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LATAM Airlines: cómo comprar bonos de CO2 apostando por la implicación

LATAM Airlines nos enseña su proyecto "CO2 Bio" de compensación de huella de carbono en la sabana de Colombia: “Cada vez más empresas quieren este sistema”.

El hartazgo de la sociedad con la falsa sostenibilidad o “greenwashing” (término anglosajón referido a la utilización de la sostenibilidad en beneficio empresarial) ha llegado a su punto álgido. Y en especial cuando se usa dentro del sector turístico que, por naturaleza y sentido común, es contaminante. Por eso en LATAM Airlines le han dado la vuelta al concepto: quieren ser sostenibles, pero dando ejemplo.

De esta base nació la idea de su proyecto “CO2 Bio”, de la mano de la Fundación Cataruben. El funcionamiento, aunque complejo, se basa en la alianza de esta fundación con propietarios privados para la conservación de espacios naturales. Un trabajo con el que obtienen bonos de carbono que las grandes compañías (como LATAM) compran en compensación por sus emisiones de CO2.

Un proceso de equilibrio de la huella de carbono que aerolíneas y grandes grupos turísticos ya están siendo obligados a ejecutar anualmente, pero hay diferentes maneras de hacerlo: la más común es tirar de billetera, comprar bonos de espacios con árboles recién plantados que no fomentan la biodiversidad del territorio y que están diseñados en masa para obtener beneficios.

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Proyecto CO2 Bio de LATAM Airlines.

Proyecto CO2 Bio de LATAM Airlines.

La otra opción es implicarse con iniciativas que no solo venden bonos, sino un programa completo de protección de un ecosistema. Y, de paso, de promoción del turismo sostenible real.

Es decir, que no solo plantan árboles para compensar emisiones, sino que cuidan el entorno, fomentan el desarrollo de una zona para que la fauna se mantenga y ayudan a que el equilibrio de la naturaleza se mantenga. Desde la capibara que se refresca en el agua hasta el pájaro que busca nido en la sabana.

Ladevi ha podido comprobar de primera mano esta iniciativa en la reserva natural de Casanare, en la región del Yopal (Colombia). La finca, conocida como “El Encanto de Guanapalo” (y formada por los hatos de Mata de Palma, Altamira y Montana) cuenta con decenas de hectáreas de terreno virgen, con cientos de especies animales que convierten el entorno en único.

Así funciona la unión Fundación Cataruben + LATAM Airlines

José Luis Rodríguez, director de proyectos de la Fundación Cataruben (también conocido como “súper líder de carbono”), explica que buscan acercar a las empresas que requieren compensar su huella de carbono con propietarios que hacen actividades de conservación.

Representantes de empresas asociadas con LATAM Airlines para compensar sus emisiones de CO2 con el proyecto CO2 Bio.JPG
Representantes de empresas asociadas con LATAM Airlines para compensar sus emisiones de CO2 con el proyecto CO2 Bio.

Representantes de empresas asociadas con LATAM Airlines para compensar sus emisiones de CO2 con el proyecto CO2 Bio.

“Para evitar el “greenwashing ”, es importante poner a todos los actores, comprador y productor, en la misma mesa. Lo que ha ocurrido en el mercado es que han entrado muchos intermediarios que ponen una manta de duda en el mecanismo de compensación”, subraya.

Rodríguez hace hincapié en que, en este escenario en el que las empresas están obligadas a compensar su huella de carbono, las bolsas de bonos internacionales (como un mercado de compra de derechos de emisiones) empiezan a ser difusas y poco transparentes: “La empresas no saben de dónde vienen (los bonos), pero los compran. Y eso genera dudas”.

“Con este tipo de proyectos apoyados por empresas como LATAM Airlines, pueden tener una trazabilidad. Esto no es plantar árboles y ya está. Es mejorar la calidad de vida de las comunidades, de desarrollo sostenible. De cuidado del entorno. Y cada vez más empresas quieren este sistema”, señala.

Expertos de la Fundacion Cataruben explicando como medir la capacidad de absorcion de CO2 de un arbol.JPG
Expertos de la Fundación Cataruben explicando como medir la capacidad de absorción de CO2 de un árbol.

Expertos de la Fundación Cataruben explicando como medir la capacidad de absorción de CO2 de un árbol.

Es un sistema más complejo y menos comercial, según Rodríguez. La Fundación Cataruben tiene 314.000 hectáreas dentro del proyecto CO2 Bio. Y todos los propietarios forman parte del proyecto. Pero, ¿cómo se reparten los bonos?: “Sumamos todas las hectáreas y generamos los certificados de carbono que al final son unidades transables que luego las empresas compran. Y los propietarios, aunque acaben de entrar, cobrarán lo mismo por bono”.

“En función de área conservada y compromiso con las actividades que se deben implementar, mayor certificados potenciales. Son dos variables que monitoreamos satelital y presencialmente. En base a ello, calculamos los certificados por cada espacio”, aclara Rodríguez.

Un proyecto con la biodiversidad en el centro

Otro componente fundamental es la biodiversidad. Si no se mantiene y mejora la diversidad, este proyecto no tendría sentido, según explican desde CO2Bio.

Es una especie detransformación productiva”, ya que por ejemplo los cultivos de palma arrasan el territorio, y este tipo de espacios son un refugio para la fauna. Los propietarios inicialmente, en el 2016 cuando se fundó el proyecto, reconocen que lo veían con incertidumbre.

Uno de los entornos del proyecto CO2 Bio de LATAM Airlines en Colombia.JPG
Uno de los entornos del proyecto CO2 Bio de LATAM Airlines en Colombia.

Uno de los entornos del proyecto CO2 Bio de LATAM Airlines en Colombia.

Pero ahora “CO2Bio” está consolidado, y se les demuestra que es un proyecto que pone el granito de arena para salvar el mundo, “generando recursos para ellos que mantengan las zonas”.

“Este tipo de proyectos van a terminar. Tienen una curva inversa: si el proyecto funciona, la tendencia indica que los certificados se van reduciendo. Llegados a ese punto, el sistema productivo ya será sostenible, balanceado y financieramente viable. Por lo que no necesitarán el incentivo de los bonos de carbono”, zanja Rodríguez en una entrevista improvisada en medio de la sabana. Con cantos de pájaros y el trote de los caballos salvajes como música de fondo. ¿Es hora de llamar a la sostenibilidad, simplemente, implicación en la conservación?.

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