-¿Cuál es el posicionamiento de Royal Caribbean Cruises en América Latina?
-Pienso que nuestro portfolio de marcas ostenta una situación muy privilegiada en la región gracias a su variedad y calidad. Hoy, una persona que piensa en vacacionar en un crucero a nivel internacional y está bien orientada carece razones para no elegirnos. Y en tal sentido es vital la labor de nuestra estructura de representantes internacionales, algunos acompañándonos hace más de 20 años.
Uno de las razones de nuestro suceso y liderazgo en Latinoamérica -sea en cantidad de pasajeros, presencia o exposición de marca- pasa por la comprensión de cada mercado y en interpretar los gustos del pasajero a través de itinerarios y servicios acordes a sus necesidades. Porque es un error pensar que la región es una sola cosa; no es mismo un viajero argentino que uno colombiano o que uno brasileño.
Muchas perfiles de viajero son similares, es cierto, pero no todos buscan la misma experiencia. Y la clave de Royal Caribbean Cruises pasa por ajustarse a las diferencias, aspectos que tratamos de inculcar en las capacitaciones para el trade y en los viajes de familiarización que también incluyen a la prensa.
Lo importante es que cuando un pasajero potencial pregunte en una agencia de viajes sobre las opciones disponibles, le sepan transmitir que somos la mejor opción en Europa, Alaska, el Caribe, China, Sudamérica y el resto del mundo.
“Buscamos interpretar las tendencias de los mercados y adaptarnos a ellas”
Responsable de poner en marcha la exitosa gestión de las oficinas del grupo Royal Caribbean en Brasil y de conducir las políticas comerciales en Latinoamérica, Ricardo Amaral se refiere en esta entrevista al presente de la naviera en el competitivo contexto regional. Proyectos, cuidado del medio ambiente y las relaciones con el canal de distribución fueron otros temas tratados con el ejecutivo.
-¿Cuáles son, en un segmento tan competitivo como el de los cruceros, los diferenciales de la compañía?
-La experiencia de viaje que ofrecemos es muy distintiva, con barcos equipados con gran variedad de entretenimiento, diversión, hospedaje, gastronomía y excursiones. Patinaje sobre hielo, piscina con olas, centro comercial Royal Promenade, cápsula de observación aérea, suites de dos niveles son, por ejemplo, diferenciales exclusivos de Royal Caribbean. Nuestro foco está en brindar productos innovadores y capaces de satisfacer todas las expectativas.
Además, buscamos interpretar las tendencias de los mercados y adaptarnos a ellas. Durante muchos años, por ejemplo, tuvimos un barco completamente dedicado a los clientes latinoamericanos que partía desde Colón, en Panamá, pero no todo es el punto de salida, sea éste Santos, en Brasil, o Buenos Aires, en Argentina. Lo importante está a bordo y, claro está, en los destinos a visitar. Otro diferencial está en nuestra amplitud de marcas, con tres líneas de cruceros que opera 37 barcos por los mares del mundo.
La clave no es tener los mejores barcos y los mejores itinerarios. Tampoco en brindar los mejores shows ni las mejores comidas. Nosotros tenemos todo eso y nuestro valor añadido pasa por contar con tripulaciones que hablan español y portugués, en servir los mejores vinos argentinos y chilenos, en ofrecer pisco y tequila en los bares. Detalles que marcan nuestro liderazgo.
-¿A qué tipo de viajero específico apuntan los cruceros del grupo Royal Caribbean?
-No estamos detrás de un target demográfico o económico puntual. Buscamos personas que puedan gustar de la experiencia que le ofrecemos. De hecho, no nos interesa que nos compren un crucero; nos interesa que disfruten de ese crucero y que retornen. Y cuando lo hagan, que sea con un itinerario más largo o eligiendo una cabina de categoría superior. También queremos que nos recomienden a familiares y amigos. Y que no se trate solo de una transacción comercial, sino de una relación que se prolongue en el tiempo, especialmente en América Latina, donde hay muchos viajes en familia. Somos una naviera que quiere ir más allá de la venta a secas, estableciendo una buena relación con el cliente.
En estado en cruceros donde vi disfrutar a 20 o 30 personas en una boda y también a grupos de quinceañeras. La experiencia es inolvidable e invita a repetirla.
-¿Cree Ud. que en una industria como esta, que ha llegado a un punto de maduración, hay lugar para nuevos destinos?
