Los delitos en el turismo y sus penalidades

En la obra de José Alberto López Rodríguez "Los delitos en el turismo" se abordan las infracciones que se cometen en la actividad turística como parte de los conceptos jurídicos que forman parte de la legislación del sector, brindándoles a los lectores información acerca del derecho turístico en materia penal.
Antes de profundizar en los incumplimientos y las figuras que pueden incurrir en ellos, el autor explica el significado de delito patrimonial -aquel que afecta directamente al turismo hotelero- como "aquellos cometidos por particulares en contra del patrimonio de una institución". Además, agrega que "dentro de los delitos patrimoniales se encuentran contemplados el robo, el abuso de confianza, el despojo de muebles, como también los daños en propiedad ajena, entre otros".
Así, la obra resalta que las penas que se aplican para cada infracción mencionada son diferentes, ya que la gravedad del delito como la cuantía del quebranto patrimonial sufrido determina las mismas.
De este modo, López Rodríguez expone que en la actividad cotidiana de los profesionales del sector turístico ninguna persona está exenta de cometer -con ánimo de perjuicio, lucro indebido o por omisión- alguna conducta tipificada como delito por las leyes punitivas. Considerando que algunos de los sujetos que pueden intervenir en estos comportamientos son turistas, proveedores, prestadores, trabajadores, autoridades, asociaciones, comisiones y consejos.
A partir de la clasificación de los sujetos de delito, en el libro se analiza el caso especial del turista, describiéndolo como "delincuente extranjero que no siendo del país, afecta la salud, la economía y, en general, el bienestar de los ciudadanos, la seguridad del país o los intereses de una institución".
Asimismo, menciona algunos de los delitos más comunes que puede cometer el "turista delincuente", como robos de bienes, fraudes y abuso de confianza, daños o robos al patrimonio artístico, defraudación fiscal, ataques a las vías generales de comunicación, y lesiones, entre otros.
Las penas, sanciones o medidas de seguridad que se aplican para el turista dependen del tipo de delito, pudiendo ser: caución de no ofender, decomiso de instrumentos, objetos y productos del delito, prohibición de ir a un lugar determinado, sanción monetaria, apercibimiento, prisión y amonestación, entre otros.
Por otra parte, el autor desarrolla dos tipos de delitos especiales: la falsificación de documentos en general y el fraude, que pueden cometer cualquiera de los individuos infractores.
En el caso de la falsificación de documentos, se considera como tal si el falsario se propone sacar algún provecho para sí o para otro, o causar algún tipo de prejuicio, como también que se haga la falsificación sin consentimiento de la persona a quien resulte o pueda resultar perjudicado, o sin el de aquella en cuyo nombre se hizo el documento. Además, debe cometerse por los siguientes medios: con una firma o rúbrica falsa, alterando una verdadera, aprovechando indebidamente una firma o rúbrica en blanco, alterando el contexto de un documento verdadero -después de concluido y firmado- y variando la fecha o cualquier otra circunstancia relativa al tiempo de la ejecución del acto que se exprese en el documento, entre otros.
Este delito se pena con prisión y multas, según se trate de documentos públicos o privados, como si quien realiza la falsificación es un servidor público.
En cuanto al fraude, se entiende que se comete cuando "un individuo engaña o se aprovecha de un error para perpetrar un ilícito". Se castiga con prisión y multas que varían según la gravedad del mismo.