–¿Que es Gowaii, cuáles son sus áreas de negocio?
Javier Díaz Merino, presidente de Gowaii Corp: “Siempre le digo a mi equipo: debemos pensar qué quiere el cliente”
Provisto de una vasta experiencia personal, Javier Díaz Merino lidera uno de los emprendimientos más jóvenes del sector turístico español. Una combinación de algunas marcas históricas con otras de última generación. Dialogamos con él para conocer cómo es el trabajo y asomarnos a los últimos cambios que está introduciendo el grupo.
–Tenemos tres pilares y un subpilar y comienzo por el proyecto más joven hacia el que tiene más antigüedad. Lo más reciente de Gowaii Airlines, la compañía aérea que ahora posee dos Airbus A320, es que está próxima a recibir un tercero y vamos a completar un lote de cinco. Si todo va bien, esperamos saltar a los A330: ahora hay oportunidades en el mercado por ellos. Hasta la fecha hemos avanzado en tiempo récord, hay compañías que han tenido sus aviones parados dos años. Nosotros, en cambio, hemos recibido las felicitaciones de la autoridad de Aviación Civil española por lo limpio que ha sido nuestro proceso de start-up y obtención del certificado de explotador aéreo.
La otra pata es la hotelera, Gowaii Hoteles. Hoy tenemos cuatro establecimientos y queremos seguir creciendo en los mercados que dominamos. Tenemos un mix entre hoteles urbanos y de playa. Estamos muy lejos de las grandes cadenas hoteleras españolas, pero los tiempos han cambiado. Por eso también estamos pensando en otros tipos de alojamientos, como hostels y apartamentos turísticos, tenemos varios proyectos en marcha al respecto. Estamos sentando las bases este año, para arrancar con fuerza en 2018 en ese segmento.
La tercera pata es el grupo emisor turístico que se compone de Trapsatur, Ociotur por Internet; y Gowaii, que es una receptiva con oficinas propias en México, República Dominicana, Cuba y Jamaica.
Gowaii también desarrolla charters de España hacia el Caribe pero este último negocio nos lo estamos replanteando: la aparición de empresas como Level está cambiando la forma de viajar al Caribe. Hasta ahora el paquete turístico que era el producto más “protegido”, está pasando a la historia. En España y en Europa en general, ya sucede que la gente compra por sí misma los aéreos y luego el hotel.
También tenemos Muchoviaje, que es una OTA con tecnología propia, que es una forma de encarar el futuro. Estoy convencido de que en los veinte próximos años los avances en tecnología van a ser superiores a los de los últimos 200 años juntos. Hay que pensar que irrumpieron en el mercado empresas como Booking.com y demás, y por eso debemos repensar nuestra estrategia.
Y el subsector, finalmente, la cuarta pata, es que somos parte de MundiPlan, socios de referencia, compartimos la empresa con Iberia y otras firmas y movilizamos 230 mil clientes para Islas Baleares e Islas Canarias.
–Usted habló hace poco de una reestructuración interna buscando mayor agilidad…
–La verticalización de los negocios no es racionalmente aprovechable, entonces estamos impulsando una transversalización. De modo que haya equipos que se encarguen de las distintas áreas para todos: que haya un sector online para todos; si es de sistemas, para todos, y así. En definitiva debemos trabajar todos juntos, es necesario. Porque además esa es la riqueza del grupo. Como decía mi madre “la música va por barrios”, nosotros desarrollamos diversos negocios en paralelo y esa es una característica positiva.
–¿Cómo ve el impacto de la tecnología en los viajes?
–Si un cliente le encarga a una agencia un par de boletos aéreos, por ejemplo a Tenerife, la minorista lo analiza, elige los mejores vuelos, para que el viajero salga a la mañana y llegue a almorzar y regrese a la noche y demás y esto lo cotiza a € 400. Pero el cliente dice: “¡Es muy caro!” y se fija solo por Internet y termina eligiendo cualquier cosa. Su vuelo sale a la madrugada con lo que tiene que estar en el aeropuerto a plena noche y demás… pero a € 75... Y eso es imbatible: es su ego contra todo lo demás.