-No solo hay lugar, hay necesidad. Las navieras están creciendo a pasos tan grandes que hoy por hoy no existen suficientes destinos. Y si bien hay sitios interesantes por explorar desde el punto de vista turístico, carecen de la infraestructura necesaria para manejar un barco de 5.000 pasajeros que arriban con altos niveles de exigencia. El viajero que desciende, quiere encontrarse con opciones que estén al nivel de su navío.
El impacto económico de la vista de un gran barco es igual al de un gran evento deportivo, pero con protagonistas que pueden gastar mucho más dinero. Pero esta cuenta muchos países no la hacen. Si invirtieran en infraestructura y tuvieran mejor diálogo con las navieras, podrían generar interesantes ingresos extra y más fuentes de trabajo.
Nosotros hemos realizado fuertes inversiones en CocoCay, en las Bahamas, y en Labadee, en Haití, destinos privados a los que dotamos de todo lo necesario para recibir barcos todas las semanas y en donde anualmente hacemos una puesta a punto de sus instalaciones.
-¿Qué acciones realiza el grupo en favor del medio ambiente?
-En la actualidad, es necesario que toda gran empresa establezca una relación muy fuerte con la sustentabilidad. Y Royal Caribbean es muy sensible al tema. Por eso, todos nuestros barcos tienen personal encargado de que las operaciones afecten lo menos posible a la naturaleza. En tal sentido, hace más de 20 años que impusimos un programa de concientización llamado Save the Waves, dirigido tanto a tripulantes como a huéspedes, tendiente a que los viajes tengan el menor impacto medioambiental posible.
Por otra parte, este año hicimos un acuerdo global de largo plazo con el World Wildlife Fund que nos compromete a colaborar con la salud de los océanos a través de acciones mensurables. Así, entre otras obligaciones, nos comprometemos a que de aquí a 2020 podamos servir a nuestros huéspedes un 90% de frutos de mar originados en la pesca sustentable y a reducir en un 35% las emisiones de carbono en un 35%. Sabemos que para que nuestro negocio tenga futuro, tenemos que tener sanos a los mares y a los destinos que visitamos.
Después de tantos años de trabajar para esta compañía, puedo asegurar que estos compromisos no son solo palabras sino hechos.
-¿Cómo califica a la relación de la naviera con el canal de distribución?
-Me atrevo a decir que de lo mejor. A lo largo de mi carrera he visto como se reducían las comisiones por la venta de pasajes aéreos y como se va imponiendo la comercialización directa. Sin embargo, la industria de cruceros en general es muy transparente con el trade. En nuestro caso, contamos con una junta asesora, conformada por agentes de viajes de todo el mundo, que nos informa sobre la relación entre la compañía y los respectivos mercados.
El nuestro es un segmento muy completo, ya que involucra transporte, hospedaje, alimentación y entretenimiento. Y como todo es comisionable, año a año vamos vendiendo más y más.
-¿La tendencia apunta a fabricar cruceros cada vez más grandes?
-No necesariamente, pero en nuestro caso si a construir los barcos más innovadores de la industria. En el flamante Harmony of the Seas, por ejemplo, se combinan ambos factores, ya que con sus 227.700 toneladas y capacidad para más de 5.400 pasajeros, es el crucero más grande del mundo y, al mismo tiempo, el más novedoso.
Bartenders robóticos que preparan bebidas clásicas o recetas inventadas por los propios huéspedes por medio de tablets, pulseras con tecnología de radiofrecuencia que dan acceso a los camarotes y permiten hacer las compras a bordo, espectáculos de acrobacias acuáticas en un anfiteatro con piscinas al aire libre y el tobogán más alto instalado en un navío son algunas de sus muchas originalidades.
En la otra punta, Celebrity Cruises acaba de adquirir a los dos navíos de Ocean Adventures de las islas Galápagos, El Eclipse, con capacidad para 48 huéspedes, y el Athala II, para tan solo 18 pasajeros, con el propósito de ofrecer una experiencia de ´lujo moderno´. Hasta enero de 2017 navegarán bajo la bandera de Ocean Adventures para ser luego revitalizados e incorporados a la flota de Celebrity.
-¿Alguna novedad para el segmento de viajeros premium?
-Acabamos de presentar el programa Royal Suite Class, propuesta que se caracterizará por sus altos parámetros de calidad en los navíos de las clases Oasis y Quantum. Incluirá un asistente personal, entrenado y certificado por el instituto británico Buttler, disponible las 24 horas del día para reservas, asistencia al cuarto y lavandería, entre otros items; acceso a Internet de última generación en alta mar; acceso exclusivo a un restaurante; playa privada en la isla de Labadee; reservas prioritarias para espectáculos a bordo; artículos de tocador de primeras marcas europeas y la mejor ropa de cama.
