¿Cuándo llegará la transparencia a las plataformas?

 

La dimensión del negocio ha logrado tal expansión que, de repente, en una plataforma puede convivir una persona que por menos de € 100 ofrece su departamento en cualquiera de los encantadores barrios de las principales ciudades europeas, con otra que en localizaciones parecidas también promueve su departamento. La diferencia podrá ser que detrás de una de ellas está el grupo global Wyndham Worlwide, que por ejemplo en Cataluña gestiona la empresa Friendly Rentals y que sólo en España ha superado las 500 viviendas de alquiler turístico.

Gran parte de las plataformas nacieron y crecieron exponencialmente en el contexto de apelar al concepto de la economía colaborativa que nunca llegaron a practicar, pues seguramente sus fines y objetivos siempre estuvieron distantes, pero al disfrutar de una buena comunicación no han dejado de crecer. Hoy esa falsa colaboración entre particulares pierde aceleradamente terreno a favor de grandes empresas o gestores de alcanzar cada vez más activos en sus manos.

El modelo de negocio ya ha mutado de personas que expresaban interés por alojarse en la propia casa de un particular que no se encontraba en ella o en una habitación de la casa a un escenario donde, según estudios realizados en Europa, menos del 60% de lo que ofrece una plataforma online en una ciudad es propiedad de personas con dos o más ofertas, y además menos de un 3% de quienes ofrecen entre seis y 20 viviendas llegan a controlar más del 14% del mercado. A su vez, una cifra próxima al millar que poseen más de 20 ofertas individualmente degustan el 8% del frasco de dulce de leche.

 

LOS EFECTOS.

La discusión entre opciones que generan consecuencias y beneficios muy diferenciados hoy contiene a muchísimas ciudades en todos los continentes. En algunas ciudades el aumento de los alquileres promovió acuerdos pero no leyes/normas para que las plataformas ofrezcan sólo habitaciones libres en pisos habitados o viviendas enteras hasta un máximo de 90 días al año.

Cuando se efectúa un paneo en distintas ciudades del mundo, especialmente en Europa y algunas de Estados Unidos, sólo se detectan acuerdos muy frágiles para nada estructurales. Se vienen focalizando sólo en la oferta pero descuidan ordenar a la distribución, verdadero artífice de los problemas y, fundamentalmente, de una situación carente de ecuanimidad y equidad entre todos los actores.

Los sistemas de licencia sin requisitos –que bajo acuerdo y no a través de una norma que algunas ciudades vienen impulsando– actúan como aquel que sueña con curar un cáncer con una aspirina, y a veces se percibe que por desconocimiento, por evitar zonas de conflictos, se evita ordenar a la distribución que las nuevas tecnologías han generado y que nadie aspira a coartar su actividad, pero sí a regularla.

 

INFORMACIÓN.

Va de suyo que toda actividad económica que impacte en las personas debe ser ordenada, regulada y controlada por los organismos competentes y existentes en cada país/ciudad. En ese sentido, el manejo de la información es esencial y, a la fecha, en todas las ciudades donde las plataformas vienen actuando son sólo ellas quienes conocen y manejan los datos de las personas que ponen a disposición la oferta para evitar, entre otros aspectos, un vínculo directo entre y oferta y demanda. Como también la facilidad para la existencia de una evasión fiscal.

Esta falta total de transparencia en modo alguno permite a las autoridades competentes ordenar a la oferta y a la distribución, en la búsqueda de una legítima sustentabilidad para cada destino.

Recientemente, una cantidad importante de ciudades europeas han solicitado en Bruselas que la UE exija a las plataformas que exhiban la información básica, para así poder controlar la actividad; y hacer cumplir las normas como acontece en cualquier otra actividad económica.

Mientras tanto, en América del Sur el panorama es realmente desesperanzador, pues aún no se logra a pleno consensuar normas para regular y controlar a la oferta informal. Y en aquellas ciudades donde se ha logrado su sanción el control es inexistente, con lo cual el abordaje estructural de la problemática constituye aún una verdadera utopía.