Yo siempre le digo a mi equipo: debemos pensar qué quiere el cliente. Y concentrarnos en el público joven porque si no lo vamos a perder, debemos aproximarnos a ellos.
Y creo que en los próximos años se agudizará la tendencia. ¿Por qué la gente elige apartamentos turísticos para viajar? Por la libertad que suponen, porque no importan cuántos viajan, no hay controles y demás. Eso sí, en el hotel le arreglan la habitación, se la limpian, mientras que en el apartamento debe acomodar, limpiar, cocinar, pero volviendo al refranero que es sabio: “Sarna con gusto no pica”.
–¿La personalización es un desafío?
–Yo debería volver a comenzar la carrera desde el principio. Siempre estamos insatisfechos por naturaleza y siempre se piensa que uno puede hacer las cosas mejor que el otro. El público ha mirado a las agencias de viajes con recelo, y es verdad que ha habido una sobreprotección del consumidor que termina induciendo a dudas: “¿por qué me protegen tanto?, ¿estoy en peligro entonces?, ¿me van a engañar?” De modo que, ¿darle al cliente lo que quiere? Ni lo intentamos, allí están todos nuestros productos a su elección para que él elija.
–¿Cuáles son los planes inmediatos para Gowaii Airlines?
–Queremos llegar a cinco aviones, ese es el business plan. Pero siempre hay que estar atentos a ver cómo evoluciona el mercado. No es nuestra idea entrar en el mercado regular, ya lo cubren estupendamente bien Iberia y Air Europa…
–Usted sabe que para cualquier línea aérea es una enorme tentación, en determinado momento, pasar al regular…
–Lo entiendo, pero sería un error. Y en este negocio no estaba solos, tenemos dos empresas socias y creo que hay que contenerse.
–¿Y la división hotelera?
–Queremos seguir creciendo pero centrarnos en España. La verdad es que no es un buen momento para pensar en ingresar a República Dominicana o México. España está viviendo un buen momento turístico, y en ese contexto las ofertas que aparecen son difíciles. Sobre todo porque nosotros no tenemos vocación inmobiliaria y si encima del alquiler hay que pagar por la gestión… no somos el Banco de España y al final uno termina trabajando para los demás. Ahora España recibe no sé cuántos millones de visitantes, pero hay una serie de mercados que están cerrados y que cuando se reabran, la presión va a ir al precio, y empezará otra vez el círculo de pelear por el pasajero.
–¿Y los planes para las operadoras?
–Tenemos pensado desarrollar varios productos nuevos desde Trapsatur. Queremos desarrollar la idea de que el cliente llegue a España y se mueva con trenes combinando las estadías hoteleras. España tiene una de las mejores redes de tren de Europa, claro la estamos pagando aún pero está allí.
Y con Gowaii nos centraremos en el receptivo y le pondremos menos foco a la turoperación desde España, haciendo énfasis en los paquetes dinámicos.
Con todo esto tenemos suficiente, llevamos seis años de historia. El negocio ha cambiado mucho.
–¿Qué cambio le impacta más?
–Antiguamente había un gran respeto reinante entre empresarios, trabajadores y clientes. Yo me enganché en el turismo porque fui a hacer unas prácticas y quedé fascinado. Por esa época, España retornaba a la democracia y había una eclosión en el país.
Hoy el modelo de negocio ha cambiado y muchas veces te quita la alegría y te hace preguntarte si uno no está mejor jubilado.
–Gestionar un mosaico como es Gowaii debe ser complejo por su tamaño, ¿no?
–Más que el tamaño es como tener un ordenador y uno va cambiando de pendrive constantemente. De pronto viene un director y te habla de Trapsatur, y luego otro que te habla de Cuba, y uno más que se refiere a Dominicana y otro habla de la aerolínea… se gestiona a una gran velocidad y a veces no se llega. Por eso el cambio que comentaba antes, para gerenciar más que por empresa, por área de tarea y de modo transversal.
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