Como suele afirmar Herbert Keheller, fundador y exCEO de Southwest Airlines: “ganar y perder en aviación comercial es una cuestión de milímetros”. Más allá de la sentencia cierta, no es menos cierto que la ola de aerolíneas en crisis en la región sorprendió a muchos. Si bien en algún mercado aislado como Brasil o Venezuela, por cuestiones propias e internas, la aviación comercial no se encuentra en estado óptimo y abiertamente positivo, el balance de 2017, en general, fue alentador. De hecho y según la IATA, los ingresos por kilómetro-pasajeros se incrementaron en la región en un 9,3%, la capacidad creció un 8% y en consecuencia la ocupación aumentó hasta el 82,1%. En el mismo sentido, la ALTA habla de una expansión de la demanda del 5% (12 millones más de usuarios). Por este contexto sorprendió que varias líneas aéreas presentaran problemas y que, incluso, algunas suspendieran operaciones.
Aerolíneas en crisis, una ola sorpresiva
En corta seguidilla, Latin American Wings, de Chile; Nature Air, de Costa Rica; Pawa, de República Dominicana; y Aserca y Santa Bárbara, de Venezuela; tuvieron problemas, sufrieron y sufren suspensiones de operaciones, y algunas de ellas posiblemente no reanuden sus vuelos.
LAW, la crisis que llegó del Sur.
“Nos vimos enfrentados a un problema administrativo con un proveedor en el que tuvimos muy poca reacción. Esto pasó durante el fin de semana, cuando los bancos estaban cerrados, por lo que pudimos hacer muy poco. Lo que tratamos de hacer fue proteger a los pasajeros lo mejor que pudimos, llevándolos a un hotel de buena calidad mientras tratábamos de resolver el problema, que finalmente se resolvió el miércoles, cuando pudimos traer a los pasajeros de vuelta”, explicó Andrés Dulcinelli, gerente general y socio de Latin American Wings (LAW), refiriéndose a la crisis más reciente de la aerolínea.
Meses atrás, la empresa anunció una decisión drástica: abandonar los vuelos de cabotaje dentro de Chile y concentrarse en los vuelos internacionales, responsabilizando a la dura competencia de las low cost que operan en el país (SKY, pero fundamentalmente JetSmart).
Sin embargo, en las últimas semanas debió cancelar varios de esos vuelos internacionales y dejar pasajeros varados. En concreto, uno de los aviones fue retenido en el aeropuerto de La Romana, en República Dominicana.
Producto de esa situación, las entidades de defensa de los consumidores tomaron cartas en el asunto. En Perú, el Indecopi (Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual) inició un “proceso sancionador”, por el incumplimiento de vuelos en el tramo Santiago/Lima, de los días 11 y 15 de febrero. En Chile, fue el Sernac (Servicio Nacional del Consumidor) quien decidió reunir en una sola presentación judicial conjunta, todas las demandas presentadas contra LAW que no sólo involucraron los vuelos a Perú, sino también los de República Dominicana. “Esta decisión de demandar colectivamente se toma sobre la base, fundamentalmente, de que la empresa no estuvo disponible de cara al Sernac y de cara a los consumidores, a ofrecer una propuesta integral que se hiciera cargo de cada una de las situaciones que afectaban a los consumidores y de todos los perjuicios que han causado”, comentó Andrés Herrera, titular del Sernac. Aunque las demandas ante la dependencia chilena llegan a 500 denuncias, los pasajeros afectados por las cancelaciones habrían llegado a 10 mil usuarios.
Natur Air, una pausa complicada.
Se trata de un caso de retrospectiva, porque aunque suspendió sus operaciones, Nature Air volvió al aire por estos días. En concreto, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de Costa Rica, autorizó que la empresa retome sus vuelos, tras la suspensión ordenada el 12 de enero pasado.
La decisión gubernamental se basó en detectar una serie de irregularidades en la estructura administrativa de Nature Air, en una investigación abierta tras el accidente que se produjo en Corozalito de Nandayure (Guanacaste) y que generó el fallecimiento de 12 personas. Esta decisión, obviamente, no tiene directamente que ver con el siniestro cuya investigación continúa en marcha.