-¿Qué hay de nuevo en términos de itinerarios?
-En 2018, nuestra compañía boutique Azamara Club Cruises volverá a navegar con Australia y Nueva Zelanda, y lanzará un crucero inédito alrededor del mundo de 102 días visitando 61 puertos en 29 países. Además, estará presente en la Copa del Mundo de la FIFA en San Petersburgo, en el British Open en Southampton, y en el Grand Prix de Mónaco.
En lo que hace al Caribe, para la temporada 2017/18 tendremos 23 navíos ofreciendo desde mini cruceros a rutas de siete noches, mientras que durante el verano de 2017 habrá siete barcos brindando travesías por el Mediterráneo y los mares del norte.
-¿Cómo evalúa la actual situación del mercado brasileño de cruceros?
-Así como en los últimos 10 años las ventas crecieron exponencialmente, ahora estamos experimentando la mayor caída. De hecho, no tenemos previstas operaciones de ningún navío para la temporada 2016/17, aunque no descarto que el escenario pueda cambiar.
Todas las compañías de cruceros están analizando cómo actuar en Brasil, un mercado al que de todos modos no podemos cerrarle las puertas, ya que el nuestro es un negocio móvil. Y a la hora de apostar, no nos vendría nada mal una mejor infraestructura portuaria y cuestiones tributarias y de empleo más claras.
Que sigamos manteniendo menúes en portugués en todos nuestros navíos que recorren el mundo, demuestra nuestro interés por el mercado. Y a pesar de una variación cambiaria tan extrema y de un 2015 atípico para la economía brasileña, hemos cerrado el año con un porcentaje mayor de ventas en Latinoamérica. Desde que abrimos la oficina en Brasil, en 2009, la tasa de crecimiento supera los dos dígitos, por encima de la tasa de crecimiento global de la compañía.
PERFIL CORPORATIVO: ROYAL CARIBBEAN CRUISES
Creada más de 40 años atrás, Royal Caribbean Cruises Ltd. (RCC) engloba las operaciones de Royal Caribbean International, Celebrity Cruises y Azamara Club Cruises. Sus flotas suman 37 navíos que ofrecen itinerarios por Alaska, América del Sur, Asia, Australia, Bahamas, Bermudas, Canadá, el Caribe, Canal de Panamá, Europa, Hawaii, México y Oceanía. Además, RCC es propietaria de Pullmantur, enfocada en el mercado español; Croisieres de France, para clientes francófonos; y TUI Cruises, resultado de un joint-venture con la alemana TUI AG.
Tras el lanzamiento de dos barcos en 2016 (Harmony of the Seas de la clase Oasis y Ovation of the Seas de la clase Quantum), la compañía tiene previsto incorporar una unidad Oasis más en 2018 y dos de la clase Quantun en 2018 y 2020.
En 2015, el grupo reporto ingresos por US$ 8.2 mil millones, destacándose una ganancia record de US$ 1.000 millones en Asia.
BIO: RICARDO AMARAL
Con más de 25 años de experiencia en la industria de cruceros, Ricardo Amaral fue en 2009 el responsable de poner en marcha las oficinas del grupo Royal Caribbean en Brasil, a las que llevó a superar los objetivos hasta convertir a ese mercado en uno de los principales de la compañía en el mundo.
Ese mismo año, Amaral fue elegido presidente de Abremar (Asociación Marítima de Cruceros Brasileños), rol que ejerció durante cinco años consecutivos. Luego, paso a integrar la junta directiva de la entidad.
Nombrado como una de las "50 personas más poderosas en el sector turismo en Brasil" por Panrotas en 2011, 2012 y 2013, previamente el ejecutivo ocupó a lo largo de nueve años el puesto de director de Marketing y Ventas de la representación local de Royal Caribbean, y fue gerente de Marketing de Costa Cruceros.
Amaral se graduó en Administración Hotelera en 1991, en 2002 obtuvo una maestría en Turismo de la Universidad de Sao Paulo y en 2009 terminó su doctora en Comunicación Social con foco en Relaciones Públicas, Publicidad y Turismo. También es el autor de "Cruzeiros Marítimos", obra de referencia para estudios en el segmento.
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