La Asamblea que el jueves pasado eligió a Oscar Ghezzi -titular de la Fehgra- como presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT) es apenas la punta del iceberg de una serie de cambios profundos operados en la representación privada del turismo y de otros que están por venir.
La forma y los fines de cómo se retiró la "alfombra Roza" del palier de la CAT cuentan mucho más que el simple desplazamiento de las apetencias de la Aaavyt y su titular -Ricardo Roza- por liderar la Cámara. A saber: por primera vez el Ministerio de Turismo de la Nación no ocultó su intervención en otras arenas institucionales del sector; drásticamente mutó el perfil de dirigentes privados avalado por el organismo; esta vez los empresarios no se pusieron colorados ni acusaron a la prensa por hablar de la injerencia pública sobre la vida institucional privada; y en la faz interna se rompió el equilibro de poder -no solo la alternancia- entre hoteleros-gastronómicos y agentes de viajes y se viene una reforma que promete ser mucho más que un retoque cosmético.
SINERGIA AL PALO.
La elección de la CAT se definió mucho antes de la Asamblea del jueves pasado y no en la mesa de la entidad, sino en la sala de reuniones del ministro de Turismo, Enrique Meyer. La situación planteada entre las candidaturas de Ricardo Roza, amparado en el "derecho natural" de ejercer el pacto de alternancia; y la de Oscar Ghezzi, tras la cual se encolumnaban quienes querían barrer con ese pacto-corsé y reformar los estatutos; se decidió a favor del representante hotelero-gastronómico tras un cónclave en el Ministerio de Turismo entre ambos postulantes y la plana mayor del Ministerio. Pero aunque costó una fatigosa hora y media -la expresividad de la foto lo atestigua- convencer a Roza de encolumnarse tras el liderazgo de Ghezzi y a Ghezzi de aceptar a Roza como su segundo, el acuerdo de unidad se selló y fue el propio organismo el que salió a hacerlo público en la mañana del martes, mientras la Aaavyt y la Fehgra "consensuaban" letra a letra un demorado comunicado.
¿Es la primera vez que el Ministerio interviene en la designación de las autoridades de una entidad privada del sector? Para nada, la actual gestión lo ha hecho siempre, solo que veladamente. Sin ir más lejos, el antecesor de Ghezzi en la CAT, Juan Mirenna, asumió su primer mandato luego de que el actual presidente de la Cámara depusiera su candidatura en medio de acusaciones a Suipacha 1111 por un supuesto veto hacia su persona. En un reportaje con este medio el entonces presidente de la Fehgra, Germán Pérez, señalaba en abril de 2007: "Escuchamos por ahí algún comentario y fuimos de frente. Ghezzi se reunió con el propio secretario Meyer y le planteó el tema. Y el funcionario lo negó, afirmó que no tenía nada que ver y tenemos que creerle. Sería una torpeza total de la Sectur y de los privados si aceptaran una injerencia en ese tema". Esta semana una fuente muy cercana al organismo reconoció que ese diálogo existió y el pedido preciso fue "queremos que dejen de operar en contra".
Pero así como en su momento Ghezzi no tenía la bendición oficial que hoy lo avala, Roza se hizo del poder en la Aaavyt con la venia del organismo que ahora le retaceó su apoyo como líder de la CAT y que en su momento lo subió para acallar las disonancias de Tomás Ryan.
Y así podríamos seguir tejiendo análisis sobre lo sucedido. Pero demos paso a las versiones oficiales, que a diferencia de otras veces transparentan mucho este cambio de sentido en el favoritismo del organismo y la aceptación de la "mediación" pública en los asuntos gremiales-empresarios.
Cómo se gestó, qué cambió y cuál es la reforma que se viene en la CAT
El proceso que llevó a Oscar Ghezzi a la titularidad de la CAT tuvo una abierta intervención del Ministerio de Turismo, que apoyó el proyecto elevado por el dirigente hotelero-gastronómico a cambio que él mismo lo liderara. Ricardo Roza debió conformarse con la vicepresidencia y la Aaavyt pagó cara su anterior oposición a la reforma de los estatutos de la Cámara. En esta nota revelamos los detalles de una historia que marca un antes y un después en la arena institucional del sector y promete algo más que un retoque cosmético.
LA VERSION OFICIAL.
La definición oficial del rol asumido por el Ministerio fue aclarada en diálogo con este medio por el propio secretario de Turismo, Daniel Aguilera: "Enterados de la voluntad de dos importantes dirigentes de la Cámara de postularse a la Presidencia y considerando que la entidad tiene que presentar un frente unido y fuerte para los importantes desafíos que se vienen, creímos oportuno que existiera una lista de unidad y que no hubiera que optar entre uno u otro, porque eso siempre deja corazones heridos (...) Nosotros no armamos la lista, lo que propugnamos fue que se sentaran a charlar y a buscar puntos de coincidencia para evitar la votación".
