El recorte regirá desde el 1° de enero e implicará tarifas más caras. Uno de los grupos afectados será el de las empresas de refinamiento de combustible, gas natural, biocombustibles y agroquímicos. Según el titular del Palacio de Hacienda no va a implicar ningún tipo de aumento en los precios de los productos y servicios de esas compañías.
En cuanto a las viviendas particulares, el ministro De Vido dejó en claro que se recortarán los subsidios de gas, electricidad y agua (solo en el caso de los usuarios de AySA). Y Boudou especificó que el recorte se aplicará en los barrios porteños de Puerto Madero y Barrio Parque y en todos los countries del país.
Cabe recordar que el recorte del 100% de los subsidios a los servicios ya rige para los casinos y las empresas de telefonía. Estas medidas significarán un ahorro del $ 3.978 millones. De hecho, la Presidenta, Cristina Fernández, explicó que este gasto se llevará en 2011 $ 70.000 millones de las arcas públicas en un momento de estrechez de la caja oficial.
Menos subsidios, tarifas más caras
En la voz de los ministros de Economía, Amado Boudou, y Planificación, Julio De Vido, el Gobierno anunció el recorte de los subsidios a los servicios públicos solo para empresas de cuatro sectores y a usuarios residenciales de alto poder adquisitivo. Desde el sector ya se habla de incremento de tarifas y pérdida de rentabilidad.
LAS REPERCUSIONES EN EL SECTOR.
¿Cuáles fueron las respuestas de los empresarios y dirigentes del sector hotelero y gastronómico ante estas medidas? Graciela Fresno, presidenta de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc) remarcó que "los subsidios no pueden mantenerse en forma indiscriminada. Pero el quite de forma genérica y abrupta puede generar incrementos en las tarifas. Más aún, si se reproduce en todos los ámbitos y en los insumos de nuestra actividad. En estos casos habrá que trasladarlo a los precios, no hay muchas opciones. Si el costo sube, las tarifas también hasta donde el mercado lo tolere".
En el caso de Carlos Rodríguez Vega, coordinador de la región NOA de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), entiende que "la quita de subsidios repercutirá en la disminución de beneficios. Aunque se aumenten las tarifas no se logra un mayor rédito económico para el empresariado, sino que se acota. Además, es preocupante porque en la medida en que nuestros costos se eleven dejaremos de ser competitivos en la región".
Por su parte, Luis María Peña, vicepresidente 2º de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc), puso el acento en la impredecibilidad de la medida. "La quita de subsidios implica una suba de costos como tantas otras, que impacta negativamente en el sector. Para la hotelería no se pueden trasladar los aumentos a las tarifas para esta temporada porque ya están fijadas. El mayor problema con esta medida es su impredecibilidad y su alto impacto. De todos modos, lo hecho, hecho está y si va servir para que el Estado mejore su balanza o para que los empresarios paguemos menos en otros tributos, me parece bien. Yo prefiero pensar que se trata de un sinceramiento de la economía, no que sirve para que Gobierno recaude plata porque sino el país revienta".
Distinta fue la postura de Pablo Goldszier, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT). "Hay que poner las cosas en los números que corresponde. Para que haya un mejor servicio hay que pagar lo que vale. En Argentina el costo de un boleto de subte es de $1,10 mientras que en España cuesta € 1,10; una diferencia es muy amplia. Además, hay que seguir ayudando a la parte de la población que más lo necesita".
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