Las bodas en hoteles, el segmento más romántico dentro del turismo de reuniones, muestra signos positivos de recuperación. De todos modos, vale aclarar que la pandemia ha obligado a los establecimientos hoteleros a innovar en sus propuestas y protocolos de sanidad, diseñando experiencias únicas, inolvidables y, a la vez, seguras.
Turismo de reuniones: crece la demanda de bodas en hoteles
¿Qué es el turismo de bodas?
Ahora bien, antes de hablar de la actualidad de este segmento vale la pena aclarar que no solo abarca bodas sino también entregas de anillo, lunas de miel, despedidas de solteros, aniversarios de novios y casados, renovación de votos, último viaje antes del nacimiento de un bebé (Baby Moon) y un nueva experiencia que está creciendo a partir del actual contexto epidemiológico y económico global: “ bodas de escapada”.
Al respecto, vale aclarar que las bodas de escapadas ya fueron ganando terreno antes de la pandemia, pero en los últimos dos años crecieron de manera exponencial. Se trata del tipo celebración que eligen los Millennials porque deja atrás los tradicionalismos y las bodas formales con cientos de invitados. En estos casos la pareja elije su destino de ensueño y contrata un hospedaje de calidad y un buen banquete para dos. Una experiencia de boda privada en un hotel que se une además con la luna de miel.
Por otra parte, las Bodas Pop Up también son celebraciones que hoy marcan tendencia. Convocan a grupos pequeños de invitados para que disfruten una experiencia exclusiva diseñada en torno al romance y con mucha identidad local.
Se trata de una buena solución para quienes quieren casarse a partir de la reapertura del turismo pero cumpliendo con las restricciones que aún están vigentes. Este tipo de bodas ha ayudado a reactivar las ceremonias en hoteles en los que hoy no se pueden realizar grandes eventos de 200 o 300 personas.
Las Bodas Pop Up duran aproximadamente tres horas, con un máximo de 15 invitados; pero se extienden a un programa de dos o tres días completos con experiencias diversas en el destino. Se pueden llevar a cabo en una playa, una ciudad colonial o viñedo, por citar algunos ejemplos.
Turismo de reuniones, la reactivación
Para hablar sobre la actualidad del segmento, Camelú Millán, directora corporativa de Association of Bridal Consultants (ABC) Latam, detalló: “México es uno de los destinos que se está recuperando en el segmento bodas en hoteles, porque hay regiones en el norte del país que se están más abiertas al turismo”.
En cuanto a los nuevos formatos de bodas que trajo aparejada la pandemia, Millán comentó: “Las más elegidas son las ‘bodas de escapada’. Solo los novios, contratando en el hotel fotógrafo, ramo y pastel, celebran su casamiento. Una experiencia que cuesta unos US$ 1.000. De todos modos, también se están organizando bodas íntimas, con un grupo reducido de invitados; en las que la inversión está puesta en la decoración y el armado de la mesa con la mejor cristalería y detalles de lujo. En este caso el costo puede oscilar entre los US$ 10 mil y los US$ 20 mil”.
Hoteles para bodas diversifican la oferta
Asimismo, cabe recordar que si bien el escenario predilecto de muchas parejas son las playas de arenas blancas y mar turquesa, las nuevas generaciones también se ven atraídas por los parajes coloniales, los escenarios urbanos y las propuestas de aventura, como llevar a cabo la boda durante un vuelo en globo. De modo tal que cada vez más establecimientos hoteleros (emplazados en playas, destinos de aventura, pueblos históricos o en grandes urbes) están adaptando sus propuestas para albergar bodas de ensueño.
Asimismo, las empresas hoteleras se están enfocando en la generación de experiencias únicas y con identidad local. Por eso suman a su cartera de proveedores artesanos de su comunidad, cocineras locales, negocios sustentables y cooperativas, buscando así el desarrollo social con perspectiva de género e inclusión.
En cuanto a innovación, en los destinos de playas los hoteles todo incluido son los que marcan tendencia y están en la constante búsqueda de propuestas románticas y de lujo.
En el caso de las bodas de escapada, proponen habitaciones superiores o cabañas con vista al mar, que incluyen la ceremonia, y suman experiencias como cena para dos, cata de vino o una sesión de reflexología para la pareja. Para quienes buscan una aventura fuera de lo común para novios e invitados, también están disponibles las bodas submarinas en cayos o islas del Caribe. La idea es “dar el sí” rodeado de peces, arrecifes y corales.
Por su parte, los hoteles urbanos también están en la búsqueda de propuestas superadoras. Se trata de bodas que tienen un estilo más elegante, cosmopolita y moderno. De modo que las terrazas y los roof top se visten de gala para celebrar los enlaces y darle a los agasajados las mejores vistas de la ciudad. De hecho, la propuesta es aprovechar el atardecer y la puesta del sol sobre la urbe. En estos casos la inspiración son las típicas terrazas neoyorkinas, y en la decoración se busca integrar elementos chic y modernos.
Finalmente, para las bodas en hoteles que buscan anclarse en la identidad local los destinos de América Latina tienen mucho para ofrecer. La gran riqueza cultural y ancestral de los pueblos latinoamericanos invita a las parejas a unir sus vidas de manera simbólica según los rituales tradicionales en un entorno rodeado de naturaleza.
Para tener cuenta: ¿qué buscan los novios?
Según la Secretaría de Turismo de México, destino posicionado en el segmento de bodas en hoteles, los novios priorizan:
- Facilidad de acceso al destino 90%.
- Precio 85%.
- Atractivos del destino 75%.
- Variedad de actividades 72%.
- Calidad de hoteles 66%.
- Clima 62%.
- Hospitalidad 32%.
- Diversión 16%.
- Facilidad para organización 8%.
- Gastronomía 5%.
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