El retorno de Nature Air se produce con algunas variaciones. En principio no opera desde el aeropuerto Juan Santamaría, de San José; sino desde la terminal Tobías Bolaños, de Pavas. En principio contará con un solo avión durante todo febrero, y en marzo dispondrá de dos Twin Otter. Debido a esta reducción de flota también deberá reacomodar sus frecuencias de vuelo. No se suspenderán destinos pero sí se reducirán frecuencias. Por ejemplo: Nosara pasará del vuelo diario a solo cuatro a la semana; Tortuguero bajará del servicio semanal a solo tres.
Cabe recordar, por último, que la suspensión de la DGAC fue planteada inicialmente como temporal.
PAWA y su deuda.
La de PAWA Dominicana es, quizás, la crisis más grave y por consiguiente la que plantea una situación más clara de no retorno. Las últimas noticias dan cuenta de la posibilidad de que la Junta de Aviación Civil (JAC) de República Dominicana inicie una demanda por la deuda millonaria que mantiene la aerolínea, que alcanza los casi US$ 8 millones, y que la obligaría a acogerse a una convocatoria de acreedores o a la quiebra. Justamente, fue el impago de tasas y servicios aeronáuticos y aeroportuarios lo que produjo que el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) suspendiera a Pawa por 90 días. Unos 1.200 pasajeros se vieron afectados directamente, durante sus viajes, pero casi otros 6.000 se suman a la lista de perjudicados.
Días antes, el IDAC asumió el control de la empresa, puntualmente, sobre sus bienes y propiedades, lo que incluye la flota de siete aviones (un DC-9, un MD-82, un MD-87 y cuatro MD-83).
SBA y Aserca, la conexión venezolana.
Si Pawa está en problemas, también lo están sus empresas “hermanas”. Y es que uno de los dueños de la empresa dominicana es Simeón García, quien además es propietario de otras líneas aéreas en problemas: las venezolanas Aserca Airlines y Santa Bárbara Airlines. Esta última fue suspendida por 90 días a fines de enero, por el Instituto Nacional de Aviación Civil (INAC), de Venezuela. En un comunicado, la dependencia gubernamental argumentó se debió a “la imposibilidad de cumplir su itinerario programado y los problemas en la prestación de su servicio”. “La sociedad mercantil Santa Bárbara Airlines C.A deberá demostrar el adecuado cumplimiento de toda normativa técnica y legal vigente que rige la materia, lo cual determinará el reinicio o no de sus operaciones”, agrega el texto. En línea con lo afirmado por el INAC, la propia Santa Bárbara Airlines (SBA) explica que realizará “una reingeniería interna” y estableció los mecanismos para devolver el dinero a los pasajeros afectados.
Y en las últimas horas, fue Aserca Airlines la que fue suspendida por la INAC debido al incumplimiento del pago de sus coberturas de seguro para su única aeronave en operaciones (un MD-83, matriculado como Yolanda/Víctor 2971). Claro que en este caso la transportadora se comprometió a reiniciar sus operaciones en el plazo de una semana. Sin embargo, no son pocas las fuentes que aseguran que el cierre podría durar más tiempo.
¿Cubana en la agenda?
Buena parte de la actual flota operativa de Cubana de Aviación le pertenece a Avion Express, una empresa lituana. Hace pocas semanas, la firma acordó con SunExpress suministrarle cinco Airbus A320. Algunos analistas aseguran que esa operación confirmaría que parte de los aviones que hoy operan en Cuba dejarían de hacerlo desde marzo próximo por falta de pago. De los cuatro Airbus, uno de ellos se encuentra en Ciudad de México cumpliendo tareas de mantenimiento.
Cabe recordar que hace pocos meses Cubana suspendió sus vuelos a París por falta de una aeronave de largo alcance. Por fuera de los cuatro Airbus en cuestión, Cubana posee un B-737/300 (arrendado de Blue Panorama) y dos ATR-72 (ambos alquilados de Solenta Aviation).
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