Antalya, una de las ciudades más turísticas del sur de Turquía, acogió del 8 al 12 de mayo la convención mundial de turismo sostenible 2023 (GSTSC-Global Sustainable Tourism Conference), siendo la capital del turismo verde. La cita estuvo organizada por TGA, el organismo de promoción turística del gobierno turco y por la propia GSTC, el consejo mundial de turismo sostenible, que congregó a más de 300 profesionales del sector y a miles de asistentes.
Luigi Cabrini (GSTC): "Si eres sostenible, ahorras costes"
El evento fue todo un éxito, se abordaron las principales tareas pendientes en el ámbito de la sostenibilidad y se puso encima de la mesa todo el trabajo que vino haciendo en los últimos meses en las diferentes empresas y destinos volcados con la causa.
Ladevi estuvo cubriendo el evento presencialmente durante toda la semana, y tuvo la oportunidad de entrevistar al presidente del GSTC, Luigi Cabrini, quien ocupó hace 20 años el cargo de responsable de sostenibilidad de la Organización Mundial del Turismo (OMT):
- ¿Qué valoración hace de la GSTC 2023 en Antalya?
- Excelente. Todas estas conferencias son muy importantes, porque el país que acoge el evento siempre suele estar comprometido con la causa, pero en el caso de Turquía, ese elemento es todavía más fuerte. El país se ha comprometido a ser el primer país que da el paso de adoptar una estrategia de sostenibilidad de cara al 2030 con compromisos muy concretos. El objetivo principal es que los 22.000 hoteles del país van a ser certificados por un programa acreditado por GSTC.
Nosotros siempre hemos tratado de fortalecer la certificación turística, que ahora sufre una gran dispersión. Hay más de 200 etiquetas con pocos productos certificados. Lo que hemos cerrado es, primero, los estándares o criterios globales, para la industria del turismo en general. El más original es el programa nuestro que acredita certificadores turísticos. Con ello, se evita que no se cumpla con los criterios internacionales de sostenibilidad.
Evitamos así las confusiones entre coaching y certificador. Cualquier organización internacional dirá que esto no es lo mismo, el que hace coaching no puede certificar. Y muchos programas no cumplen con esa acreditación. Hay mucho interés por los certificadores, y Turquía es el ejemplo de cómo va a acreditar con nuestra supervisión.
Esta conferencia global tras la de Sevilla, podemos decir que es la primera realmente con participantes grandes post-pandemia. Tenemos visitantes con responsabilidades muy importantes. 300 profesionales que aportan mucho e influyen en el sector.
- ¿Cree que más Gobiernos se sumarán a los pasos que sigue Turquía?
- Pues sí y no. Creo que por un lado ver que hay países que siguen estos pasos, ayuda, pero por otro lado países como Italia o España tienen descentralizadas sus políticas, por lo que impide que programas como estos se integren. Pero espero que sea un ejemplo y que se pueda adaptar a las estructuras de cada país, con ayuda y participación de gobierno regionales. El restallado final es de gran interés para los países, que además fortalecen la marca país de quien se compromete en el proceso.
- Muchos actores del sector nos trasladan que hablar de sostenibilidad, en muchas ocasiones, ha ido restando su importancia por usarla en exceso o por emplear procesos “greenwashing” que van en una corriente contraria a la propia sostenibilidad. ¿Qué políticas aplican ustedes para que esto no pase?
- Pues todas las actuaciones que hacemos van precisamente en contra de eso. Tenemos un marco de sostenibilidad amplio: gestión cultural, social, económica y medioambiental. Esto nos da un marco global en el marco de los objetivos del milenio de la ONU.
Nuestro objetivo es, por un lado, que los que quieran seguir certificando en el sentido propio de la palabra, tiene que cumplir con unos criterios que elevan la credibilidad del sistema. Por ejemplo, Booking ya nos está diciendo que necesitan una etiqueta seria para ir añadiéndola a los productos que tiene. Soy optimista y creo que este proceso puede mejorar el término sostenibilidad, desterrando el “greenwashing”.
- El sistema de certificación tiene un coste. Una empresa paga por ser certificada y recibe una etiqueta conforme aplica una serie de medidas sostenibles que reducen su impacto medioambiental, genera beneficio en la población local, etc. Muchos hoteles pequeños o medianos que quieren obtener esas acreditaciones, a lo mejor pueden pensar que no les compensa gastar lo que cuesta el certificado sostenible que ustedes ofrecen. ¿Qué le diría para convencerlos?
- Pues tengo una respuesta clara: es una inversión, no un coste. Si una certificación como la nuestra la obtienes, mejoras los sistemas y ahorras los costes. Yo coordiné un estudio de economía verde para la ONU sobre turismo y, por ejemplo, si inviertes en nuevos sistemas de calefacción o nuevos sistemas de iluminación LED, en dos años recuperas la inversión, y a partir del tercer año ahorras ya dinero.
Además, ese establecimiento estará adelantado y cumplirá con normativas climáticas que en algún momento serán obligatorios por el avance del cambio climático.
Y a todo ello se le suma que te posicionas en el mercado. Hay mucha oferta y con los programas de certificación, el hotel tiene más visibilidad. TUI ya está aplicando normas de contratación en las que solo seleccionará hoteles sostenibles, con etiquetas fiables. Además los costes de esas acreditaciones no son grandes.
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