El avance del virus 2019-nCoV, más conocido como coronavirus, empieza a repercutir en el turismo. Algunas operadoras de turismo hacia China hablan de cancelaciones del 20%. InterContinental Hotels Group y Hyatt anunciaron que permitirán la cancelación y reprogramación de reservas en China, sin penalizaciones. Las compañías aéreas comenzaron a reducir frecuencias hacia China y Disney ha dispuesto el cierre temporal de su parque de diversiones en Shanghái hasta nuevo aviso. La cuestión no es menor: el turismo representa para China el 11% de su PBI y emplea a 28 millones de personas. En 2018, casi 63 millones de viajeros visitaron China, convirtiéndolo en el cuarto país en recibir más turistas.
El fenómeno ya golpea al turismo
NÚMEROS CONCRETOS.
Hasta ahora las autoridades chinas confirmaron la muerte de 26 personas producto de esta variante de neumonía, y se habla de al menos otros 900 infectados. Además, se ha impuesto la cuarentena a 11 ciudades de china, afectando casi a 30 millones de personas. La buena noticia es que se informó del primer caso de una mujer contagiada que fue curada y dada de alta.
Producto de la cuarentena, la ciudad de Wuhan (epicentro de la crisis y donde viven casi 9 millones de personas), por la que desfila anualmente el 2% del total del tráfico aéreo chino, vio reducir los vuelos en un 60% antes de que el aeropuerto fuera completamente cerrado por razones sanitarias.
Todos los especialistas coinciden en señalar que el turismo se ha vuelto más dependiente del turismo chino, sobre todo los países vecinos. En Australia, los viajeros chinos representan el 15% de los arribos internacionales.
Pero el peligro es que el virus se expanda incluso fuera de las fronteras chinas. De hecho, hay 16 contagiados en Tailandia, Japón, Corea del Sur, Singapur, Vietnam y Estados Unidos. En este último país, hay otros 63 casos en observación.
SOLO UNA EMERGENCIA.
Aparentemente, los números, las estadísticas, no avalan que la crisis pueda considerarse como una pandemia, es decir una epidemia de carácter global. De hecho, el Comité de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la situación como una “emergencia de muy alto riesgo”. “Aún no se ha convertido en una emergencia sanitaria mundial”, afirmó Tedros Adhanom Grebreysus, director de la OMS.
Temas relacionados