Otro aspecto muy interesante a saber de la injerencia del Ministerio en los asuntos internos de la CAT son los motivos que llevaron a hacerlo tan abiertamente. "Nosotros mismos queremos que la CAT sea una entidad fuerte.
Porque el día de mañana -estemos nosotros o no- va a ser el garante de este organismo que hoy es un ministerio. Porque las decisiones políticas son muy fáciles de tomar y puede venir otro gobernante que decida pasarlo a depender de Deportes. Y si eso llegara a pasar, la Cámara tendría que ser un interlocutor poderoso y salir a defender lo conseguido. Y esa gimnasia se construye estando sentados en el grupo de las seis gremiales-empresarias más poderosas (el G-6), contando con presupuestos lógicos y siendo morrocotuda. Y en este sentido, Ghezzi representa una entidad gremial bien morrocotuda, compuesta por distintos integrantes de la actividad y con más de 60 mil socios. No solamente agencias de viajes como ocurre con la Aaavyt", se explayó Aguilera.
A esta altura la pregunta que se cae de madura es por qué Ghezzi y no Roza garantiza ese modelo de entidad bendecido por el MinTur. Y, nuevamente, la respuesta oficial es lo suficientemente clara como para evitar interpretaciones: "La propuesta de reforma en la cual coinciden, en líneas generales, todos los dirigentes tiene tres o cuatro puntos muy poderosos. Uno de ellos es la modificación de los estatutos, lo cual se trato un tiempo atrás y Ricardo Roza se opuso. Por ende, en estas circunstancias, en las cuales se va a tener que avanzar en la reforma, poca autoridad tendría para liderar ese proceso".
VIA LIBRE.
Ahora bien, para entender en qué momento, cómo y por qué el Ministerio de Turismo se convirtió en el gran hermano de la renovación de autoridades de la Cámara hay que buscar las respuestas en el propio sector privado.
Una punta la entregó el propio Roza cuando hace 10 días -antes de definirse su situación- entregaba un mensaje encriptado: "Toda propuesta salvadora de la CAT debería ser consensuada en su seno antes de ser presentada ante cualquier estamento del Estado".
A lo que apuntaba el presidente de la Aaavyt, pero sin explicitarlo, era a la actitud de su contendiente de llevar al Ministerio un plan de trabajo para una próxima gestión. La propuesta fue entregada mucho tiempo antes de que Ghezzi decidiera dar la pelea por la entidad. De hecho, esa agenda programática encontró tanto eco en Suipacha 1111 que la respuesta fue -palabras más, palabra menos- "está bárbaro, pero tenés que liderar el proyecto". Y, aunque lo desmientan, similar respuesta recibió Ghezzi cuando presentó el plan a entidades colegas. Eso explica que hasta apenas 10 días antes de la elección el titular de la Fehgra no hubiera confirmado su postulación, porque hasta entonces todavía veía a Fernando Gorbarán como el encargado de llevar a cabo la reforma.
Por su parte, Roza se confío de que su excelente relación con el Ministerio no borraría lo que la alternancia mandaba a cumplir: era el turno de un agente de viajes. Pero cuando se dio cuenta de la jugada de Ghezzi ya fue tarde. Aun habiendo apurado la presentación de una propuesta de trabajo en el organismo, la decisión estaba tomada, era el turno de un hotelero-gastronómico y adiós alternancia.
De todos modos, en diálogo con este medio, el flamante titular de la Cámara y la Fehgra descartó que haya sido elegido en Suipacha 1111 y no en la Asamblea: "Lo único que se habló es que teníamos que ponernos de acuerdo, pero si el día de la elección se presentaba otro candidato podría haberlo hecho". De todos modos, Ghezzi no le corrió el bulto al análisis del rol asumido por el MinTur: "Históricamente fue la actividad privada la que ayudó a la pública y éramos nosotros los que reclamábamos que el arquero tenía que dejar de ser el gordito dueño de la pelota. Ahora es el sector público el que quiere ayudarnos. El MinTur está convencido que por más que haya logrado un posicionamiento inédito, ahora necesita que la contraparte sea igual de poderosa para seguir impulsando la actividad. Y ése es el desafío que tenemos por delante".
Ni el propio Roza esbozó el más mínimo reflejo de crítica a la manera en la cual se abortó la elección y tuvo que bajar su candidatura, pese a que una semana antes había advertido el peligro de que el sector hotelero monopolizara la conducción de una CAT ya criticada por su gestión. "No sirve de nada tener dos visiones. Lo mejor era no producir un enfrentamiento (...) A veces hay que dejar de lado las pretensiones personales para apoyar objetivos comunes".
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