Salvador Dalí decía que quien sabe no bebe jamás el vino, sino que degusta sus secretos. El mundo del vino ha tenido un gran auge en los últimos años y cada vez son más los que consideran al vino como una bebida especial. Son más los que degustan y menos los que beben. Así, no es de extrañar el aumento en la demanda de vinos de calidad a nivel mundial.
En los nueve capítulos de "El vino y su servicio", Mario Gil Muela, Francisco García Ortiz y Pedro García Ortiz orientan al lector sobre los vinos, su situación y proyección en el mercado, en un recorrido por los principales países productores, entre ellos los de Europa y los englobados bajo el término "Nuevo Mundo" -Argentina, Uruguay, Chile, Estados Unidos, Canadá, Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda-.
Editado por Ediciones Paraninfo, este libro desarrolla los tipos y clasificaciones de vinos, la cata, los factores intervinientes del medio natural, el proceso de vinificación, descripciones y características del servicio de la bebida. E incluye, por cada capítulo, una serie de ejercicios cuya finalidad es lograr una mayor consolidación de los conocimientos.
El vino, mucho más que una bebida
En "El vino y su servicio", Mario Gil Muela, Francisco García Ortiz y Pedro García Ortiz dan precisiones sobre las características y proyección en el mercado de los vinos de los principales países productores. Esta obra también presenta todos los conocimientos necesarios para quienes desean adentrarse en el mundo vitivinícola.
LA RELEVANCIA DE LA CATA.
La cata se constituye como una herramienta imprescindible a la hora de asesorar, servir y satisfacer a un cliente. Consiste en una aplicación metódica de nuestros sentidos los sobre un determinado producto.
Este método nos permite obtener los datos y conocimientos necesarios para medir la calidad del producto en su faceta sensorial. Este conocimiento es aplicable desde la compra y conservación hasta la transmisión de información y asesoramiento al cliente.
A diferencia de otros productos alimentarios, en el caso del vino este análisis de corte sensorial cobra gran incidencia en lo que hace al análisis global de la calidad del producto, dado que mediante el mismo se obtienen datos que no se pueden conseguir mediante otro tipo de análisis. De hecho, dos vinos que aporten resultados idénticos en una prueba de laboratorio pueden aportar sabores y sensaciones diferentes.
CATANDO ADECUADAMENTE.
Más allá de la pretensión de objetividad, la cata -al basarse en la percepción de nuestros sentidos- es un acto subjetivo. El catador está influenciado en todo momento por factores externos que inciden en mayor o menor medida en la valoración del vino. Por ejemplo, su estado anímico.
Para que el ejercicio de la cata resulte lo más objetivo posible, se recomienda realizarla en espacios amplios y ventilados con luz natural, en horarios precedentes a las comidas principales, con la boca limpia de sabores y evitando desconcentraciones durante la misma.
Para poder registrar las impresiones que se tienen durante las distintas fases de la cata, se recomienda utilizar una ficha donde se pueda anotar todo aquello que encontremos en el vino.
Existen distintos modelos de fichas de cata. En muchos de ellos se puede colocar una calificación numérica por cada una de las fases: visual, olfativa y gustativa.
ELEMENTOS DE SERVICIO.
Un factor clave en el servicio del vino es el conocimiento y manejo de los distintos elementos que entran en juego durante el mismo.
En primer lugar, las botellas, que se utilizan de vidrio desde el siglo XVII debido a su carácter inocuo, aséptico y fácilmente almacenable.
En cuanto al tamaño de las mismas, cabe recalcar que para vinos de calidad se utiliza un tamaño más grande que el habitual de ¾ l, para favorecer la evolución del vino.
En cuanto a los corchos, se sabe que advierten sobre el estado del vino. Por ejemplo, uno totalmente impregnado de la bebida denota que la botella ha sido conservada en un lugar cálido, mientras un canal en el lateral del corcho es síntoma de un defecto en el taponado de la botella.
Asimismo, las copas cumplen dos funciones fundamentales en el servicio. Por un lado, responden a un concepto estético adecuado de presentación. Por el otro, el empleo de determinado formato de copa incide notablemente en la percepción del sabor y los aromas. Al utilizar la copa adecuada para cada tipo de vino se acentúan sus virtudes.
Por último, se encuentran los sacacorchos. A partir de 1980 han surgido una gran variedad de modelos, y todos convergen en la búsqueda de comodidad y rapidez.
También existen elementos complementarios para el servicio, como las láminas antigoteo -que permiten verter el vino en la copa sin riesgo de manchar el mantel- y las bombas de vacío, que extraen el aire de las botellas abiertas, manteniéndolo durante algunos días.
"El vino y su servicio"
Autores: Mario Gil Muela, Francisco García Ortiz y Pedro García Ortiz.
Editorial: Ediciones Paraninfo (2009).
Precio: $ 206.
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