Durante nuestros viajes descubrimos lo que percibimos como diferencias entre personas, nacionalidades, grupos étnicos, lo cual, sin duda, a la final nos hace ver que esas “diferencias” no son más que percepciones sin fundamentos.
Digo todo esto porque he tenido la fortuna de sentir esa amabilidad de forma muy personal y satisfactoria recientemente. Para comenzar tuve que tomar un vuelo de esos que se antojan poco deseables, despegando de Ciudad de México a la 1.25, lo que significa que, en un vuelo de 3.45 horas no hay mucha oportunidad de dormir, especialmente en mi caso, ya que durante toda mi vida, no sé por qué, me paso los vuelos en vela. Y más cuando, en este caso específico, tenía mucho interés en probar el menú que Aeroméxico tiene en su clase Premier, diseñado por la chef Elena Reygadas, fundadora del restaurante Rosetta en Ciudad de México.
La chef Reygadas ha logrado una gran combinación en su menú, por lo cual felicito a la aerolínea. Gratísima resultó mi experiencia de cenar a bordo (¿qué les parece cenar a las 2 y pico de la mañana?) un menú delicioso servido por una sobrecargo muy amable y gentil. Acá comienza la amabilidad a la que me refiero en el título de mi columna en esta ocasión… muy satisfactoria la cena, con muy amable servicio a bordo.
Una de las ventajas de tomar vuelos a estas altas horas de la noche, prácticamente de madrugada, es que hay pocas personas en los mostradores. El vuelo salió a tiempo y llegó a tiempo. Los agentes de migración en Quito fueron sumamente amables también, amén que éramos el único vuelo en ese momento. Me llamó la atención ver en la cara de la agente una gran sonrisa y darme la bienvenida con el orgullo de que visitaba su país. Qué amable bienvenida.
Ecuador es un país que agradece la visita de propios y extraños. Después de un corto viaje al centro de la ciudad, Leonardo, el portero del Hotel Wyndham Garden Quito, me reconoció de mi última visita hace un año, se movilizó diligentemente para que en recepción me otorgaran un ‘early check in’, a las 7.30, y en todo momento, durante mi corta estancia, estuvo pendiente de lo que se me pudiese ofrecer. Honor a quien honor merece. El ser amable reditúa, pues el solo hecho de ser amable hace un año hizo que escogiera su hotel para mi reciente viaje a Ecuador. Por cierto, este establecimiento resulta una excelente opción de ‘valor por su dinero’, ya que el costo-beneficio de hospedarse en el mismo es excelente.
Hablando de amabilidad me referiré a Quito, ciudad única, ya que, entre otras cualidades, tiene el privilegio de haber sido nombrada como la primera urbe World Heritage Site (Patrimonio de la Humanidad) por la Unesco, al considerar que es la ciudad del mundo que mantiene su centro histórico como uno de los mejor conservados y menos modificados de América Latina.
Asimismo, se considera que las civilizaciones preincas pudieron desarrollar sus conocimientos astronómicos con la ayuda de puntos de referencia rodean la ciudad, como el volcán Pichincha (5.000 msnm), al oeste; el Antisana (6.200 msnm) al este; y el Cayambe (6.200 msnm) al noreste.
La ciudad se localiza a aproximadamente a 2.800 msnm, aproximadamente 600 m. más alta que Ciudad de México, y créanme que se siente la diferencia en la liviandad del aire. Además, este hecho, aunado a su localización en el ecuador, hace que su clima sea fresco todo el año, que amanezca y oscurezca prácticamente a la misma hora todo el año, habiendo solamente dos “estaciones”, como bromean los quiteños, la de la lluvia y la del tren.
Siendo Ecuador una ciudad relativamente joven al turismo, aún se encuentra una gran amabilidad por todos lados, amén de que están conscientes, como país, de que la única manera de realmente entrar al mundo del turismo es resaltando sus cualidades como país, sus sitios históricos, su gastronomía y la gran amabilidad de la gente.
Conscientes de que una de las maneras de atraer más turismo es construyendo infraestructura, es que en recientes años el viejo aeropuerto de Quito, localizado prácticamente dentro de la ciudad, fue trasladado a Tababela, una planicie a 25 km. de la ciudad, iniciando los estudios de factibilidad desde 1974 y habiendo sido inaugurado en 2013. El nuevo aeropuerto de Tababela fue construido en un terreno de 1.500 ha, mientras que el sitio donde se emplazaba el antiguo aeropuerto tenía 126 ha, lo que había tornado urgente su construcción. Su pista de 4.100 m. es la más larga de Sudamérica, y se planea la construcción de una segunda pista, según se desarrollen sus necesidades.
Soy consciente de que, siendo amables y condescendientes en nuestro trato diario, la vida se torna más fácil y las relaciones interhumanas se vuelven mejores, a la vez que se genera paz y tranquilidad en nuestras vidas.
“Be nice”.
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