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El sector naufraga en un mar de dudas

Ante un escenario de devaluación son varios los interrogantes que se abren para el sector hotelero-gastronómico: cómo se definirán o reacomodarán las tarifas para lo que resta del año, cuáles serán las posibilidades de equipamiento y reposición de los insumos importados que se demandan -principalmente para los hoteles 4 y 5 estrellas-, y cuál será el piso y el techo que tendrá el reclamo salarial de los sindicatos.

Nadie olvidará, al menos en los próximos años, las turbulencias en la política cambiaria de principios de 2014. En primer término, porque las medidas económicas planteadas por el gobierno nacional llegaron en pleno desarrollo de la temporada estival y arrojaron un mar de dudas sobre el sector hotelero-gastronómico.
Los interrogantes tienen que ver con el reacomodamiento de las tarifas, las posibilidades de seguir importando equipamientos y la incidencia que tendrá el aumento de los costos internos, incluyendo el de los salarios que traerán consigo las próximas paritarias.
Comencemos por el racconto de los anuncios oficiales que se dieron en las últimas semanas de enero. El viernes 24, el jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich; y el ministro de Economía, Axel Kicillof, anunciaron en una conferencia de prensa en la Casa Rosada que las personas físicas podrían adquirir dólares para atesoramiento a partir del lunes siguiente, según su nivel de ingresos y previa autorización de la AFIP. El nuevo sistema estipula una percepción a cuenta del pago del Impuesto a las Ganancias del 20%, mientras que la tasa del 35% seguirá vigente para los viajes al exterior.
Cabe recordar que el jueves 23 la cotización oficial del dólar llegó a tocar los $ 8,40. Mientras se acrecentaba la sospecha de que, sin la intervención oficial, la divisa treparía a $ 12 o $ 13.
Lo que finalmente sucedió fue que el billete estadounidense cerró la semana a un valor de venta que oscilaba los $ 8. Lo que implicó una depreciación de la moneda nacional frente a la estadounidense de un 15%, acumulando un deterioro del 25% durante los últimos meses.
El lunes 27 se brindaron más detalles sobre la flexibilización del cepo cambiario: las compras de divisas no podrán superar los US$ 2.000 al mes y sólo tendrán acceso quienes acrediten salarios que superen los $ 7.200 mensuales.
El inconveniente que se suma a este escenario es la inflación, que viene en alza en los últimos tres años. Si bien las cifras oficiales la sitúan en un 10% anual, se estima que ronda el 27%.


LAS TARIFAS.
Ante este escenario económico son varios los interrogantes que se abren para el sector hotelero-gastronómico. El primero de ellos es cómo se definirán o reacomodarán las tarifas para lo que resta del año.
Consultado al respecto, Carlos Montaldo, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), expresó: "El relevamiento que hicimos desde la Asociación nos indicó que los hoteles que están en plena temporada y que trabajan con el turismo nacional, no están modificando sus tarifas. Para gran parte de lo que corresponde a febrero y marzo, incluyendo los fines de semana largos de Carnaval y el del 24 de marzo, la tendencia general es no modificar las tarifas. No obstante, tampoco existe un horizonte de tarifas en pesos más allá de ese plazo. Hoy la previsión es para los próximos 60 o 90 días. De todos modos, siempre se proyecta en esos períodos de tiempo. Recién en marzo se van a definir los precios para la temporada de invierno".
Mientras que sobre las tarifas proyectadas en dólares señaló: "Nos encontramos con la noticia de la devaluación en el medio de la Fitur. Allí se generó un ámbito de debate porque muchos de los operadores tenían los tarifarios armados, con precios similares a los del año anterior. Antes del 21 de enero la tendencia de la hotelería 4 y 5 estrellas fue no cambiar las tarifas respecto de 2013 para no generar una inflación en dólares para el turismo receptivo. Después del 21, el escenario es de desconcierto. Lo que hay que analizar es cómo se moverá el tipo de cambio en los próximos días. Si hubiese un alza por encima de los $ 8, hasta es probable que haya alguna modificación hacia abajo, pero todavía nadie se atrevió ni a subir, ni a bajar. De todos modos, un reajuste de tarifas tendría en cuenta no sólo la cotización del dólar sino también la inflación interna. Si el dólar se mantiene a $ 8 y tenemos una inflación del 21%, estamos igual que antes de la devaluación".
Por su parte, Iñaki González Arnejo, director de Aadesa-Hospitality Management Company, analizó: "Hoy es muy difícil saber cómo va a reaccionar el mercado ante este cambio. Hasta que los empresarios y los huéspedes no tengan mayor claridad acerca de las medidas, no podrán tomar decisiones. Sin embargo, también pienso que la devaluación ayudará a los hoteles. El mercado nacional dejará de viajar al exterior y empezará a elegir a su país. Mientras que los establecimientos deberán ofrecer tarifas más económicas para el turismo interno. Además, se incrementará el flujo de turistas extranjeros porque el tipo de cambio les dará mayor poder adquisitivo".
Finalmente, Jorge Benítez, director comercial de Fën Hoteles, expresó: "Si bien creo que es muy pronto para dar una opinión sobre cómo se va a desarrollar el negocio en los próximos meses, también soy optimista y apuesto a que este nuevo escenario nos va a beneficiar. Estamos hablando de un dólar más alto, lo que favorece al turismo receptivo. A la vez, en el corto plazo habrá que hacer un reacomodamientos de tarifas, tanto para el mercado nacional como para el internacional. Si bien hace dos meses hicimos las previsiones para 2014, tendremos que hacer una revisión porque es distinto que el dólar esté a $ 6 a que esté a $ 8".


