La nacionalización de la FIT

AVANZADA NACIONAL.
Respecto a la oferta desplegada, fue más evidente que nunca la avanzada del Pabellón Nacional. Incluso, la oferta de destinos nacionales cruzó las fronteras y se instaló en el Internacional, como el caso de uno de los dos stands de Salta, el de Ischigualasto, Balcarce o Temaikén; y en el de Centroamérica y el Caribe, con el municipio de La Costa y Villa de Merlo. Además, Salta no fue la única con dos mostradores, lo propio hicieron Misiones y San Juan, por ejemplo. Y por si fuera poco, al menos 18 municipios y ciudades tuvieron una presencia propia por fuera del espacio provincial o regional, muchos de ellos por primera vez. Salvo raras excepciones, los stands locales lucieron muy bien.

EL CONTRASTE.
Cierto es que el crecimiento de la oferta nacional no hizo lucir a la feria más grande (la superficie expositiva es la misma), ni con espacios más apiñados que en 2009. Con lo cual, al avance de lo nacional (el entusiasmo por el nuevo calendario de ferias es notorio) se contrapone a un repliegue de los destinos y operadores internacionales. De los 50 países registrados en 2008, se pasó a 45 en 2009 y a 40 este año. El caso más notorio es el de Europa, de donde vinieron con stand propio sólo tres países. El resto es historia conocida: operadores y aerolíneas que se suben a los espacios de sus naciones para reducir presupuestos. Valga como muestra la sincera reflexión del consejero de Turismo de la embajada española, Julio Moreno: "Son eventos que exigen una inversión muy importante con un retorno en muchos casos dudoso. Cuando me preguntaron qué hacíamos con la FIT, respondí que teníamos que seguir estando. Con una presencia más reducida, a raíz del lógico recorte de presupuesto". Ese lógico recorte llevó a España a suprimir su presencia en más de 100 ferias en 2010.

LOS DEBUTS.
Esa necesidad de expandir las razones de ser de las ferias puede identificarse detrás de la incorporación de nuevas columnas. Por caso, por primera vez se generó un espacio para la concreción de ventas in situ. No las hubo, pero igualmente la experiencia fue valorada positivamente por Roza: "Con ciertos ajustes, va a ser uno de los pilares de la próxima FIT".
La edición pasada marcó el pico del repliegue de los operadores, a la vez que se instauró una prueba piloto con un modelo de stands para volver a atraerlos. Este año se repitió y planean sostener el modelo: "Se trata de darle la posibilidad a todos con una medida de stand óptima para aquel que no quiere hacer un gran gasto en la presencia de su marca".
Otro pilar del nuevo desarrollo de la FIT es la apuesta a una presencia más marcada de lo tecnológico y lo educativo. La idea fue darle un ámbito propio a ambos segmentos, que fuera algo más que un mero agrupamiento de empresas en una isla. La propuesta no se vio correctamente expresada en cuanto a señalización (muchos ni siquiera lo notaron) y evidentemente necesita madurar. El anunciadísimo "Pink corner" fue otro buen intento, aunque no fue mucho más allá de un interesante stand de la Cámara de Comercio Gay Lésbica Argentina.