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El futuro de la aviación comercial en ocho tendencias

¿Qué sucederá en el mercado aerocomercial en los próximos cinco años? Esa fue la premisa con la que elaboramos este análisis tratando de interpretar cuáles tendencias actuales ganarán protagonismo y transformarán la actividad.

Pensar el futuro siempre es un desafío. Si el plazo hacia adelante es grande, claramente las aseveraciones tendrán que ver más con predicciones y el rango de error se disparará proporcionalmente a la cantidad de años. En cambio, si la meta es más corta, el desafío entonces es rastrear aquellas tendencias, fenómenos y cuestiones, hoy presentes, que ganarán protagonismo.

Podemos dividir estas tendencias manifiestas en dos grupos, uno más ligado a aspectos comerciales y otro a lo específicamente tecnológico. Entre las primeras podemos citar una mayor personalización (el NDC), la multiplicación de los JBA (Joint Business Agreement), una mayor concentración del mercado y mayor peso del m-commerce (la venta por celular). En el segundo lote se cuentan: la digitalización completa de las líneas aéreas, un tránsito aéreo más ordenado y eficiente (PBN), un proceso de check-in totalmente digitalizado y aviones diferentes.

 

El reinado del NDC.

Ya nadie lo discute, las líneas aéreas migran su ingeniería digital de ventas y los GDS (Amadeus, Sabre y Travelport) se certifican en los diversos niveles: las New Distribution Capability (NDC), están aquí para quedarse. Uno podría definir el proceso, sencillamente, en la sustitución del lenguaje de programación Edifact, por el XML. Pero eso solo, abre un nuevo panorama en la comercialización, porque es claro que el proceso de venta de ingresos auxiliares crecerá en los próximos tiempos. De hecho, según la consultora IdeaWorks, los ingresos auxiliares “a la carta” crecieron globalmente un 128% desde 2014, pasando de US$ 28.500 millones hace cuatro años, a US$ 64.800 millones el año pasado. Hoy los sistemas digitales pueden soportar la complejidad que supone que cada pasajero, de cada vuelo, haya pagado y elegido un conjunto de servicios diferentes al de su vecino de butaca. Y lo pueden gestionar, de manera eficiente, desde el momento cero de la venta del boleto.

 

La multiplicación de los JBA.

“Aporta los beneficios de una fusión, pero sin los dolores de cabeza de una fusión”; la definición cartesiana provino de Doug Parker, CEO de American Airlines, cuando se refirió a los Joint Business Agreement. Estos acuerdos comerciales profundos entre las líneas aéreas, que las lleva a compartir operaciones y ventas sobre rutas específicas, han supuesto una reducción de la competencia y la posibilidad de saltear los límites que suponen las leyes sobre la propiedad efectiva de una empresa, en el marco de las fusiones. Los JBA ya son comunes sobre el Atlántico y sobre el Pacífico y tradicionalmente alinean a los socios de las diversas alianzas (Star Alliance, oneworld y SkyTeam).

 

La concentración silenciosa.

Desde hace casi una década se viene vaticinando una especie de desenlace frenético como el de los movimientos finales de una partida de ajedrez, cuando ambos contrincantes empiezan a encadenar todos los movimientos que ya habían anticipado mentalmente. Lo cierto es que lejos de esa espectacularidad y de experiencias fallidas como la de Etihad (con Air Berlin, Jet Airways y Alitalia), la conformación de holdings dueños de diversas empresas sigue creciendo como modelo. En realidad, no aparecen nuevos, pero sí es posible ver nuevas integraciones e inversiones. Es decir: que los que ya están sigan creciendo. Hasta hace poco se habló de la integración, por ejemplo, de Norwegian en IAG, y aún persiste el interés de Air France-KLM en el futuro de Alitalia; y David Neeleman, ganador de la concesión de TAP-Air Portugal, la emparentó con la brasileña Azul y se dispone a lanzar una nueva aerolínea en Estados Unidos (Moxy Airways). En silencio, Delta se ha hecho con participaciones accionarias de diversas líneas aéreas internacionales: Gol de Brasil, Aeroméxico, la británica Virgin y China Eastern.

A nivel low cost, Índigo Partner (presente en la región con las JetSmart de Chile y Argentina) e Irelandia Aviation (quien está detrás del grupo Viva) pueden seguir creciendo: no parece dicha la última palabra sobre este tema.

 

Ventas por celular.