PARITARIAS.
Otra de las variables que entran en este replanteo del negocio es el costo de los Recursos Humanos, teniendo en cuenta que en los próximos meses comenzarán las negociaciones paritarias.
Sobre este punto, Montaldo indicó que "una mejora en la tarifa puede licuarse totalmente con un aumento de los costos internos. Si bien hablamos de un tipo de dólar mejor del que teníamos antes, lo que estamos haciendo hoy es cubrir los niveles de inflación, algo que no llegábamos a hacer en años anteriores. Otra sería la situación si el turismo se manejase con el tipo de cambio libre. Yo creo que con un dólar a $ 12,50 se daría una mejora de la competitividad, pero no a $ 8. Este análisis incluye a las paritarias que tenemos por delante. Los empresarios teníamos previsto un techo del 25% pero, después de la devaluación, el gremio está hablando de un 35%. Si bien el convenio vence el 31 de mayo y en cuatro meses puede haber cambios, ése es el porcentaje que nos hacen llegar hoy de manera informal".
"Desde el año pasado las paritarias tuvieron su dificultad, por eso se piensa en negociarlas dos veces al año. Con el nivel de inflación que tenemos, creo que está bien que así sea, aunque esto vaya a incidir fuertemente en los costos", agregó Benítez.
Mientras que González Arnejo añadió: "Me imagino un escenario más tenso que el de años anteriores, dado que todavía no hay claridad acerca de una inflación proyectada. Aunque considero que el ajuste debe permitir que los empleados mantengan el poder adquisitivo".


EQUIPAMIENTO.
¿Qué ocurrirá con el equipamiento y los insumos importados que demanda, en primer término, la hotelería 4 y 5 estrellas? Este es otro interrogante que se abre con un dólar más caro.
El director de Aadesa declaró que "este tipo de cambio también genera que el equipamiento importado se encarezca. A partir de ahora el hotelero deberá revisar mucho más los precios a la hora de comprar. Es un momento de cuidar los gastos, buscar presupuestos, comparar y no aceptar aumentos ilógicos".
Por su parte, Richard Saavedra, presidente de Goody Group, comentó: "Cuando se devalúa la moneda local nos ponemos competitivos para exportar. El problema es que la primera reacción del mercado de proveedores fue seguir la cotización del dólar oficial con aumentos en las materias primas de hasta un 28%. De hecho, las dos últimas semanas de enero se recortó el crédito y, en algunos casos, no se operó. Hay que esperar que las aguas se aquieten, aunque veo difícil que estos aumentos en los costos de producción se retrotraigan".
Por su parte, Martiniano Barberis, gerente comercial de Gastrobaires, sentenció: "Desde hace más de un año está cerrada la importación en la mayoría de los productos del sector. Sobre lo poco que se puede conseguir, el cambio brusco en la valuación de la moneda extranjera generó un incremento de precios notable en muy pocos días. La última semana de enero fue muy complicada para el comercio en general porque la mayoría de las fábricas suspendieron las ventas por no tener en claro a qué precio debían vender la mercadería".
Finalmente, Miguel Ponce, gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), declaró: "Luego de los anuncios oficiales los operadores industriales y comerciales (de todos los rubros, no sólo los vinculados a la hotelería y la gastronomía) detuvieron su actividad hasta ver cómo reacciona el mercado. Es necesario saber cuáles son las reglas del juego, sino es imposible proyectar políticas de reposición. Además, estamos convencidos de que esta situación se estabilizará si se toman medidas antiinflacionarias, que es lo que hoy más preocupa".

FUENTE: el-sector-naufraga-en-un-mar-de-dudas

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