La Bodega Del Fin del Mundo, el emprendimiento vitivinícola de la Patagonia especializado en vinos de alta gama, lanzó recientemente en el mercado local el vino Fin Malbec 2008.
Esta nueva elaboración fue criada en barricas de roble francés y americano durante 18 meses, y sus rasgos distintivos son definidos por la materia prima: uvas provenientes de los viñedos de malbec de San Patricio del Chañar, Neuquén.
Fin Malbec 2008 fue diseñado por el enólogo Marcelo Miras, en colaboración con el asesor francés Michel Rolland, en busca de la tipicidad varietal y de las características que aporta el terruño. El resultado es un fiel representante del malbec patagónico.
RASGOS DISTINTIVOS.
• Notas técnicas:
- Alcohol: 14,0 % vol.
- Azúcar: 1,67 gr/lt.
- Acidez total: 5,92 gr/lt.
- pH: 3,7.
• Vinificación:
- Maceración por 40 días.
- Fermentación maloláctica 100%.
- 100% vino de crianza.
- Embotellado en octubre de 2010.
• Notas de cata:
- Color bordó oscuro intenso con reflejos violetas.
- Aroma intenso que combina flores, frutas y roble: violetas, zarzamora y mermelada de ciruela con notas a vainilla, coco y chocolate.
- En boca es bastante frutado, equilibrado y se perciben los taninos maduros.
- Tiempo de guarda: entre 8 y 9 años.
- Temperatura de servicio: 16º C.
RECURSOS NATURALES Y VISION EMPRESARIAL.
Bodega Del Fin Del Mundo es un proyecto que nació en 1996 con una meta titánica: convertir 3.200 ha. de desierto en viñedos productivos. El lugar tenía a su favor recursos naturales, tales como un clima ideal para el cultivo de la vid, la aptitud de los suelos, la disponibilidad de tierras vírgenes y la calidad del agua de riego. Además, los viñedos están situados a 39° de latitud sur en plena estepa patagónica, lo que genera una gran amplitud térmica (mayor a 20º C), escasas precipitaciones (180 mm. anuales) y baja humedad.
Por su parte, la distribución del agua es la columna vertebral del emprendimiento. El río Neuquén se convirtió en el proveedor de riego, con agua proveniente de deshielo.
Todas estas condiciones naturales favorecen la calidad de los cultivos, ya que permiten conservar la sanidad de las plantas. En el caso del clima, asegura una maduración lenta y armoniosa de las uvas.
A estas cualidades geográficas se suma el trabajo del equipo. La cosecha se realiza de forma manual y va desde principios de febrero hasta fines de abril o principios de mayo, dependiendo del año.
Asimismo, la bodega cuenta con un sistema de elaboración y conservación de vinos con una capacidad de 10 millones de litros. Está equipada con 220 tanques de acero inoxidable con control de temperatura para fermentación, 2500 barricas de roble francés y americano, cuatro toneles de roble con control de temperatura y 104 piletas de hormigón para conservación.
Cabe resaltar que todos los proyectos de Bodega Del Fin del Mundo cuentan con el asesoramiento del enólogo francés Michel Rolland, una auténtica leyenda del vino y consultor de la empresa desde 2004.
Temas relacionados