y apagar el incendio que quedó después del volcán. Y tal vez volver a pensar en invertir".

FUENTE: el-verano-en-que-los-lagos-le-ganaron-al-mar

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