En la última década se construyeron en Argentina más de cuatro mil establecimientos hoteleros y parahoteleros, y el crecimiento en la inversión en el rubro alcanzó el 1.000%.
La oferta se ajustó al período de bonanza del turismo y, además, se diversificó el estilo de los alojamientos.
Así, actualmente hay más de 120 hoteles boutique, los hostel/bed & breakfast/albergues suman 445, las cabañas y bungalows en siete años pasaron de 884 complejos a 1.818, los 4 estrellas crecieron de 191 a 265, y los 5 aumentaron de 39 a 60. Solamente, estos dos últimos incrementaron la oferta en 15 mil plazas.
Una asignatura pendiente
Más plazas, diversidad, y mayor calidad y servicio definen el camino que siguió la oferta hotelera en todo el país y, principalmente, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante la última década. Sin embargo, sigue quedando pendiente un reglamento sobre categorización hotelera que tenga en cuenta los cambios en el segmento, más allá de cuestiones edilicias.
Y SIN EMBARGO...
Los datos planteados anteriormente muestran un importante crecimiento de la industria de la hospitalidad. Sin embargo, las asimetrías en el nivel de equipamiento y servicios entre establecimientos catalogados formalmente con el mismo estándar es una de las grandes deudas del sistema hotelero argentino. Sin poder dejar de mencionar que cerca del 20% de los hoteles del país están sin categorizar.
El 11% de las plazas hoteleras y parahoteleras corresponde a la Ciudad de Buenos Aires. Y si bien en los últimos tres años en la metrópolis han pasado tantos proyectos de recategorización como años calendario, todavía no entró en vigor una nueva ley de alojamiento turístico.
La norma vigente actualmente es la Ordenanza Nº 36.136, promulgada en 1980. La misma hace un fuerte hincapié en las cualidades edilicias y deja a un costado la calidad de las prestaciones. Más aún, las clasificaciones que incluye no contemplan los nuevos formatos del segmento, como ser hoteles temáticos, boutiques, de diseño, bed & breakfast y hostels.
Para Andrea Celi, responsable del área de legislación del alojamiento de la Asociación Argentina de Derecho del Turismo (Aadetur), "la Ciudad de Buenos Aires necesita dar un salto a la modernidad en materia de legislación de alojamiento turístico. Teniendo en cuenta que existe una profunda crisis en el modelo internacional de categorizaciones hoteleras, la Ciudad debe tomar su propio rumbo. Actualmente, se trata de la única jurisdicción del país, junto a San Martín de los Andes y Bariloche, que controla la seguridad de las instalaciones y servicios (zonificación, materiales, matafuegos, ascensores y salidas de emergencia, entre otros puntos) bajo los Códigos de Edificación y Habilitaciones. Y a este control se suma la protección a los turistas mediante las leyes de Lealtad Comercial y de Defensa del Consumidor. Sin embargo, sigue quedando pendiente contar con una legislación actualizada específica del tema. El tiempo demostró que es muy difícil controlar a través de un reglamento los servicios, como limpieza, buen trato o fluidez lingüística del personal".
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