Según el Global Digital Traveler Research 2018, de Travelport, el 48% de los encuestados reservó y compró sus tickets aéreos mediante sus celulares. Consultados sobre para qué utilizaban los consumidores sus celulares, con relación a los viajes y turismo, el 68% indicó que busca y reserva vuelos, el 67% que consulta su itinerario completo en una sola app y el 64% que recibe alertas de vuelos en tiempo real mientras viaja. Pero además de estas cifras, por ejemplo, la del número de reservas de vuelo por celular trepa al 100% en mercados como China. Según SITA, empresa especializada en tecnología aeronáutica, el 90% de las aerolíneas consultadas, en su versión 2018 de Airlines IT Trends, invertirán en el desarrollo de una app propia para los pasajeros. Y si bien la utilización de una herramienta de ese tipo hoy es reducida hoy, un 12% de los usuarios apelan a una app de una línea aérea, y para 2021 se espera que la penetración crezca hasta el 30%.

 

Digitalización a full.

“Avanzamos hacia convertirnos en una empresa digital, que transporta personas”, afirmó el anteaño pasado Hernán Rincón, CEO de Avianca. El proceso de digitalización de las líneas aéreas sigue a pie firme, invadiendo cada recoveco de las empresas. Para citar un ejemplo: hace pocas semanas, Aerolíneas Argentinas anunció la implementación de un programa de digitalización de sus equipos de mantenimiento, mediante una inversión de US$ 30 millones. Desde ahora, los mecánicos de AR utilizan tablets personales “que les permiten agilizar los procesos de mantenimiento, hacer un seguimiento de todas las tareas, consultar planos dentro del avión sin tener que descender del mismo, y acceder rápidamente al historial de intervenciones realizadas. Toda esta información se integra con el software de gestión de mantenimiento, lo cual garantiza su trazabilidad”.

 

Optimización del tránsito aéreo.

Las perspectivas de crecimiento en el número de viajeros, a nivel global y para los próximos años, nos hablan también de muchos más vuelos. Y esto lleva a pensar en la congestión de las infraestructuras, tanto de los aeropuertos como de los espacios aéreos.

Sin embargo, la tecnología está ayudando a solventar el problema, los procedimientos PBN son un modo claro. Los Performance Based Navigation, esencialmente, son procedimientos de operaciones (aproximación, aterrizaje y despegue de aviones en un aeropuerto) nuevos y trazados en base a tecnología satelital. Esto conlleva a que las rutas aéreas pasen a tener un trazado más eficiente y directo, ahorra en tiempos de vuelo y en consecuencia, combustible y emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera. Y proyectado a una etapa posterior, los PBN también podrán mejorar la separación vertical y horizontal entre aviones en el aire, optimizando los tiempos operativos y permitiendo más vuelos en menos tiempo.

 

Check-in digital.

Ya lo estamos viendo. En diversos aeropuertos, cierta parte de los controles migratorios se aceleraron gracias a la lectura digital de los pasaportes. En otras terminales se avanza hacia la identificación biométrica para hacer el check-in y pasar migraciones. Complementado con el autoservicio de despacho de equipajes, mediante robots o terminales robotizadas, el proceso íntegro de inicio del viaje de cada pasajero avanza hacia estar totalmente digitalizado. Se habla de un sistema integral, “sin costuras”, que de hecho la IATA lo ha bautizado One ID.

En el otro extremo, el equipaje podrá ser monitoreado en tiempo real, individualmente, gracias a tecnología como la de RFID (radio frequency ID, identificación por radio frecuencia), acabando con el flagelo del extravío de maletas.

 

Tecnología de vuelo.

Aviones de “plástico” (materiales compuestos, en realidad, que representan el 50% del B-787 Dreamliner, por ejemplo), motores cada vez más grandes, potentes y que consumen menos; nueva tecnología de impulso, aviones eléctricos, piezas de repuesto que se producen en impresoras 3D… El centro, el núcleo mismo de la aviación comercial está cambiando, porque los aviones se están modernizando a pasos adelantados. Solo aplicar nuevas tecnologías a modelos de varias décadas crea la alquimia de máquinas totalmente renovadas. Es el caso del B-747/8 Intercontinental, o del A330neo, o del CRJ 550.

Claramente y como nunca antes, los nuevos aviones no serán como sus antecesores y las principales innovaciones los volverán más seguros y eficientes, pero también más confortables para los pasajeros en todo sentido, desde la humidificación de la cabina y los asientos más ergonómicos a los sistemas de entretenimiento de abordo más amplios. Incluso, se está comenzando a probar un brazo robótico capaz de reemplazar al copiloto en la cabina. Es decir, dentro de unos pocos años, una cabina de pilotaje puede ser algo completamente distinto.

LAS OCHO TENDENCIAS

· Una mayor personalización (NDC)

· Se multiplicarán los JBA (Joint Business Agreement)

· Mayor concentración del mercado

· M-commerce

· Digitalización completa

· Un tránsito aéreo más ordenado (PBN)

· Check-in totalmente digitalizados

· Tecnología de vuelo

FUENTE: el-futuro-de-la-aviacion-comercial-en-ocho-tendencias

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